.

martes, 22 de febrero de 2022

Homenaje al autor de "Sueños rebeldes" : 1,6

Foto sólo ilustrativa.
 

Como bien dice el título, este es un homenaje al autor de "Sueños Rebeldes", una pintura que un jurado evaluó con la peor nota: 1,6, que no tuvieron ningún problema en publicitar de un modo humillante para su autor, y para muchos otros también. 
Como ya denuncié en otro artículo publicado en este blog, la metodología empleada por las autoridades del Ministerio de las Culturas de las Artes y el Patrimonio del Gobierno de Chile fue miserable.

Por Rubén Reveco - Licenciado en Artes Plásticas


Por sentido común y decencia no publicaré el nombre completo del autor (lo llamaré sólo por su nombre de pila, Gastón). Ahora bien, Gastón es un joven pintor que postuló a una ayuda económica para sortear los problemas propios de una pandemia y con la ilusión de ser uno de los elegidos por el Gobierno de turno para comprar su obra "Sueños rebeldes". No le fue bien, lo que era una posibilidad ya que fueron varios miles los postulantes. Ese no es el problema.
El Gobierno, no conforme con marginar a muchos con la burda excusa de que "la obra no es contemporánea" ni con evaluar con un criterio sesgado y muy poco ecuánime las diferentes propuestas, cometió el desatino de humillar a cientos de postulantes publicando las "malas notas" que obtuvieron. Eso nunca se debió hacer.
Gastón seguramente sea unos de muchos pintores que sigue apostando a la pintura. Y acá quiero detenerme para decirle algo al Sistema que monopoliza los espacios de poder pregonando que "ya no se debería pintar más porque eso no es acorde a los tiempos". Al Sistema que prioriza presupuestariamente a tendencias que se llaman a sí mismas "contemporáneas" en desmedro de otras llamadas, despectivamente, "tradicionales". 

Explico algunas cosas 

Hay algo que quiero que comprenda esa gente del Sistema (Directores de museos, dueños de galerías, profesores de facultades, cómodos funcionarios, oportunistas burócratas y críticos): Existen personas que nacen con talento, con pasión, con inspiración. Capaces de hacer magia con materia inerte, capaces de emocionarnos hasta las lágrimas. Capaces de hacer maravillas con un lápiz entre los dedos. Ellos y ellas son únicos, están bendecidos por la naturaleza. Ustedes, señores, nunca lo podrán entender, porque promocionan un "arte" sin espíritu. Un arte que no emociona ni cautiva. Si hay algo destacable de los artistas llamados contemporáneos es el total desapego por la admiración que pueda o no causar la obra. Les de lo mismo. A mí me llama profundamente la atención que estas personas presenten objetos como si fueran arte y que en la mayoría -expertos o simples espectadores- no aparezca ni un atisbo de emoción.

La emoción -que es una reacción involuntaria ante la contemplación de una obra de arte- genera a la vez admiración. Una especie de retribución del espectador hacia el artista. Con la admiración se agradece ese momento vivido ante el objeto que tanta emoción ha provocado. Pero esto lo voy a dejar ahí, porque por más que intente explicarlo, el sistema no lo entenderá.

Un pintor con sueños rebeldes

Quiero hablarle a Gastón. Que no piense ni crea que por la nota que le han puesto a su obra, que lo que hace no tiene valor. He visto tus trabajos, tus pinturas. Hay pasión y desenfreno. Es un expresionismo figurativo con dolor y mucho que decir.

Sigue pintando. La pintura y el arte no es una moda. La pintura nace del instinto y es parte de nuestro ADN cultural. Tiene miles de años y seguirá por otros miles mientras existan pintores con tú. Un abrazo.



Ver también:


Nota de la redacción:

24 horas después de publicado este artículo, Gastón me ha enviado su pintura.

domingo, 13 de febrero de 2022

Estigmatizan a cientos de artistas chilenos poniéndole bajas notas a sus trabajos

 

Ilustración basada en un dibujo de Themo Lobos.

N. de la R. Artículo publicado en 2020

Torpeza, por llamarlo de un modo suave, es lo que ha hecho la Subsecretaría de Cultura al evaluar las obras de artistas plásticos que han presentado sus trabajos con la esperanza de que el Gobierno de Chile adquiera dibujos, pinturas, grabados o esculturas y así paliar en parte los efectos de la pandemia. Al mejor estilo neoliberal, han evaluado a miles de artistas que quedaron a merced de la mirada sesgada de un jurado que repartió millones de pesos a unos pocos y humilló a la mayoría.

Por Rubén Reveco - Editor

El 13 de octubre se publicaron los resultados de la Convocatoria Nacional de Adquisición de Obras de Artes Visuales 2020 correspondiente al Plan de Apoyo propuesto por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en el contexto de la crisis sanitaria.

Problemas clase A, B y C

Si bien es una realidad que el Covid 19 ha golpeado a toda la comunidad artística en general, para el Gobierno de Chile existen artistas que por trayectoria deberían tener privilegios y recibir más dinero que otros. Es decir, si yo soy un artista consagrado tendría posibilidades de obtener millones de acuerdo a mi prestigio y no según mi realidad socieconómica.

Así fue como se inventó un "concurso" en el cual un jurado que privilegia el conceptualismo sobre las artes plásticas evaluó con nota del 1 al 7 las obras que los artistas postulantes.

Pero los desaciertos no quedaron ahí. El martes 13 no sólo se publicó el listado de artistas elegidos, sino que también se incluyeron con bajas notas a cientos de creadores que se supone su obra no reunía las condiciones para que su creador recibiera una ayuda económica. Es decir: "Según yo, usted es malo como artista por lo tanto no necesita el apoyo económico que estamos ofreciendo".

Cómo debió ser:

El método más adecuado debió ser el siguiente: "Señoras y señores, tenemos 200 millones para comprar 200 obras a precio de un millón por obra. Usted postule una obra que considere que tiene ese valor y podrá ser uno de los 200 elegidos".

Lo que nunca se debió hacer

Publicar los nombre de los que no fueron favorecidos y menos la nota con que fue calificada la obra. Evaluar (casi funar) con una mala calificación me resultó de una torpeza inadmisible. Hoy por hoy, y como están las cosas en el arte, quién puede poner un 2,50 a una obra, por ejemplo. Es indignante e incomprensible, aunque esto último no tanto sabiendo de donde viene el asunto.


Ver también: