Ecce ancilla Domini (La Anunciación), 1849-1850, Dante Gabriel Rossetti
Si bien Dante Gabriel Rossetti es un buen artista y el fundador de los Prerrafaelistas, su obra no tiene el vuelo de la pintura de Edward Burne Jones ni de la variedad productiva de John Evertt Millais. Aun así, nos ha dejado hermosas y sugerentes pinturas y una vida marcada por una mujer -en especial- y la fatalidad que siempre tiene que ver con el mal amor.
(Londres, 1828 - Birchington-on-Sea, Reino Unido, 1882) Fue hijo de un patriota y poeta italiano exiliado en Londres, creció en un ambiente modesto pero de gran nivel cultural. Dudó entre dedicarse a la poesía o a la pintura, optando por esta última, aconsejado por un crítico que le aseguró que llegaría a enriquecerse. En 1848 fundó la Hermandad Prerrafaelista. Murió a los 53 años.
Dante Gabriel Rossetti fue el prototipo de artista romántico y contemporáneo, sus hermanos fueron también personalidades destacadas: William Michael era crítico y cronista de la hermandad prerrafaelita y Christina, célebre poetisa y escritora.
La vida de Rossetti fue agitada, con intensos romances que bordearon lo trágico. El principal fue el que mantuvo con su mujer y musa Elizabeth Siddal, también poeta, a la que retrató como prototipo de mujer fatal. Ella murió debido al consumo excesivo de láudano (opio y alcohol mezclados, usados como tranquilizante) tras dar a luz a un hijo muerto. El fallecimiento de Elizabeth supuso para el artista una catástrofe; llegó a enterrar sus poemas en la tumba. Pero al cabo de unos años regresó y “profanó” el enterramiento para recuperarlos. También vivió un romance bastante convulso con Jean Morris, la esposa del crítico William Morris.
Beata Beatrix, 1860-1870.Es un retrato póstumo de Siddal, reflejo a su vez del amor platónico de Dante por su Beatrice. El tono con que Rossetti enfoca a sus mujeres fatales es cada vez más tenebroso e inquietante. Por su ensimismamiento y extraña evasión, representa el modelo de mujer inalcanzable. El fondo es de paisaje, con elementos simbólicos.
Sueño de Dante (de Beatriz muerta), 1871. Dante nunca habló a Beatriz, pero ella inspiró sus escritos. Esta pintura reúne amor y muerte y el escenario, de nuevo, parece encajonado. Dante nunca habló a Beatriz, pero ella inspiró sus escritos.
Ecce ancilla Domini (detalle de la Virgen)
El nuevo arte religioso
Rossetti creó una nueva dimensión sentimental en la iconografía religiosa. Ofrece una visión intimista de la Virgen en una escena familiar, una aproximación de la religión a la vida cotidiana. Las figuras se disponen en primer plano y la perspectiva se aplana, pero introduce una apertura al paisaje, como los primitivos flamencos.
He aquí la esclava del Señor (Anunciación), 1849-1850. Remite a los frescos de los primitivos italianos. El enlucido blanco en bóveda y paredes crea una luminosidad extraña. Plantea un tema común de forma exótica: la Virgen no está en oración o labor, sino que es una adolescente recostada en su cama, intimidada y acongojada por el ángel, y no al revés, como era tradicional. Aquí el clima psicológico es muy distinto al habitual.
La cortina es azul celeste, tono asociado a la Virgen, y esas pocas notas de color aportan a la obra un aire exótico y misterioso. (Fuente)
Otra lectura
"Los colores predominantes de la obra son el blanco, el rojo y el azul. Si os fijáis en cualquier cuadro antiguo, comprobaréis que son los colores con los que siempre va vestida la Virgen María. Rossetti mantiene estos tres colores, repartiéndolos por todo el lienzo, pero viste a la joven con un liviano camisón blanco (lo de pintar a la Virgen en paños menores se consideró casi un sacrilegio). En las anunciaciones tradicionales, cuando el arcángel Gabriel sorprende a la Virgen, ésta suele estar rezando o leyendo (un libro sagrado, no una novela), dos labores que ennoblecen su alma y la preparan para el embarazo místico. Sin embargo, la Virgen de Rossetti no estaba haciendo ninguna de estas dos cosas, sino durmiendo, algo más propio de vagos y ociosos que de una santa mujer. Se incorpora en la cama medio aturdida. Está visiblemente confusa y turbada, no se atreve a levantar la mirada y se aparta asustada hacia la pared (nada que ver con el gesto de aceptación de las vírgenes tradicionales).
Tampoco procede que el ángel esté tan estupendo. Es demasiado masculino, enseña demasiada pierna y ni siquiera tiene alas (los únicos elementos sobrenaturales son el halo y las llamas que salen de sus pies desnudos). La vara de lirios es otro de los elementos tradicionales de la anunciación y hace referencia a la pureza de María. En el cuadro de Rossetti, se convierte en un elemento fálico con el que el ángel apunta hacia el vientre de la chica, dando a entender que va a ser fecundada (aprovechando que aún no se ha levantado de la cama). Es una escena demasiado íntima, el ambiente es claustrofóbico y provoca una sensación incómoda en el espectador. Desde luego, no da la impresión de que a esta inocente joven la vayan a embarazar por obra y gracia del Espíritu Santo…
Los modelos que posaron para el cuadro fueron la hermana del pintor, la famosa poetisa Christina Rossetti, y su hermano William Michael Rossetti, también escritor (y al que no me importaría haber conocido)." (Fuente)
Cuando Rossetti desenterró a su mujer para recuperar sus poemas
En 1850 el poeta Dante Gabriel Rossetti conoció a Elizabeth Siddal, que había sido modelo de varios pintores prerrafaelistas, y quedó prendado de ella. Durante la década siguiente Elizabeth se convirtió en musa, en discípula y en objeto de adoración de Rossetti, hasta que en 1860 terminaron casándose. Para Rossetti, obsesionado con la figura de Dante, Elizabeth simbolizaba una especie de versión moderna de Beatriz, y así fue cómo la representó en muchos de los retratos que hizo de ella, como en El sueño de Dante ante la muerte de su amada o en Beata Beatrix. Pero aunque esos cuadros nos den una visión idealizada de la relación, en realidad no tardó en volverse tormentosa, sobre todo a causa de las infidelidades por parte del poeta.
Elizabeth, que ya de por sí tenía una salud muy delicada, entró en una profunda depresión que la llevó a volverse adicta al láudano. En 1861 todo pareció mejorar con la noticia del embarazo de Elizabeth, pero la hija nació muerta, lo que agravó aún más su depresión y su adicción. El 11 de febrero de 1862 Rossetti descubrió en la cama el cuerpo sin vida de su mujer, muerta por sobredosis. Hay quien dice que junto al cadáver había una nota de suicidio, que más tarde Rossetti se encargó de destruir para que Elizabeth pudiera recibir un entierro cristiano. Antes de ser enterrada en el cementerio de Highgate, abrumado por el dolor y por la culpa, Rossetti introdujo en el ataúd de su esposa un diario con la única copia de sus poemas inéditos y fueron sepultados con Elizabeth.
Los siguientes años no fueron fáciles para Rossetti, que se volvió adicto al alcohol y a otras drogas. Como pensaba que iba a quedarse ciego y que ya no podría seguir pintando decidió centrarse en la poesía. Pronto empezó a obsesionarse con la idea de recuperar los poemas que había metido en el ataúd de su esposa. Así que, finalmente, Rossetti y su agente literario Charles Augustus Howell consiguieron un permiso para poder exhumar los restos de Elizabeth con el objetivo de recuperar los poemas.
Rossetti prefirió no estar presente en este turbio episodio, así que fue Howell el encargado de recuperar los manuscritos. Más tarde le dijo a Rossetti que el cadáver se había conservado casi intacto, que mantenía la misma belleza que tuvo en vida y que el pelo rojizo había seguido creciendo hasta llenar todo el ataúd. Algunos de los poemas estaban en pésimas condiciones, roídos por gusanos, y eran prácticamente ilegibles. A pesar de eso, consiguió publicarlos, junto con otros poemas nuevos, en 1870. (Fuente)
"La amada", 1865-1866. En el centro encontramos una mujer a la que rodea un coro de cabezas, incluyendo el elemento exótico de la niña negra que lleva un jarrón con rosas. Cada flor tenía su significado en el lenguaje simbólico floral de la Edad Media y el Renacimiento.
"Proserpina" fue raptada por Plutón, que le hizo morder una granada para que no pudiese salir del Hades cuando su madre la reclamase. Rossetti la pinta sofisticada y misteriosa.
"Pía de Tolommei". Su rostro y su figura son más alargados y manieristas. En ella se acentúan los rasgos de las anteriores modelos de Rossetti y las hojas de los arbustos se detallaron con técnica primitivista. Ella ladea la cabeza en un gesto melancólico; su mirada es aislante, en vez de comunicante.
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