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domingo, 7 de julio de 2024

Historias de arcos y flechas (4) Ingleses y normandos

En el tiro con arco medieval se habla que los mejores arqueros fueron los arqueros ingleses donde sus arcos tuvieron un gran protagonismo en las batallas de Crécy y Agincourt. También, sus logros, en competiciones deportivas, luchas y cacerías fueron transmitidas en canciones medievales. Fuera de Europa tuvo gran importancia en los pueblos de Oriente Próximo.


El uso del arco y la flecha ha sido una parte integral de la historia de la humanidad, remontándose a la prehistoria y extendiéndose a través de diversas civilizaciones a lo largo del tiempo. Estas herramientas de caza y guerra han desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de las sociedades, influenciando la evolución de las tácticas militares, las tecnologías de fabricación y las tradiciones culturales.


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Historias de arcos y flechas 1,2,3 

Desde los primeros asentamientos humanos, el arco y la flecha han sido empleados como medios de subsistencia y defensa. Los pueblos cazadores-recolectores dependían de estas armas para procurarse alimento y protegerse de las amenazas del entorno. A medida que las sociedades se volvían más complejas, el uso del arco y la flecha se transformó, convirtiéndose en un símbolo de poder, prestigio y estrategia militar.
En numerosas civilizaciones antiguas, como la China, la Persia, la Grecia y el Imperio Romano, el dominio del arco y la flecha era considerado una habilidad crucial para los guerreros. Estos ejércitos desarrollaron tácticas sofisticadas que aprovechaban la precisión, la velocidad y el alcance de estas armas, logrando importantes victorias en numerosas batallas.
Además de su importancia en el ámbito bélico, el arco y la flecha han sido fuente de inspiración artística y cultural a lo largo de la historia. Diversas tradiciones y mitos han surgido en torno a estas herramientas, convirtiéndolas en símbolos de heroísmo, destreza y conexión con la naturaleza. En algunas culturas, el dominio del arco y la flecha se ha transmitido de generación en generación, convirtiéndose en una parte integral de la identidad y las prácticas ancestrales.
En la actualidad, si bien el arco y la flecha han perdido su relevancia como armas de guerra, han encontrado nuevos usos y significados. En el campo del deporte, la arquería es una disciplina olímpica que atrae a atletas de todo el mundo, quienes demuestran su habilidad y precisión en competiciones de alto nivel. Además, el arco y la flecha siguen siendo utilizados en la caza, la recreación y la práctica de tiro con arco, manteniendo viva la conexión entre el ser humano y estas herramientas ancestrales.


Los magyar                                                        

Los húngaros de hoy no son un pueblo europeo en cuanto a su origen, son de Asia central. En sus ancestrales migraciones hasta los Cárpatos fueron tomando contacto con distintos pueblos esteparios y nómades. Algunos dicen que tienen un origen común con los turcos, debido a costumbres, alimentos, fonética, etc... Ellos fueron, al igual que los mongoles, intrépidos jinetes y guerreros y se debate si fueron ellos, o los mongoles, los inventores del estribo. También portaban varios arcos que utilizaban para distintas ocasiones y disparaban desde el caballo hacia cualquier dirección. 
El arco magyar tiene su lugar de honor dentro del tipo arco asiático, que es indiscutible. Este grandioso arco, se construye hasta el día de hoy por afamados artesanos del rubro.


Las historias de arcos y flechas están profundamente entrelazadas con la historia de la humanidad. Desde sus orígenes como herramientas de supervivencia hasta su transformación en símbolos de poder, destreza y tradición cultural, el arco y la flecha han dejado una huella indeleble en el desarrollo de las sociedades a lo largo del tiempo. A medida que evolucionan los tiempos, estas armas ancestrales continúan fascinando y despertando el interés de generaciones, preservando un vínculo entre el pasado y el presente.

Los normandos                                                        

Cansados los francos de las constantes invasiones vikingas y las consiguientes destrucciones que ello significaba, pactaron con algunos de ellos y les cedieron una parte de su territorio llamado Normandía. De ese territorio toman el nombre de normandos. Son ellos los que introducen el arco en Bretaña, aunque de menor potencia que el longbow clásico. En razón a la verdad, el famoso longbow, fue creación de los galeses.
Guillermo el Conquistador, Duque de Normandía, en su postulación al trono inglés, invade Bretaña y en la batalla de Hastings (14 de octubre de 1066) derrota a los sajones comandados por el rey Harold II usando inteligentes tácticas y ordenando a sus arqueros que dispararan las flechas hacia el cielo, para sobrepasar la impenetrable línea de escudos redondos de los sajones (de tipo vikingo). Esta batalla es famosa y permitió el acceso de los normandos al trono de Inglaterra la que aún exhibía trazas de su pasado vikingo.

Los Ingleses y su longbow                                      

Reformulan su arco menos avanzado y elaboran el longbow como arco de batalla y  caza, por supuesto. Por siglos, este arco se constituye en su genial arma de guerra, que decide la suerte en batallas que tenían literalmente perdidas.
Como decíamos, frente a los árabes, el arco inglés y europeo en general, no fue tan efectivo como el recurvo y eso influyó en el devenir de las cruzadas inglesas (1099 d. de C.) Pero en el resto de las batallas europeas del medioevo, fundamentalmente contra Francia, los ingleses arrasaron gracias a los arqueros. En 1333 derrotan a los escoceses en la batalla de Halidon Hill: trece mil escoceses caen derrotados ante 2.000 arqueros y 500 caballeros ingleses. En 1346, en la famosa batalla de Crecy,  ballesteros franceses no pueden igualar la rapidez de tiro de los arqueros ingleses y de sus longbows: Mil quinientos caballeros franceses mueren mientras que las bajas inglesas son sólo de 500 efectivos. La lluvia de flechas, disparadas por esos longbows, diezmó a la caballería francesa otorgando la victoria a Eduardo III de Inglaterra. Se dice que cada arquero era capaz de disparar 12 flechas en un minuto: doce flechas por minuto cada uno de los  miles de arqueros...


Grandes arqueros y jinetes; temidos enemigos. 

De nuevo, en 1415, en la batalla de Agincourt, en Francia, los ingleses  con una fuerza de  6.000 hombres, esencialmente arqueros, derrotan a 60.000 franceses. Ambas fuerzas estuvieron frente a frente por largo rato hasta que la caballería francesa atacó y fue rechazada por una lluvia de centenares de flechas, luego vino la desmoralización y huida francesa. Esta victoria  del rey Enrique V, dejó diez mil franceses muertos contra 100 ingleses. Los monarcas ingleses, en todo momento, propiciaron el uso del longbow y fomentaron todo lo que incentivara dicha práctica, y prohibieron todo tipo de deportes que atentaran contra el uso del arco. Así de importante era para los ingleses su arco. Cuando la madera para hacerlos escaseó, la importaron de Italia y de España y la guardaban en la Torre de Londres.
En 1545 acaece un hecho de armas que, además de las repercusiones contemporáneas que tuvo, deja un importante testimonio sobre el arco inglés. En una batalla naval entre ingleses y franceses, en 1545, un gran barco, el buque insignia de la flota inglesa, el Mary Rose de Enrique VIII, se hunde en Portsmouth con sus bodegas y cubiertas llenas de armas y soldados. Entre estas armas, longbows y flechas y, entre los soldados, arqueros.
Recién en 1595 se da la orden que hacía desaparecer todos los arcos de guerra para cambiarlos por los recién aparecidos mosquetes. Pero en 1673 inician los torneos de arquería que mantienen vigente hasta el día de hoy.



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