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lunes, 31 de julio de 2023

Día Nacional del Orgasmo: una fecha para romper tabúes

Es un día que llega una vez al año, se celebra el 31 de julio. El día oficial del clímax se celebra hoy en el Reino Unido, Australia, Estados Unidos y Canadá, y es una rama del Día Internacional del Orgasmo Femenino que se celebra el 8 de agosto. Su objetivo es concienciar, romper los tabúes que aún prevalecen en la sociedad y desestigmatizar el placer sexual.

FUENTE

euronews

Con suerte, muchos de ustedes ya son conscientes de la intensa sensación de placer y de los beneficios para la salud relacionados con los orgasmos, que alivian el estrés, aumentan la inmunidad, alivian el dolor causado por la artritis, ayudan a concentrarse y, en general, son algo maravilloso cuando se trata de mantener relaciones prósperas.

1. Origen griego

La palabra 'orgasmo' procede del griego antiguo ὀργασμός (orgasmós), que se traduce como "excitación" o "hinchazón". 

2. Los orgasmos como remedio histórico

En el siglo VIII a.C., Homero escribió sobre Melampo, un curandero argonauta de la mitología griega que trataba a las vírgenes de un tipo de locura. Achacaba sus problemas a la falta de orgasmos y animaba a mantener relaciones sexuales con hombres jóvenes y fuertes. Esto es anterior a un texto médico holandés publicado en 1653 que instruía a las matronas a tratar a cualquier paciente "histérica" utilizando aceites para "masajear los genitales con un dedo dentro". De esta manera, la mujer afligida puede ser excitada hasta el paroxismo".

Dominio público

Hildegard of Bingen, la primera persona en describir el orgasmo femenino.

3. El arrebato

La primera descripción escrita del orgasmo femenino procede de una monja del siglo XII, Hildegarda de Bingen, una polímata famosa por sus composiciones musicales, sermones y escritos sobre temas como el género, la medicina y la teología. 

Enviada a un monasterio benedictino a los ocho años, fue una prolífica escritora y se convirtió en la primera persona de la historia (que sepamos) en describir el orgasmo femenino: "Cuando una mujer hace el amor con un hombre, una sensación de calor en su cerebro, que trae consigo el deleite sensual, comunica el sabor de ese deleite durante el acto y convoca la emisión de la semilla del hombre. Y cuando la semilla ha caído en su lugar, ese calor vehemente que desciende de su cerebro atrae la semilla hacia sí y la retiene, y pronto los órganos sexuales de la mujer se contraen, y todas las partes que están listas para abrirse durante el tiempo de la menstruación ahora se cierran, de la misma manera que un hombre fuerte puede retener algo encerrado en su puño." 

4. Un estado de trascendencia

Siguiendo con la literatura, el término francés la petite mort ("la pequeña muerte") es una expresión que significa "la breve pérdida o debilitamiento de la conciencia" y en el uso moderno se refiere específicamente a "la sensación del postorgasmo comparada con la muerte".El primer uso atestiguado con el significado de "orgasmo" fue en 1882. En el uso moderno, este término se ha interpretado generalmente para describir el estado postorgásmico de inconsciencia que algunas personas tienen después de haber tenido algunas experiencias sexuales. 

Más ampliamente, puede referirse a la liberación espiritual que se produce con el orgasmo o a un breve periodo de trascendencia como resultado del gasto de la "fuerza vital". El crítico literario Roland Barthes hablaba de la petite mort como el principal objetivo de la lectura literaria, la sensación que uno debe tener al experimentar cualquier gran literatura. No lo estropees, Roland...

5. Hasta dónde hemos llegado...

En 1869 (dejen de reírse por lo bajo), el médico estadounidense George Taylor inventó el Manipulator, un vibrador accionado por vapor con un mecanismo que ocupaba una habitación entera. Difícilmente práctico. Se calcula que el primer vibrador manual se vendió en Estados Unidos en 1900. Al parecer, los usuarios tenían que darle a la manivela como si fuera un batidor de huevos. 

6. El punto Gräfenberg

El punto G -sí, existe, supéralo- debe su nombre al investigador Ernest Gräfenberg, que escribió por primera vez sobre el punto G en los años cincuenta. Refiriéndose a la zona altamente erógena, Gräfenberg escribió en el estudio de 1950 publicado en The International Journal of Sexology: "La pared anterior de la vagina a lo largo de la uretra es el asiento de una zona erotógena distinta y debe tenerse más en cuenta en el tratamiento de la deficiencia sexual femenina."

Donaldson Collection

Hedy Lamarr, la primera mujer en llegar al clímax en pantalla en una película no pornográfica

7. El primer orgasmo femenino en pantalla

Considerada en su día la mujer más bella del mundo durante su apogeo en los años 40 y 50, la estrella de Hollywood Hedy Lamarr fue una de las mujeres más fascinantes de la industria. Fue una inventora autodidacta que desarrolló una tecnología de salto de espectro que condujo al desarrollo del GPS, el Bluetooth y el Wi-Fi seguro. También fue la modelo de la Blancanieves de Disney, inspiró a la Gatúbela de DC Comics y suscitó polémica al protagonizar uno de los primeros orgasmos femeninos en pantalla. Cuando tenía 19 años y vivía en Viena, su ciudad natal, Lamarr protagonizó el polémico drama romántico Éxtasis (1933), de Gustav Machatý, en el que protagonizó el primer orgasmo femenino en pantalla en una película no pornográfica. El largometraje causó tal revuelo que el entonces marido de Lamarr, Friedrich Mandl, intentó suprimirlo comprando todas las copias existentes. Buen intento, Mandl.

8. ¡Toma eso Usain!

A 45 km/h, la eyaculación es más rápida que Usain Bolt, el hombre más veloz del planeta, que en su mejor momento ha alcanzado los 44,7 km/h.

9. Cóctel por favor

Se sabe que en los rodajes porno se utilizan varias sustancias como semen falso, entre las que destacan el jabón de manos; el limpiador facial Cetaphil; la leche condensada; una mezcla de clara de huevo, yogur, almidón de maíz y agua; o incluso la mezcla de Piña Colada. Ahora ya lo sabe. Y buena suerte escuchando la clásica canción de Rupert Holmes 'Escape (The Piña Colada Song)' de la misma manera nunca más.

10. El récord de orgasmos femeninos en una hora

Según un estudio realizado supuestamente por médicos del Centro de Estudios Maritales y Sexuales de California, una mujer experimentó 134 orgasmos en una hora, la mayor cantidad jamás documentada. 

Es decir, 2,2 por minuto. En cambio, el récord masculino es de 16 orgasmos en el mismo tiempo. Esta cifra alucinante está relacionada con un fenómeno de reciente definición: ESR (Expanded Sexual Response), definido como "ser capaz de alcanzar orgasmos duraderos y/o prolongados y/o múltiples y/o sostenidos y/o orgasmos de estado que duran más y son más intensos que los patrones de orgasmo clásicos definidos en la literatura". Suena agotador.

Y como dato curioso, a principios de este año, una mujer que asistía a un concierto de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles en el Walt Disney Concert Hall tuvo un orgasmo completo durante la actuación. Ocurrió mientras la orquesta interpretaba la Sinfonía Nº 5 de Chaikovski. No es la primera vez que esto ocurre con la música, ya que se ha afirmado que ciertas notas musicales pueden inducir orgasmos. Si tienes curiosidad, lee nuestro artículo sobre cómo la música puede inducir orgasmos fulminantes.


VER TAMBIÉN:

El orgasmo femenino en el arte (Día Nacional del Orgasmo)

 

Muy pocas representaciones del orgasmo femenino podemos encontrar en las artes plásticas. Aun así, nos ha sobrado material para ilustrar esta nota.
Se celebra el 31 de julio. 
El día oficial del clímax se celebra hoy en el Reino Unido, Australia, Estados Unidos y Canadá, y es una rama del Día Internacional del Orgasmo Femenino que se celebra el 8 de agosto.

Entre 3 y 30 segundos. Es lo que dura de media el orgasmo femenino materializado en rápidas contracciones rítmicas en las paredes vaginales. En ese tiempo se libera dopamina, oxitocina y feniletilamina, relacionadas con la recompensa: la felicidad y la energía.


El orgasmo es el gran comedor de palabras. Sólo permite el gemido, el aullido, la expresión infrahumana, pero no la palabra. (Valerie Tasso)

El orgasmo (del idioma griego ὀργασμός) o clímax (del griego κλίμαξ, "escalera" o "subida") es la descarga repentina de la tensión sexual acumulada, durante el ciclo de la respuesta sexual, resultando en contracciones musculares rítmicas en la región pélvica caracterizadas por el placer sexual. Experimentados por los machos y las hembras, los orgasmos son controlados por el sistema nervioso involuntario o autónomo. A menudo se asocian con otras acciones involuntarias, incluyendo espasmos musculares en múltiples áreas del cuerpo, una sensación de euforia en general y, frecuentemente, se exteriorizan movimientos del cuerpo y vocalizaciones.​ El período después del orgasmo, conocido como periodo refractario, es a menudo una experiencia relajante, atribuido a la liberación de las neurohormonas oxitocina y la prolactina, así como las endorfinas.
Los orgasmos humanos generalmente resultan de la estimulación sexual física del pene en los hombres (típicamente acompañando a la eyaculación), y del clítoris en las mujeres. La estimulación sexual puede ser por práctica propia (masturbación) o con una pareja sexual (relaciones sexuales con penetración, relaciones sexuales sin penetración, u otra actividad sexual erótica).
El orgasmo en los animales se ha estudiado significativamente menos que en los seres humanos. (Wikipedia)



El 8 de agosto de 2005, en Brasil se decretó el Día Internacional del Orgasmo Femenino, desde ese año las celebración se ha extendido a diversos países tomando a este acto como uno de los más extraordinarios de la existencia, pues su importancia recae no sólo en el placer que éste provoca, sino en el autoconocimento sobre el cuerpo de la mujer que lo experimenta.
Bajo el lema “Háganlo, no lo finjan”, los países de todo el mundo invitan a las mujeres a llegar al orgasmo, ya sea acompañada o sola. Esta iniciativa es la excusa ideal para que las mujeres se sientan libres y con el derecho de exigir verdadero placer sexual.
Estudios hechos por la Sociedad de Ginecólogos de Canadá afirman que sólo un tercio de las mujeres experimentan orgasmos exclusivamente a través del coito. Otro tercio logra el orgasmo con penetración (pero también necesita de estimulación externa) mientras que el tercio restante nunca llega al orgasmo con la penetración, pero sí con sexo oral.
El orgasmo femenino es aún un misterio para muchos, ahora se sabe que justo en el momento del orgasmo, que puede durar hasta 20 segundos, el cerebro de la mujer se “desactiva”, de esa idea surgió el término “la petite mort”.
-Según cerebros escaneados en mujeres durante el proceso para generar un orgasmo, la mayor parte del cerebro “se apaga”, como si de algún apagón provocado por una explosión se tratara.
-Usualmente, una mujer necesita una estimulación previo de 20 minutos antes de llegar al clímax.
-Un orgasmo puede durar alrededor de 6 a 10 segundos en las mujeres, sin embargo, se sabe de algunas que llegan hasta los 20 segundos.
-El orgasmo femenino puede aliviar la migraña debido a que en ese momento se libera serotonina, hormona que contrae los vasos sanguíneos del cerebro que cuando se dilatan causan los dolores de cabeza.
-De acuerdo con una investigación australiana, la mejor pareja sexual de una mujer es otra mujer. En este estudio, el 69% (número cabalístico) de las mujeres llegaron al orgasmo con un hombre; un sorprendente 76% de los sujetos de estudio aseguraron que alcanzaron el clímax con sexo lésbico.

"El orgasmo femenino es así un misterio dentro de la biología. En su famosa obra El mono desnudo, el zoólogo y etólogo británico Desmond Morris sugería en 1967 que el orgasmo inmovilizaba a la mujer y la mantenía en posición horizontal tras el acto sexual, con el objetivo de que no escapase el esperma y, por tanto, aumentar así las posibilidades de ser fecundada".



Los "dioses" fueron sabios y pícaros cuando inventaron un mecanismo que genere necesidad de reproducción y peculiar satisfacción. Ningún placer se parece al orgasmo.

Más de 8.000 terminaciones nerviosas están en juego.




Con un órgano erógeno que dobla en terminaciones al del hombre, mujer y placer deberían ir de la mano. Sin embargo, muchas incógnitas siguen rodeando al éxtasis femenino. Resolvemos las dudas en torno a su clímax.
Entre tres y 30 segundos. Es lo que dura de media el orgasmo femenino materializado en rápidas contracciones rítmicas en las paredes vaginales. En ese tiempo se libera dopamina, oxitocina y feniletilamina, relacionadas con la recompensa: la felicidad y la energía. El principal responsable de estas sensaciones es el clítoris, un eje del placer que responde a más de 8.000 terminaciones nerviosas (el doble de las que tiene el glande). Pero esta zona no es la única que tiene la llave del gozo de las mujeres, porque el incuestionable poder del cerebro convierte casi cualquier parte de su anatomía en un potencial detonante del éxtasis.
“La estimulación adecuada hace que se acumulen una serie de neurotransmisores en el cerebro. Cuando alcanzan un nivel suficiente, ocurre una “tormenta química”, responsable de ese gran placer que llamamos orgasmo”, comenta Ana María Caro, médica sexóloga de Amaturum Sexología.


Fenómenos en serie

“Muchas de las cuestiones que asociamos a él, se dan en fases previas o posteriores. El rubor que se produce por la dilatación de los vasos sanguíneos y la aceleración de la frecuencia cardiaca o frecuencia respiratoria aparecen en la anterior etapa de excitación”, asegura la sexóloga Sonia Ruiz, directora de Esexencia, que incluye la lubricación entre las reacciones que se producen en ese momento.
Cuando se alcanza el culmen llegan los escalofríos, sudores, temblores, mareo e incluso -en algunas mujeres- una sensación de desvanecimiento. “Los efectos que provoca el orgasmo tienen que ver con la gran tensión que se acumula en el cuerpo hasta llegar al clímax”, indica la sexóloga Marta Pascual.
La intensidad y percepciones dependen del estado corporal y emocional de cada mujer que en menos de un minuto percibe un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria y un incremento de la energía en terminales nerviosas. “Se despierta cierta euforia relacionada con la estimulación de las zonas erógenas. Puede desembocar en un estado que muchas describen como ’descontrol’ y dura unos breves instantes”, aclara Sonia.
Todos estos síntomas se intensifican para concluir en contracciones uterinas. “Puede aparecer un temblor ocasional y la congestión vascular en los labios menores implica un aumento de hasta dos o tres veces su tamaño”, explica Pascual. Poco a poco el pulso genital se desacelera hasta llegar a un completo estado de quietud.



Cómo se alcanza el tan ansiado orgasmo

“El único órgano en la mujer diseñado exclusivamente para el placer es el clítoris (no se le conoce otra función). Por lo tanto, es fácil pensar que todo proceso que desencadene el orgasmo tendrá que ver con su estimulación”, añade Pascual. Sin embargo, coincide en que achacarle todo el mérito nos daría una visión muy restrictiva.
Parece ser que si se acaricia cualquier zona del cuerpo y se produce un impulso suficiente, la magia puede estallar. “Para algunas mujeres puede ser especialmente erótico fantasear, incluso sin tocarse, o acariciar un lugar concreto. Pues si el estímulo es adecuado, en el cerebro ocurrirá lo mismo que cuando se acaricia el clítoris”, indica Caro.
Sin embargo, en torno al 40% de las mujeres afirma no haber llegado al cúlmen durante la penetración. “Ver el orgasmo vaginal como algo natural es una idea totalmente errónea. Ya en el estudio La conducta sexual de la hembra humana que realizó Alfred Kinsey en 1953 se habla del placer clitoriano por encima del vaginal. Algo que también afirmaron -los investigadores- William H. Masters y Virginia E. Johnson en sus investigaciones”, comenta Ruiz.
Parece que anatómicamente, la vagina no está diseñada para el placer. “En su mayor parte es insensible, no tiene apenas terminaciones nerviosas en dos tercios, por eso no somos capaces de percibir un tampón cuando está bien puesto”, justifica Caro. En cuanto al punto G, su morfología no está definida -aclara-. “Pero sí lo conocemos como idea, sería una zona especialmente capaz de sentir, como una llave de entrada al placer. Para muchas mujeres está en la pared anterior de la vagina, pero para otras puede estar en otro sitio. Los pezones y el ano -añade Caro- son también muy importantes”.
A través del entrenamiento también se puede alcanzar el clímax. Una de las colaboradoras del citado proyecto, Debby Herbenick cuenta en su libro The Coreorgasm cómo ciertos ejercicios en el suelo pélvico pueden provocarlo. “Cuando se hace deporte se liberan sustancias que te hacen sentir bien, y contenta o feliz, estamos creando un entorno propicio para el placer y quizás también para sentir un orgasmo”, indica Ruiz.


La importancia de conocer tu propio cuerpo

El axioma definitivo ante la sexualidad se basa en que cuanto mejor se conozca el propio cuerpo, más opciones existen de sacarle partido al orgasmo. Con este objetivo ha nacido OMGYES, un manual del placer en 12 capítulos, con vídeos narrados en primera persona.
Entre sus fans está la actriz Emma Watson que lo recomendaba en una entrevista por sus consejos y trucos. Sus creadores Lydia Daniller y Rob Perkins se unieron con un grupo de investigadores para estudiar las técnicas del gozo de las mujeres. Ya que como indican en su site: “Unos milímetros o una ligera apertura de ángulo, presión y ritmo pueden marcar la diferencia entre el placer y la incomodidad”.
El ejercicio físico y mental, la fantasía, tocarse y acariciarse las distintas partes del cuerpo son las claves para conseguir ese orgasmo que recorre el cuerpo llenándolo, durante segundos, de sensaciones de éxtasis y placer.



El orgasmo femenino en la experiencia de 83 mujeres

Aunque la liberación femenina desde hace años comenzó a tirar muros, el orgasmo femenino sigue siendo un misterio para mucha gente, ya que no ha dejado de ser un tema tabú del que hace poco se comenzó a hablar libremente.
Durante siglos, el orgasmo masculino ha sido el protagonista de todas las relaciones sexuales ya que es físicamente visible, marca el final y es mucho más sencillo de conseguir. Sin embargo, el orgasmo femenino es todo un mundo por descubrir y muchas veces puede ser un reto llegar a él. No se habla de éste por miedo al juicio de la sociedad y por miedo a aceptar que las mujeres también tenemos derecho al placer, lo que ha provocado que muchas jamás hayan tenido el placer de conocerlo a pesar de tener una vida sexual activa. La única manera de romper con el estigma y de saber más, es hablando de él.
Con este objetivo surge el blog “How to make me come”, una plataforma que recopila ensayos de mujeres anónimas que hablan sobre el orgasmo femenino. La premisa es que escriban estos ensayos imaginando que se los darán a sus parejas o futuras parejas sexuales, ¿qué es lo que quieres que sepan? Buscan que el blog ponga sobre la mesa el placer sexual femenino y los caminos que existen para llegar a él, abrir la conversación sobre algo que ha sido ignorado, devaluado e incomprendido durante la historia de la humanidad.
How to make me come es también una plataforma donde las mujeres pueden expresarse libremente, sin miedo a ser juzgadas ni a repercusiones, con la esperanza de que el proceso sea terapéutico, catártico y principalmente les ayude a mejorar su vida sexual. Este proyecto no sólo busca que las mujeres se solidaricen, sino que se sientan inspiradas a tener este tipo de conversaciones con sus amigos y parejas sexuales. ¡Hablemos de ello!
Los creadores del proyecto permanecen en el anonimato pero en el blog puedes encontrar 83 ensayos de mujeres distintas compartiendo experiencias y consejos. Recopilamos algunas de ellas y aquí te las mostramos.


Si tienes problemas para llegar al orgasmo, no eres la única
En una publicación titulada “Lo más cerca que he estado de venirme” una mujer anónima de 32 años, revela que nunca ha tenido orgasmo y ofrece consejos a aquellas mujeres que sufran de problemas similares: “Sé amable contigo mismo. No te enfoques demasiado en llegar al climax durante la relación sexual, trata y enfócate en las sensaciones” “Elige amantes amorosos y amables, que tengan paciencia. Sé honesta con tus parejas sexuales y déjales saber lo que sucede. Si son buenos chicos o chicas, se quedarán cerca y explorarán contigo. No podrá haber intimidad si finges o actúas”.


No tengas miedo de decir lo que quieres
En otro post una mujer apunta que nunca podía tener un orgasmo porque su pareja estaba, o “visiblemente aburrido” o porque estaba haciendo ciertas cosas que hacían que la pasión se esfumara, la mujer anónima revela que cuando finalmente sucedió, fue porque su pareja se comportó “paciente y amablemente”.

“Estoy tan preocupada por que lleguen al clímax que me olvido de mí”
Otra mujer escribió que ella siempre “tenía sexo por y para el hombre y nunca por ella”
“Me daba mucho pena decir, ‘Hey esto no está funcionando para mí’ porque los haría pensar que era una mujer muy fácil y que tenía toneladas de experiencia”

No vayan directo al clítoris
Una mujer escribió algunos consejos sobre sexo oral: “Cuando me vayas a hacer sexo oral, primero besa dulcemente mi vagina, y después concéntrate  en el clítoris. Sé gentil”. “Los movimientos circulares con tu lengua se sienten bien. Odio los chasquidos. Lo he visto todo el tiempo en el porno y no lo entiendo. Pon tu lengua ligeramente ancha y firme, odio cuando una lengua se torna dura y puntiaguda”

La paciencia es la clave
Se puede llegar al orgasmo en dos minutos o en más de una hora, la fórmula secreta es la paciencia. Escribe una mujer que llegar al orgasmo toma su tiempo “A veces me masturbo durante 45 minutos y después tengo un orgasmo”  Mientras otra de ellas dice que llega al orgasmo en dos minutos; es cuestión del cuerpo, no es una fórmula mágica generalizable.



Un fotógrafo retrató a 16 mujeres en pleno orgasmo.

Albert Pocej, lituano y residente en Mónaco, captó con mucha belleza el instante de máximo placer. 

En blanco y negro. Con luz difusa o más nítida. Al aire libre o en distintos espacios laborales u hogareños. Esas son las características que sigue la serie de fotos Orgasmo, realizada por Albert Pocej.
Con experiencia en publicidad y en el mundo editorial, este profesional de origen lituano e instalado en Mónaco desde hace diez años decidió explorar el momento más íntimo y sublime, con mucha belleza y la técnica más sofisticada. "Fue una idea que soñé y al despertarme supe que tenía que llevarla a la práctica", contó en entrevistas a distintos medios internacionales.
Conseguir a las modelos voluntarias, cuenta, no fue nada fácil. La primera iniciativa fue contactar a conocidas o amigas. La respuesta de la mayoría de ellas: evasivas o un no rotundo.
Pero siguió insistiendo y cuando dio con las interesadas entusiasmadas con el proyecto, ajustó su lente.
El criterio para la selección final fue que cada una de las mujeres se mostrara relajada y que fueran orgasmos reales, no actuados. En algunas situaciones él estuvo presente y en otras, dejó la cámara programada para que registrara tomas automáticas cada segundo.
"Cada orgasmo es único", resaltó y mostró con claridad en su trabajo.









Éxtasis de Santa Teresa. Gian Lorenzo Bernini esculpe un orgasmo.

El éxtasis de Santa Teresa

“El relato dice que a Santa Teresa se le apareció un ángel con una espada larga y ella sintió que le atravesaba el corazón provocándole un profundo éxtasis. De la misma manera el orgasmo transmuta el cuerpo físico, lo abandona para encontrar su propia divinidad, provocando desmayos de dolor y gozo (…) La obra propone que el orgasmo es alcanzable y que no necesita de nada ni de nadie, también es una afrenta a la educación sexual religiosa con la que las mujeres son oprimidas y juzgadas por sentir placer” (F)




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Lo que aprendí de Sinéad O’Connor

Con su irrupción en la industria musical a fines de los 80, O’Connor marcó un antes y un después en la vida de muchas mujeres. Una artista llena de tormento, convicción y fragilidad. Así es como impactó en las cantantes chilenas.

FUENTE

En 1992 algo cambió para la cantautora chilena Javiera Mena. Vivió su infancia en el seno de un colegio de monjas, por lo que el catolicismo era algo que tenía arraigado. Cuando todavía no cumplía los diez años, participó en un concurso escolar que buscaba premiar a quien supiera más de la vida del papa Juan Pablo II. Y lo ganó.

“Para los 90, en Chile no había internet ni nada. Uno se hacía más o menos su realidad con el colegio, tu familia, etcétera. De chica era muy devota del catolicismo y de todos los valores que se enseñaban. Entonces también era muy fan de Juan Pablo II. Me acuerdo que gané ese concurso y me habían regalado una foto del papa, ese era el premio... Y yo me sentía como: ‘wow, gané’”, recuerda la artista desde España.

Pero esa emoción no se mantendría por mucho tiempo. A los pocos días, todos los noticieros nacionales comenzaron a difundir las imágenes de Sinéad O’Connor, una de las más grandes estrellas de esos días y fallecida este miércoles 26 a los 56 años, rompiendo una foto del pontífice tras su presentación en el programa Saturday Night Live. Todo el mundo pareció conmocionarse con el hecho. Javiera Mena también.

“Un día llegué a la casa y vi que había roto una foto del papa. Y yo no entendía… En mi casa se escuchaba su música, me acuerdo de lo de Amnistía y la encontraba una mujer súper power. Y que alguien con esa convicción hubiera roto la foto del Papa. Fue la primera vez que alguien me cuestionó un poco mi crianza, de por qué el catolicismo. Me acuerdo que le fui a preguntar a mi abuelita: ‘abuelita, ¿por qué Sinéad O’Connor rompió una foto del papa si el papa es bueno?’. Y ahí partió en mí un cuestionamiento a todo”, revela Mena.

El episodio que recuerda la chilena es uno de los más potentes de la cultura popular del último siglo: el 3 de octubre de ese año, O’Connor, calzando un vestido blanco y apostada en el estudio del estelar más importante de Estados Unidos, cantó una versión a capela de War, el himno de Bob Marley en contra de la guerra. Un cover modificado para aludir al abuso infantil, y que terminó con la ruptura de la imagen de la máxima autoridad de la iglesia católica y la frase “pelea contra el enemigo real”.

Ese acto, hoy reivindicado como una valiente toma de posición ante los abusos de la iglesia y también como una catarsis de la artista ante el maltrato que vivió durante su niñez, le significó la exclusión de la industria en el mejor momento de su carrera. Sin embargo, su protesta en televisión fue solo una de las tantas veces en que optó, con valentía y convicción, por enfrentarse a los cánones de su época.

Usó su pelo rapado y un look poco femenino como un gesto de rebeldía en contra de las convenciones estéticas impuestas a las estrellas pop y para enfrentar los recuerdos de los maltratos de su madre (que nunca quiso tener hijas). A través de su canto desgarrado y lleno de emotividad se consagró como una artista única en su especie, siempre dispuesta a resistir y luchar por las causas que le parecían justas. Todo eso caló hondo en las jóvenes y niñas que la miraban con extrañeza y admiración a través de la televisión, cuando en MTV comenzó a circular el icónico video de Nothing Compares 2 U.

La huella de O’Connor

En Chile, su figura también marcó la vida de muchas músicas. “Yo creo que para las mujeres de mí generación, independiente que hayamos sido o no músicos, fue un impacto. Una especie de torbellino que se aparece en nuestras vidas”, afirma Denisse Malebrán. “En la edad de la adolescencia, encontrarse con un referente completamente distinto a sus pares, entendiendo que había una imagen asociada a lo que era ser cantante de pop por esos días”.

La voz de Saiko recuerda una anécdota que marcó su niñez. “El primer festival que gané del colegio, del Sagrado Corazón, fue con Nothing Compares 2 U, y hay un video. Le pedí a mis compañeros que revisen, por si alguien tiene ese registro en VHS”.

Para Malebrán, O’Connor significó su primera mujer referente en la música. “Yo era súper cercana a la música anglo porque era la música que me gustaba, pero no tenía un gran referente femenino. Y creo que la Sinéad de alguna manera es precursora de otro tipo de cantante que viene después. Esa forma de cantar y de entender la música desde el grito, esa cosa visceral, de no necesariamente estar enfocada en cuantas notas haces o qué tan virtuosa eres. Para mí es un referente para lo que hizo Alanis Morissette, para lo que hizo Tori Amos, Fiona Apple”, apunta la artista.

Elisa Montes, ex Supernova y hoy parte de la banda SlowKiss, fue otra de esas niñas marcadas por ese célebre videoclip que pasaban por el cable, que mostraba a O’Connor con su cabeza rapada, en un primer plano, derramando lágrimas reales. “Ver una mujer rapada era transgresor en esa época. Y mezclado con la vulnerabilidad y el dolor que expresaba a través de su interpretación daba mucho que pensar, y no me cabe duda que fue gran inspiración para adolescentes y chicas de esa época para comenzar bandas anti sexistas y con letras de contenido social”, reflexiona.

“En el punk y la música de esos años hubo una ola feminista con artistas que mezclaron la música y el activismo social, y Sinéad fue una de las icónicas del mainstream que se atrevió a ir contra todo lo establecido y lo que se esperaba de una artista femenina de pop, decidiendo, a pesar de las consecuencias que podía implicar, ir contra los cánones de belleza que intentaron imponerle y hablar de temas tabú como los abusos de la iglesia católica, y que lamentablemente terminó con consecuencias nefastas. Creo que fue una artista incomprendida y vetada injustamente por la industria, que murió sin haber recibido el reconocimiento y el apoyo que merecía”, comparte Montes con Culto.

La influencia de O’Connor traspasa generaciones y estilos. Francisca Valenzuela es otra de las músicas que se sintieron tocadas por la irlandesa. Coincidentemente, su muerte sucedió la misma semana en que Valenzuela lanzó su último videoclip, que incluye un homenaje a la cantante.

“Sinéad O’Connor es de mis artistas favoritas, y da tanta pena y rabia cómo el mundo fue tan injusto con ella. La quiero y admiro profundamente, y estoy totalmente agradecida con ella por abrir el camino en la industria musical. Lo loco es que el vídeo de Nada para ti -que lo dirigí yo- tiene de referencia principal el video de Nothing Compares 2U. Un tributo inesperado”.

El concierto de Amnistía Internacional que en 1990 trajo a artistas de la talla de Peter Gabriel y Sting al Estadio Nacional igualmente fue determinante. Allí, la artista no sólo interpretó su mayor hit. También compartió con los familiares de las y los detenidos desaparecidos durante la recién terminada dictadura, y dedicó unas palabras a las mujeres presas políticas.

Nicole fue parte de esa multitud que la ovacionó. “Me sorprendió. La canción de Prince ella la hizo de una manera muy magistral. El concierto de Cyndi Lauper fue mi primera ida al Estadio Nacional por un concierto. Pero este fue masivo, y con la calidad de artistas que hubo. Yo quedé loca. Para mí fue muy revelador. Yo ya estaba comenzando mi historia con la música, grabando, yendo al estudio... Y para mí fue importante tener la oportunidad de ver a esos artistas en un contexto muy humano, muy profundo. Su interpretación de Nothing Compares 2 U, uf… Afloraba, golpeaba el corazón, la piel, todo. Realmente podíamos observar que ella y todos los que estuvieron ahí eran artistas de verdad. Fue maravilloso”.

En ese mismo contexto fue que Javiera Parra pudo conocerla durante su estadía en el Hotel Sheraton. “Fuimos a entregarle un regalo con Germán Bobe, ambos la admirábamos de una manera loca”, cuenta sobre su encuentro. Recuerda que fue “muy bonito conocerla. Fue muy amable, se veía muy tímida, pero amorosísima”.

Parra tuvo en sus manos el debut discográfico de O’Connor, The lion and the cobra (1987), luego de que Álvaro Henríquez lo trajera a Chile al regresar de una gira por Europa con La negra Ester. “Nos rompió la cabeza ese disco, porque era muy energético, muy ‘irish’, muy celta. Muy de otro lugar. Era muy especial la mezcla, pero sobre todo la manera de cantar, desgarrada y entregada. Realmente era una declaración de principios. Sí fue muy, muy influyente. Por lo menos para mí, su aparición en la escena fue lo más refrescante. Y por eso nos la jugamos por ir a conocerla, y la conocimos”.

Todas las músicas entrevistadas para este artículo miran con pesar la partida de O’Connor. Camila Moreno también. Para ella, “Sinéad es una maestra. Es quien nos enseñó la valentía de decir la verdad a través del arte. Sus discos son maravillosos, su voz es única y su actitud desenfadada, indomable y rebelde es algo que la califica como una artista real, de esas que se cuentan en la historia con los dedos de una mano”.

El legado de una artista excepcional

El paso de Sinéad O’Connor por la historia de la música deja una huella imborrable en muchas mujeres. “Me influyó y me sigue influyendo de muchas formas. Su música es profunda, sensible, simple y compleja. Es el tipo de compositora que logra hacer grandes canciones con tres acordes y eso es un tremendo don. Eso pasa porque tiene muy claro lo que quiere decir”, cuenta Moreno.

“Sus convicciones son tremendas, así como sus letras. Amo su claridad para expresarse y que el grito se transforme en susurro y luego en grito otra vez. No necesita agradarle a nadie, y sabiendo que el mundo se iría en su contra dijo todo lo que tenía que decir. En ese sentido, el mensaje la trasciende como individuo. Ella se inmoló y enterró su carrera expresando su repudio a la iglesia, y siempre defendiendo los derechos humanos hasta el final”, reflexiona la compositora detrás de Mala madre (2015).

En sus palabras, las artistas como O’Connor son “mujeres que llevan su trabajo más allá, ellas están rompiendo los límites de la realidad y la gente las valora cuando ya están muertas, porque vivas y disruptivas, son incómodas. Vivas dan miedo. Así de hipócritas somos. Es verdaderamente triste”.

Para Malebrán, una de las mayores enseñanzas que le dejó O’Connor fue llevar su carrera como mejor le pareciera, aunque eso significara desobedecer lo que se esperaba de ella. “Es una artista real. No un producto ni alguien que se deshizo para encajar en la industria. Y yo me siento muy representada con eso, porque tampoco he sido lo que se esperó que fuera, porque me fui del grupo cuando no debía irme, porque he opinado y dicho cosas que me han jugado en contra... Porque siento que he llevado la carrera a mi pinta, sin estar acomodándome o entendiendo qué cosas son convenientes o no. Siento que en ella hay una cosa irreverente que un tipo de cantante respetamos y admiramos mucho”.

Javiera Parra recoge de ella su resistencia a la hora de no ceder. “Siempre me he identificado con músicas mujeres de ese tipo, o sea, que no han claudicado. A pesar de todo lo que se les exige y se espera de ellas en términos de imagen, performance arriba del escenario... Lo que ella hacía era simplemente cantar y tocar sus canciones. Se hacía unos bailecitos irlandeses también, de repente, muy lindos. Me acuerdo que también tocaba un tamborcito irlandés precioso. Pero no era moldeable y no era cuestionable, no estaba en juego la discusión de si ella debía adaptarse a lo que en ese tiempo era la música y las mujeres en ese momento”, reflexiona la artista”.

“Había una escuela Janet Jackson, Madonna. Y la verdad es que, siendo además compositora de sus propias canciones, se embarazó al mismo tiempo que sacó su primer disco y declaró con eso otro principio más. O sea, soy madre y rockera, música. Siempre la vi como una sweet punky, como una punky dulce”, agrega Parra.

“Fue una música que igualó, rayó la cancha con respecto a ser la front girl de su propia banda, compositora, productora, absoluta y totalmente anti sistémica. La gente piensa que ella autodestruyó su carrera rompiendo una foto del papa, pero la verdad es que ella sintió que ese gesto le devolvió la libertad de poder volver a experimentar y ser una artista de nuevo. Claro, en términos de imagen eso es lo que podría parecer, pero para una persona que venía de un mundo donde la iglesia era opresora y donde muchos niños iban a colegios católicos donde ocurrían toda clase de aberraciones, a ella le pareció que lo justo era eso. Y a mí me sigue pareciendo hasta el día de hoy que también eso era lo que había que hacer”, concluye la voz de Javiera y los Imposibles.

Colombina Parra concuerda con esa visión: “Es un hecho que influyó en las generaciones, ayudando a romper con el ‘estereotipo femenino ideal’. La mujer ideal que debía comportarse según ciertos protocolos estéticos y protocolos de pensamiento”.

Montes, que la define como “una artista de gran talento con una voz hermosa y estremecedora”, cree que es extremadamente valioso que no sólo haya dedicado su vida a la música, sino que “aprovecho su exposición para hacer activismo: visibilizar y denunciar las injusticias y los abusos del mundo”.



Sin embargo, ve con pesar que, en una industria como la actual, sea mucho más difícil que surjan artistas así. “Hoy hay más censura y monopolio musical que nunca, obligando a muchos artistas a pertenecer al molde, donde hay una visión de la mujer ultra sexualizada y con unas letras con muy poco interés de tocar temas políticos o controversiales. Al final, lo veo normal, como una consecuencia del capitalismo extremo en el que vivimos, donde la represión artística está disfrazada de libertad”, establece Montes.

Camila Moreno comparte la sensación de que actos como los de O’Connor serían prácticamente imposibles. “En un mundo como hoy eso es impensable. Lamentablemente las redes sociales y la hiper superioridad moral hacen que esa rebeldía real se esconda en el miedo a realmente no poder trabajar. Ella seguro tuvo miedo y fue a la guerra igual, sola. El mundo le dio la espalda, la industria le dio la espalda y resulta que ahora todos la lloran. Eso me da mucha rabia. La Violeta (Parra) se murió igual, sola, también inmolada… Ese es el pago que le da la sociedad a las mujeres que se expresan con libertad y rompen el molde de la buena madre”, afirma la artista.

¿Y cómo intentar seguir con su legado? Moreno es clara al reflexionar sobre aquello: “En una industria tan plástica como la actual solo queda intentar honrar ese grito y llevar el trabajo a extremos, llevarlo más allá, aunque nadie lo escuche. Digamos que, en la industria actual, tener una actitud como la de ella sería mandar todo a la mierda”.

Por todo aquello, las chilenas comparten que su fallecimiento significa una pérdida invaluable en la cultura popular. “Perdimos ese talento, uno de esos talentos genuinos y que no son muchos. Yo creo que, a nuestra generación, le marcó mucho el disco que pudimos tener y su forma de interpretar... Y para las que somos cantantes, músicas, sin duda que fue una gran inspiración del cómo, de hacerlo de verdad. De hacerlo de adentro, visceral. De cantar lo que te conmueve y lo que te hace sentido. Para mí fue eso”, dice Nicole.

“Del canto libre, de lo que hablaba Violeta Parra, de que cantar es un ave, un ave sin rumbo... De agarrar el micrófono y darle con todo, nomás”, complementa Malebrán.