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martes, 6 de agosto de 2024

"El retrato del deseo", pintura de Sergio Martínez Cifuentes

The Portrait of Desire | El retrato del deseo


Con respecto a su obra "El retrato del deseo", el pintor expresa: "Planteo la diversidad del amor y propongo que el juicio de valor sea un espejo donde se refleje, asi mismo, el propio espectador."







Viaje al interior de un cuadro
La pintura es un medio artístico que trasciende el plano físico y temporal, permitiendo a los observadores explorar realidades alternativas y acceder a los recovecos más profundos de la psique humana. Uno de los exponentes contemporáneos que ha sabido materializar estos conceptos es Sergio Martínez Cifuentes. Su obra "El retrato del deseo" no solo destaca por su técnica refinada, sino que también invita a un análisis exhaustivo sobre el proceso de realización de la pieza, la interacción con los diferentes modelos que participaron en ella y la importancia del registro fotográfico en la documentación de su creación. En este ensayo, emprenderé un viaje al interior de este cuadro, desentrañando sus complejidades y sus conmovedores trasfondos.


El proceso de realización de "El retrato del deseo" es un testimonio del meticuloso enfoque que tiene Martínez Cifuentes hacia su arte. Desde la concepción inicial, el artista se embarca en un viaje introspectivo que le permite explorar los deseos, anhelos y expectativas de su alma y, por extensión, de la sociedad contemporánea. 
Una vez que se ha definido la dirección de la obra, el siguiente paso es la selección de modelos. En el caso de "El retrato del deseo", Martínez Cifuentes decide trabajar con una variedad de modelos, cada uno aportando su propia interpretación y visión del deseo. La interacción con estos modelos es un aspecto fundamental de su proceso, ya que el artista aspira a capturar no solo su apariencia física, sino también su esencia emocional. Mediante diálogos significativos, el artista busca comprender cómo cada individuo relaciona su identidad personal con el concepto del deseo, lo que resulta en una conexión palpable reflejada en la obra final.
El trabajo con los modelos se convierte en un proceso de co-creación. A través de sesiones de pintura donde se desarrollan actitudes y posturas, Martínez Cifuentes adapta su técnica hacia un enfoque que favorece la espontaneidad y la fluidez. Este dinamismo es esencial, ya que en arte, el deseo a menudo se manifiesta de formas inesperadas, tanto en la forma en que se sienten los modelos como en lo que sus expresiones corporales comunican. A medida que se avanza en la creación del retrato, se establece una relación simbiótica entre el pintor y sus modelos, donde cada gesto y cada mirada se convierten en una parte integral de la narrativa visual.
El registro fotográfico juega un papel clave en el recorrido hacia la culminación de “El retrato del deseo”. En la era contemporánea, la fotografía no solo actúa como un medio para documentar el proceso artístico, sino que también permite al artista observar detalles que pueden haber escapado a su atención durante la pintura en sí. A través de la captura de imágenes en diferentes etapas del trabajo, Martínez Cifuentes se enfrenta a una especie de diálogo reflexivo que lo ayuda a ajustar y modificar la obra en desarrollo. Estas fotografías se convierten en herramientas de análisis, donde las imperfecciones y aciertos pueden ser revisados y reimaginados.
La interacción con los modelos y el uso de la fotografía no se limitan a la creación del cuadro; también reflejan la compleja red de relaciones que se tejen en la esfera del deseo. “El retrato del deseo” se erige, por tanto, no solo como una representación estética, sino también como un espacio reflexivo donde se puede cuestionar la naturaleza del deseo y sus manifestaciones. ¿Es el deseo algo puramente individual o existe un componente social que lo condiciona? Estas preguntas atraviesan la obra e invitan a los espectadores a involucrarse en una introspección profunda mientras examinan la pintura.
El viaje al interior de "El retrato del deseo" revela un mundo intrincado que combina técnica, interacción humana y reflexión crítica. Sergio Martínez Cifuentes no solo ha creado una obra maestra, sino que ha establecido un espacio donde se desarrollan diálogos significativos sobre la esencia del deseo y la identidad. Este cuadro, entonces, no es solo una representación artística; es una exploración de la condición humana en su complejidad más palpable.


Sergio Martínez Cifuentes, nació en Concepción, Chile, el 7 de julio de 1966.

El artista

En su primera etapa se adhiere al realismo descriptivo, mostrando gran dominio sobre las formas y un manejo contenido y elegante del color, siendo su tema principal el paisaje. El año 1987 realiza los primeros retratos y desnudos encontrándose con la figura humana, como un nuevo desafío. Esto lo comunica estrechamente con el desnudo que desde los 90 será el tema que cubre casi la totalidad de sus telas. Desde el 2000 al 2003, nos encontramos con un quiebre en su academismo que lo asocia al Pre-Rafaelismo, permitiendo que aparezcan interesantes rasgos de interpretación. 
Cambia el óleo  por el acrílico, sus telas finas por otras de mayor textura, pero principalmente, cambia su interés en el detalle y lo acabado, por el interés en imágenes más gestuales e intensas en luz y forma. El posterior y paulatino regreso al óleo arrastra las experiencias de los dinámicos acrílicos que se perciben en composiciones y efectos de volumen y luz que aparentan no tener dificultad para él. Expone en forma individual desde 1989 en numerosas ocasiones. Entre 1992 y 2003 dirige su taller particular de pintura, en la ciudad de Concepción, Chile, en donde dicta clases a un gran número de personas con las que realiza importantes muestras en esta ciudad. A partir del 2002 participa en Ferias Internacionales de Arte en Caracas, Buenos Aires, California, Madrid y Nueva York y Madrid. Desde fines del 2002 es representado para los Estados Unidos y Canadá por Global Fine Art. El 2003 termina la ejecución de un mural realizado en el Kingston College de Concepción para posteriormente trasladarse a España. Actualmente radica en Madrid y trabaja de manera muy estrecha con la Sammer Gallery.



Proceso de realización

Detalles de la obra terminada














Un autorretrato incluido en la composición.

Registro fotográfico con modelos




































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