Al parecer, el único superviviente de las tropas de los Estados Unidos que participaron en la batalla de Little Big Horn el 25 de junio de 1876, en que los guerreros sioux de Toro Sentado masacraron al General Custer y su 7° regimiento de caballería, fue precisamente el caballo de uno de los oficiales yanquis, de nombre Comanche.
Cuando el caballo murió tiempo después, era considerado un héroe nacional y se decidió conservar su cuerpo disecado. El taxidermista Lewis Dyche, de la universidad de Kansas, recibió 450 dólares por llevar a cabo la operación. Los órganos internos del caballo fueron enterrados con honores militares. Su cuerpo disecado fue exhibido en la Columbian Exposition de Chicago de 1893 y luego trasladado con carácter permanente al Museo de Historia Natural de la universidad de Kansas, en la ciudad de Lawrence.
Otra anécdota asociada a esta famosa batalla es que, según algunos historiadores, muchos de los soldados al mando del general Custer estaban borrachos, lo que explicaría su escasa resistencia.