Se cumplieron 500 años de la muerte de El Bosco. Uno de los artistas más fascinantes de todos los tiempos. Su obra entera genera asombro pero hay una -en particular- llena de misterio y que despierta admiración porque es y seguirá siendo indescifrable. Personas de la cultura compartan sus impresiones.
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Periodista cultural con especialidad en artes plásticas
Enigma, inquietud, desconcierto, fascinación, curiosidad, impacto, intriga, duda. Todas estas palabras y quizás otras que aún no se han inventado aparecen frente a esta genial pintura, el tríptico "El Jardín de las Delicias".
Un cuadro muy famoso creado por un pintor (para nada convencional) y del que se sabe muy poco. Un cuadro plagado de lujuria y deseo sexual: las delicias hechas pecado, la vida gobernada por las pasiones y el exceso, la corrupción de la carne.
¿Qué quiere decirnos El Bosco? ¿advertirnos del mal inminente? ¿devolvernos a ese Paraíso del que hemos sido expulsados por degenerados? ¿mostrarnos el Infierno artificial y corrompido que habitamos?
Los puntos de vista de personas ligadas a distintas áreas del pensamiento (artistas e intelectuales, todos unidos por el amor a la pintura) se reúnen en este artículo para compartir sus opiniones sobre esta fascinante obra y su autor. Las voces han logrado en su conjunto formar un amplio abanico de posibilidades de "ver". Es un mosaico fascinante por lo rico y variado.
Para cerrar y dejarlos con la mejor parte, sólo contarles que este tríptico (que jamás estuvo en una Iglesia) sigue siendo en la actualidad una de las obras más populares y visitadas del Museo del Prado en España (junto con "Las Meninas"). Si hoy nos parece controvertida y curiosa esta representación, imaginen el revuelo que generó en el año 1500.