En el interior de su tumba, se encontró a la chica envuelta en una piel de buey y vistiendo una túnica corta y holgada con mangas hasta el codo, que dejaba la cintura desnuda y una falda corta. Complementaba su atuendo con pulseras de bronce y un cinturón de lana adornado con un disco grande con espirales y una estaca. También se hallaron restos cremados de una niña de 5 a 6 años junto a sus pies, así como una caja de corteza de abedul cerca de su cabeza con utensilios como punzones y alfileres de bronce.
Antes de cerrar su ataúd, la joven fue cubierta con una manta y otra piel de buey, mientras se colocaban un yarrow florecido y un recipiente de cerveza elaborada con trigo, miel, mirto de pantano y arándanos sobre ella, indicando un entierro realizado en verano. Su atuendo excepcional, desvelado en la década de 1920, se considera uno de los mejor conservados en el norte de Europa durante la Edad de Bronce, sobresaliendo por su estilo distintivo.
La notoria preservación de la vestimenta de la Chica Egtved se atribuye a las condiciones ácidas del suelo del pantano donde fue encontrada, una característica habitual en esa área geográfica.
La chica de Egtved es un conjunto de restos humanos hallado en la tumba de Egtved, Dinamarca pertenecientes a una joven con una edad comprendida entre los 16 y los 18 años. Además, fue encontrada junto a los restos cremados de un niño de 5 a 6 años en una urna funeraria de cerámica. Encontrada en la localidad homónima danesa, databa de aprox. 1370 a. C. . La tumba, situada en el túmulo Storehoj, cercano a la localidad de Egtved, Dinamarca, se excavó por primera vez en 1921. Poco después del hallazgo, los restos se extrajeron en un bloque compacto, llevándose posteriormente al laboratorio.
La chica de Egtved destaca por su excepcionalidad, tanto en lo que se refiere a las condiciones de conservación como a los datos obtenidos en el análisis científico de los mismos. Especialmente sobresale en el estudio de la movilidad de los seres humanos durante la Edad del Bronce.
Características y restos
Cultura material de la tumba
Los restos se hallaron en un ataúd de tronco de roble, material reservado a la élite. El mismo, una vez analizado a través de la dendrocronología, data de el 1370 a. C. Por otra parte, es precisamente el ambiente ácido y sin oxígeno que había dentro del ataúd el que, muy probablemente, permitió una conservación poco usual de los restos.
En términos de la cultura material, se encontraron diversos elementos y prendas, en su mayoría de lana. Entre ellos se halló una minifalda trenzada en inusual buena conservación que fue estudiada. Además, se analizaron una cuerda colocada en el contenedor y los restos incinerados de un niño, los cuales mostraba marcas de isótopos de estroncio que debían implicar un origen no local de los restos. Así mismo, al tener varias de las prendas una huella similar a la anterior se observa que los elementos con los que se fabricaron tampoco venían de ahí.
Por otra parte, entre otros de los objetos descubiertos en la tumba, se encontró un cinturón de bronce en forma de disco. Así mismo, hubo otras piezas de oro y bronce depositadas en la tumba junto a los restos de la joven, las cuales, observando las marcas de plomo y otros isótopos, no parecen tampoco provenir de Dinamarca, sino más probablemente ser originarias de Europa central. Además, pese a que no es poco común encontrar piezas semejantes en una tumba, sí supone una excepcionalidad la cantidad de ellas que se halló.
Bioarqueología de la chica de Egtved
Es importante destacar que, debido al nivel de acidez del interior de la tumba y las condiciones de conservación dentro de la misma, los restos de la chica de Egtved preservados son los que, usualmente, no llegarían a conservarse. El entorno ácido del interior de la tumba produjo, por una parte, la contaminación de los restos de ADN y, por otra, la escasa preservación de los tejidos blandos y duros, a excepción de varios dientes de los que el mejor conservado es el primer molar. Por otra parte, el mismo entorno propició que no sólo la ropa de la chica de Egtved se conservara, sino también sus uñas y cabello.
Respecto a la información bioarqueológica de la chica de Egvted, gran parte de la misma fue obtenida gracias a los estudios llevados a cabo por Karin Margarita Frei en el Museo Nacional de Dinamarca. Dichos estudios involucraban una serie de técnicas de análisis bioquímicos, biomoleculares y geoquímicos y métodos de datación tales como la dendrocronología y el método por radiocarbono.
En primer lugar, se estima, a través de los dientes, que la edad del individuo estaba comprendida entre los 16 y los 18 años, razón por la que se la conoce como “la chica de Egtved”. No obstante, este no fue el único dato que se obtuvo tras analizar su primer molar, ya que al estudiar los restos de carbono y estroncio se observó que sus marcas de estroncio (87Sr/86Sr= 0.71168 hasta 0.71551) no eran proporcionales a los de una persona del territorio de Dinamarca, apareciendo por primera vez la posibilidad de que la chica de Egtved, irónicamente, no fuera ni de Egtved ni “danesa”. De la misma forma, a través de otros análisis biomoleculares y geoquímicos de los restos (en especial de las uñas y el molar) se pudieron comparar las marcas de estroncio de la chica (87Sr/86Sr= 0.71168 hasta 0.71551) con el resto de marcas europeas. Así pues, tras esta comparación, se dedujo que la joven debía venir, en todo caso, del territorio de la Selva Negra, Alemania.
Una vez visto que la chica no parecía ser danesa, se procedió a analizar los demás restos orgánicos, entre ellos: su ropa, previamente mencionada, que estaba compuesta de lana y otros elementos no originarios de Dinamarca; y su cabello que, al analizarlo, aportó a la investigación información sumamente relevante. Los restos de pelo, de alrededor de 23 centímetros de largo, se cortaron en cuatro segmentos del más reciente al más antiguo, marcando un periodo de crecimiento de, al menos, 23 meses. Esto significa que el análisis aportó información sobre los últimos 2 años de vida de la chica de Egtved. El segundo y tercer segmento, que abarcaban un periodo de 12 meses, mostraron marcas de estroncio compatibles con las registradas en Dinamarca. No obstante, el primer y cuarto segmento de cabello (el más reciente y el más antiguo) indicaron marcas isotópicas similares a las de Selva Negra, mostrando no sólo que la joven podía ser extranjera, sino que había ido y vuelto de la península de Jutlandia al menos dos veces en sus últimos años de vida.
Interpretación de los restos
El yacimiento de la chica de Egtved sigue siendo un verdadero misterio debido a algunas de sus peculiaridades, tales como la importante movilidad que tuvo la difunta en vida, la ropa con la que fue enterrada o los restos del niño a su lado. Esto ha favorecido el nacimiento de numerosas teorías acerca de la motivación que la llevó hasta esa región y su rol en la sociedad. La primera teoría plantea que ella fuera a la península de Jutlandia como consecuencia de una alianza matrimonial. Probablemente, la chica de Egtved se mudó para casarse con alguien conocido entre ambas regiones. Esta interpretación podría explicar también por qué la chica de Egtved fue enterrada con objetos singulares, ya que estas alianzas matrimoniales se habrían dado con jefes. En relación con esta teoría, según los datos de los isótopos de estroncio parece ser que las mujeres eran quienes se movían en la Edad del Bronce y esto nos hace deducir que las mujeres no han sido quienes siempre se quedaban con su familia. La movilidad de las mujeres podría implicar que la pauta de residencia era patrilocal.
Una segunda teoría tiene relación con el cinturón que llevaba la chica. El objeto está formado por una pieza de bronce de forma circular y se piensa que puede simbolizar el sol. Esto permitió hipotetizar que la chica de Egtved pudiese ser una sacerdotisa perteneciente al culto al Sol Nórdico o Sól. Así mismo, en tal interpretación la falda hallada podría tener connotaciones rituales.
Además de las teorías acerca de su procedencia, un factor importante en el estudio de este yacimiento es averiguar el rol del niño enterrado en la tumba y la correlación del mismo con ella. Gracias al estudio realizado entre los resultados del isótopo de estroncio, se llegó a la conclusión de que ambos provenían de fuera de Dinamarca, lo que planteó la teoría de que el niño fuera en realidad su hijo. Por otro lado, esta hipótesis no se puede confirmar debido a la imposibilidad de encontrar ADN en los restos incinerados, aunque la escasa diferencia de edad entre la chica de Egtved, quien comprende una edad entre los 16 y los 18 años, y el niño, entre los 5 y 6 años la hacen muy poco probable.
Preparación de la tumba y el hallazgo de Egtvedpigen
La chica Egtved, conocida como Egtvedpigen, es un hallazgo arqueológico notable que se remonta a la Edad del Bronce, aproximadamente en el año 1370 a.C. Su descubrimiento en una tumba situada en Egtved, Dinamarca, ha proporcionado una visión invaluable sobre las prácticas funerarias y la vida social de aquel periodo. La preparación de su tumba y la disposición del cuerpo dentro del ataúd revelan aspectos significativos de la cultura nórdica antigua.
La tumba de Egtvedpigen fue cuidadosamente diseñada. La estructura consistía en un ataúd de madera, cubierto por una tapa que exhibía un notable trabajo artesanal. Cuando los arqueólogos examinaron el ataúd desde arriba, se percataron de la extraordinaria preservación del cuerpo y de los objetos asociados con la difunta. La joven fue enterrada con una serie de ofrendas, que incluían prendas de vestir de lino y lana, además de joyas elaboradas en ámbar y metal. Estos elementos no solo indican el estatus social de Egtvedpigen, sino que también sugieren un simbolismo relacionado con la fertilidad y la vida después de la muerte.
Desde una perspectiva funeraria, el hallazgo de Egtvedpigen aporta conocimientos sobre las costumbres rituales de la época. El cuidado meticuloso en la preparación de la tumba sugiere que la comunidad otorgaba un gran valor al ritual de despedida. La preocupación por el bienestar del difunto en la otra vida se manifiesta a través de los objetos funerarios, que cumplían una doble función: como compañía en el más allá y como símbolo de la identidad social de la difunta.
Por esa reconstrucción, era una joven mujer muy atractiva, según el punto de vista actual. Y seguramente, según el de ese entonces. Y seguro que sería muy de gusto de Robin Wood.
ResponderEliminarQue interesante la historia.
Saludos.
S era danesa seguro que era linda.
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