La que tradicionalmente se considera como la guerra más breve de la historia ocurrió el 27 de agosto de 1896, enfrentando a Gran Bretaña y a su por entonces sultanato dependiente de Zanzíbar (territorio insular africano hoy integrado en Tanzania). La guerra fue declarada a las 9.02 de la mañana y finalizó 38 minutos después, a las 9.40. La flota británica, al mando del contralmirante Harry Holdsworth Rawson (1843-1910), presentó un ultimátum a Said Jalid, que acababa de derrocar al sultán impuesto por los británicos, para que se rindiera y abandonara el palacio. El único barco de guerra de Zanzíbar, el mercante transformado Glasgow, al acercase a la flota británica, fue hundido con dos certeros cañonazos. Inmediatamente, esos mismos cañones dirigieron sus bocas hacia el palacio del sultán, quien, a la vista del cariz que tomaban los acontecimientos, se rindió incondicionalmente. No obstante, los cañones dispararon y destruyeron el palacio. Acabada la efímera guerra, los británicos exigieron que el nuevo gobierno de Zanzíbar pagara las municiones utilizadas en la refriega, en concepto de reparaciones de guerra. Por su parte, Rawson fue condecorado con la Estrella Brillante de Zanzíbar, de primera clase, por el nuevo sultán Hamud ibn Muhammad.