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martes, 24 de junio de 2025

El flautista de Hamelín: Tres versiones para un mismo cuento

Un cuento que esconde una historia real. El flautista se lleva a los niños de Hamelín. Óleo de 1881 por James Elder Christie. Galería Nacional de Escocia, Edimburgo. 

 La combinación de datos históricos y elementos literarios hace pensar que la leyenda de los niños perdidos podría evocar una antigua epidemia de ratas o la emigración de alemanes pobres.

FUENTE:


En el año de 1284 apareció en Hamelín un hombre muy extraño. Llevaba una capa de muchos colores […] y decía que sabía cómo librar a la ciudad de ratones y ratas a cambio de cierta suma de dinero". Así empieza la leyenda del flautista de Hamelín, cuyo final es bien conocido: como los habitantes del pueblo no le pagaron la suma convenida, el flautista volvió a aparecer el 26 de junio, día de san Juan y san Pablo, esta vez con un aspecto terrible y un extraño gorro rojizo (la forma en que se representa al diablo en muchas leyendas medievales), se llevó al ritmo de su melodía a todos los niños y niñas del pueblo (130 en total) y, sacándolos por la puerta este de la localidad, desapareció con ellos en el interior de una cueva. Sólo se salvaron tres muchachos: uno muy pequeño, que regresó a recoger su chaqueta, además de uno ciego y otro mudo, que se quedaron rezagados y no pudieron relatar nada de lo visto u oído, aunque la tradición oral habla de la posterior aparición de todos ellos al otro extremo de la cueva, en Transilvania.

¿Realidad o ficción? ¿Se esconde algún hecho histórico tras el cuento que los hermanos Grimm popularizaron en 1816 o es simplemente eso, un cuento, fruto de la tradición popular? Los orígenes de la leyenda se remontan a la Edad Media. La primera representación gráfica de los niños saliendo de Hamelín se llevó a cabo en 1300 en una de las vidrieras de la iglesia del mercado, destruida en el siglo XVII; en ella no aparecían ratas, sino tan sólo un hombre con un instrumento musical al que seguían los niños.


Del noble austriaco Augustin von Mörsperg, que viajó a Hamelin en 1592 porque había oído hablar de la extraña historia y quería saber más, nos llega la representación pictórica más antigua del Flautista de Hamelin.

Aparecen las ratas

No fue hasta 1565 cuando el conde suabo Froben von Zimmern describió por primera vez en su crónica familiar la plaga de roedores. Estas plagas eran abundantes en la Edad Media y, aunque los animales aún no eran temidos como transmisores de la peste, sí lo eran por acabar con los cereales recogidos en las cosechas, y era normal que hubiera individuos que se dedicaran a su exterminio. Al igual que los verdugos o los limpiadores de letrinas, estas personas vivían al margen de la sociedad por las características de su profesión, pues, aunque eran necesarios, nadie quería compartir su vida cotidiana con ellos.

El flautista se lleva a las ratas de Hamelin en un grabado de 1889. 


Por eso se desplazaban de ciudad en ciudad, de aldea en aldea, sin tener ningún derecho de ciudadanía. El uso de trampas y de venenos se contaba entre los medios más efectivos para combatir a los roedores. La leyenda, sin embargo, describe un método inusual, pero que resultó igual de efectivo: el sonido de una flauta.

La combinación de datos reales con elementos literarios de la época ha llevado a concluir que la historia tiene una base de realidad.

Esta combinación de datos precisos con elementos propios del ámbito de lo irreal es lo que ha llevado a los historiadores a la conclusión de que tras la historia del flautista de Hamelín se esconde un acontecimiento histórico real que, poco a poco, fue tomando forma de leyenda y fusionándose con otras ya preexistentes.

La hambruna de 1284

Aunque en los libros de los Consejos celebrados en la ciudad de Hamelín no se ha documentado el hecho de que la ciudad contratase a nadie para librar al municipio de una plaga de ratones, sí es cierto que, en el año mencionado en la leyenda, la ciudad sufrió una terrible hambruna provocada precisamente por los roedores que acabaron con las cosechas de cereales.


Cuando no recibe el pago acordado el flautista rapta con su música a los niños de Hamelín para desaparecer con ellos en una cueva para siempre. Grabado de 1930, Galería Nacional de Escocia.


También está documentado que, precisamente debido a la hambruna, muchos jóvenes emigraron de la región en la que está situada Hamelín (Baja Sajonia) para participar en la colonización del Este, donde esperaban encontrar mejores condiciones de vida. Siguieron para ello la llamada de Ladislao IV de Hungría (1262-1290). Su vasto reino se extendía desde la actual Croacia hasta los Cárpatos, un territorio con muy poca densidad de habitantes y que el monarca quería poblar con alemanes, a los que prometía eximir de impuestos y servicio militar.

A mediados del siglo XIII, se produjo una gran migración hacia el este de muchos jóvenes de Hamelín a causa de una hambruna que afectó a la región. 

La oferta, dada a conocer en los pueblos por un locator –un captador que se presentaba a caballo con ropas llamativas y congregaba a la gente en la plaza al sonido de su silbato– era mucho más que atractiva para los campesinos de las orillas del río Wesser, explotados por sus señores y tratados en algunos casos como esclavos.

La mujer que lo vio todo

El siglo XIII fue un momento álgido en el proceso de colonización del Este, por lo que el flautista podría haber sido un locator, que congregó con su silbido a los jóvenes del lugar, quienes lo habrían seguido en busca de una vida mejor. Esto, evidentemente, supuso para Hamelín la pérdida de toda una generación; un suceso traumático que posteriormente se justificaría recurriendo a la leyenda que no tardaría en empezar a construirse.

Jacob y Wilhelm Grimm (sobre estas líneas, retratados por su otro hermano Ludwig en 1843) incluyeron en su obra Leyendas alemanas, publicada entre 1816 y 1818, la versión de la historia del flautista de Hamelín que todos conocemos en la actualidad. Los hermanos Grimm recogieron tradiciones orales aún vivas en su época, como la que contaba que la calle por la que marcharon los niños para salir del pueblo se llamaba Bungelosenstrasse, «calle sin ruido», ya que no se permitía bailar o escuchar música en ella.


La Catena Aurea, una colección de leyendas de principios del siglo XV, contiene la versión más antigua que se conoce de la misteriosa historia, y es en ella precisamente donde aparece un dato que la relaciona con esta migración histórica, pues el texto menciona la existencia de un testigo de los acontecimientos: "Y la madre del señor decano Lüde vio marcharse a los niños".

Según el libro de documentos notariales del archivo histórico de Hamelín, la familia Lüde fue una de las más activas en el ámbito de los negocios de la ciudad, por lo que alguno de sus miembros bien pudo haber presidido una corporación y ostentar, por tanto, el cargo de decano. Este hecho daría, pues, carácter de realidad a aquello que parecía sostenerse tan sólo en el mundo de la leyenda.

La pista Transilvana

La teoría de la migración de los jóvenes se confirmaría, además, por otro hecho decisivo: la toponimia de la región de Siebenbürgen ("Siete burgos"), en la actual Transilvania, denominada así en alemán por constar de siete grandes núcleos urbanos fundados por alemanes. En esta zona aparece el nombre de Hamelspring ("el lugar donde nace el Hamel"), aunque no existe allí ningún río llamado así. Ello respondería a la costumbre de los emigrantes de poner a los asentamientos que fundaban el mismo nombre de sus lugares de origen.


Athanasius Kircher (1602-1680), un jesuita famoso en su época por la amplitud de sus intereses científicos, se desplazó a Hamelín para investigar los fundamentos de la leyenda del flautista. En su obra musical Musurgia universalis (1650), Kircher (arriba, en un dibujo de la Biblioteca Ambrosiana de Milán) trató de las melodías del flautista y de su posible efecto mágico.


La historia que conocemos en la actualidad es fruto del trabajo del jesuita Athanasius Kircher en el siglo XVII, que también investigó el trasfondo histórico de la leyenda. A principios de la siguiente centuria, el erudito Johann Gottfried Gregorii difundió la leyenda en el ámbito alemán a través de sus libros populares de geografía y fueron sus versiones las que conocieron Goethe y otros autores románticos.










Historia publicada en la revista Mampato N°52 - Año 1970.





Historia publicada en la revista Chaupinela N°13.


ADEMÁS:


¿Pudo la Cruzada de los Niños de 1212 servir de inspiración a la leyenda del Flautista de Hamelín?

La Cruzada de los Niños, un evento histórico real pero con muchas versiones contradictorias, se refiere a un movimiento de jóvenes en el siglo XIII que, inspirados por la fe, se dirigieron a Tierra Santa con la intención de recuperarla. Aunque existen dudas sobre la magnitud y detalles de los hechos, se sabe que varios miles de niños y jóvenes, liderados por un joven llamado Esteban de Cloyes, marcharon desde Francia y Alemania hacia el Mediterráneo, con la creencia de que solo la pureza de su fe podría liberar Jerusalén. 



¿Qué dice?

El flautista de Hamelín
de hermanos Grimm

El flautista de Hamelín
GéneroCuento
SubgéneroCuento de hadasLiteratura infantil
IdiomaAlemán Ver y modificar los datos en Wikidata
Título originalRattenfänger von Hameln Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísAlemania

El flautista de Hamelín es una leyenda alemana, documentada por los Hermanos Grimm,[1]​ que cuenta la historia de una misteriosa desgracia acaecida en la ciudad de HamelínAlemania, el 26 de junio de 1284. En 1803 Johann Wolfgang von Goethe compuso un poema sobre la leyenda,[2]​ posteriormente musicalizado por Hugo Wolf. Además, existe un famoso poema en inglés sobre este tema escrito por Robert Browning, y una ópera, Der Rattenfänger von Hameln escrita por Viktor Nessler.

Sinopsis

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En 1284 la ciudad de Hamelín estaba infestada de ratas. Un buen día apareció un desconocido que ofreció sus servicios a los habitantes del pueblo. A cambio de una recompensa, él les libraría de todas las ratas, a lo que los aldeanos se comprometieron. Entonces el desconocido flautista empezó a tocar su flauta, y todas las ratas salieron de sus cubiles y agujeros y empezaron a caminar hacia donde sonaba la música. Una vez que todas las ratas estuvieran reunidas en torno al flautista, éste empezó a caminar, y todas las ratas le siguieron al sonido de la música. El flautista se dirigió hacia el río Weser y las ratas, que iban tras él, perecieron ahogadas.

Cumplida su misión, el hombre volvió al pueblo a reclamar su recompensa, pero los aldeanos se negaron a pagarle. El cazador de ratas, muy enfadado, abandonó el pueblo para volver poco después, el 26 de junio (en la fiesta de los santos Juan y Pablo), en busca de venganza.

Mientras los habitantes estaban reunidos en la iglesia, el hombre volvió a tocar con la flauta su extraña música. Esta vez fueron todos los niños del pueblo los que le siguieron al compás de la música, y abandonando el pueblo los llevó hasta una cueva. Nunca más se volvieron a ver. Según algunas versiones, algunos de los niños se quedan atrás, un niño cojo que no los pudo seguir por no poder caminar bien (Berlanga Gómez, 2014), uno sordo, que sólo los siguió por curiosidad, y un ciego, que no podía ver hacia donde los llevaban y se desvió. Ellos luego informaron a los padres de lo ocurrido, pero no pudieron salvar a los niños y se quedaron perdidos para siempre.

Origen

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El flautista se lleva a los niños.

El origen de la leyenda del flautista está poco claro. Se acepta con bastante seguridad que la sección sobre los niños es el núcleo original de la historia, a la que se añadió como complemento la relativa a la expulsión de las ratas a finales del siglo XVI.

Sobre el rapto de los niños se han ofrecido varias interpretaciones. Una de las más plausibles menciona la expansión hacia el este (Ostsiedlung) de los habitantes de la Baja Alemania entre los siglos XII y XV. Los niños de Hamelín serían los jóvenes de la ciudad que fueron reclutados para tal empresa.

Las primeras menciones de esta historia parecen remontarse a un vitral que existió en la iglesia de Hamelín alrededor del año 1300. Este vitral está descrito en diferentes documentos entre los siglos XVI y XVII y al parecer fue destruido alrededor del siglo XV.

Inspirado por dichas descripciones, Hans Dobbertin creó en época moderna un vitral, el mismo que hoy puede admirarse en la iglesia de Hamelín. Esta obra recrea una imagen de la leyenda en donde se ve al flautista vestido coloridamente, guiando a los niños, vestidos de blanco, fuera del pueblo.

Se piensa que el vitral original fue hecho a la memoria de algún suceso trágico que acaeció en el pueblo. Sin embargo, a pesar de numerosas investigaciones, no se ha podido encontrar ningún documento histórico que dé fe de algún hecho que pueda ligarse con esta leyenda.

Las teorías que se atribuyen cierta credibilidad pueden ser agrupadas en cuatro categorías:

  • Los niños fueron víctimas de algún tipo de accidente por el cual se ahogaron en el río Weser (que pasa por Hamelín) o fueron enterrados por algún deslizamiento de tierra.
  • Algunos niños fueron víctimas de alguna enfermedad que los habitantes consideraron peligrosa y contagiosa, por lo que los niños fueron conducidos fuera del pueblo para proteger a los demás habitantes. Se ha sugerido alguna forma de la peste, lo cual no es posible porque los primeros brotes de peste negra surgieron en Europa más de medio siglo después.
  • Los niños (o jóvenes) dejaron el pueblo para tomar parte en alguna peregrinación o una campaña militar, pero nunca regresaron con sus padres. Estas teorías presentan al flautista como un líder (Berlanga Gómez, 2014).
  • Premysl Otakar I entregó cierta cantidad de tierras a Bruno von Schauen Burg junto a la ciudad de Olomouc y este necesitaba repoblarlas, para lo que envió a uno o varios agentes con el fin de conseguir colonos (Berlanga Gómez, 2014). Los niños, que en este caso serían jóvenes, abandonaron voluntariamente Hamelín para independizarse y conseguir una vida mejor a unos 846 kilómetros de su ciudad natal (un mes de marcha aproximadamente).

Las teorías más aceptadas son las dos últimas, pues numerosos poblados fueron fundados en el este de Europa por aquella época y por colonos de origen alemán. Pero el hecho de que por esas fechas también comienzan a surgir apellidos de la Baja Sajonia en los alrededores de Berlín hace suponer que el reclutador no fuese contratado por el checo Schauen Burg, sino por un berlinés distante unos 345 kilómetros o unos quince días de camino.[3]​ Hay que considerar que la palabra alemana Kinder haría referencia no sólo a los niños, sino de manera más genérica a “los hijos del pueblo”. En este caso el flautista también sería un reclutador y líder de los futuros colonos.

Además, estas teorías están reforzadas por una documentación más sólida. Un individuo llamado Decan Lude, originario de Hamelín, informó hacia 1384 que poseía un libro coral que contenía una estrofa que aportaba el testimonio de alguien que había visto con sus propios ojos el suceso. Lude aseguraba que esta estrofa era obra de su abuela. Este libro se considera perdido desde fines del siglo XVII. El nombre “Decan Lude” puede indicar una posición clerical, es decir, la de diácono (latín: decanus, alemán moderno: Dekan o Dechant) y Lude una forma antigua o dialectal de Ludwig, pero esto no ha sido probado.

Esta estrofa parece haber llegado hasta el presente por una inscripción de 1602 o 1603, que se encuentra en la calle Bungelosenstraße de Hamelín:

Inscripción en alemán antiguo tallada en piedra en la parte superior de la Rattenfängerhaus (“Casa del cazador de ratas”) de Hamelin.

Anno 1284
am Dage Johannis und Pauli
war der 26. Juni
durch einen Pieper
mit allerley Farve bekledet gewesen
CXXX Kinder verledet
binnen Hameln gebo[re]n
to Calvarie bei den Koppen verloren.

lo que puede traducirse al español como:

En el año de 1284
en el día de Juan y Pablo
siendo el 26 de junio
por un flautista
vestido con toda suerte de colores,
fueron seducidos 130 niños nacidos en Hamelin
y se perdieron en el lugar del Calvario, cerca de las colinas.

Esta parece ser la mención más antigua del hecho. Koppen significa en antiguo alemán "colinas", y parece referirse a las estribaciones que rodean a la ciudad.

Por otro lado, existe una ley-costumbre largamente establecida en Hamelín, que prohíbe cantar o tocar música en una calle particular de la ciudad, por respeto a las víctimas del legendario acontecimiento: la llamada Bungelosenstraße, adyacente a la “Casa del Flautista”. Durante desfiles públicos con música, incluidas las procesiones matrimoniales, la banda musical deja de tocar al llegar a esta calle y continúa con la música una vez que la haya atravesado.

Otras versiones apuntan a que los niños entraron en un cerro y éste se cerró como si no existiese.

Alusión literaria

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En el Relato del papa Inocencio III, perteneciente a la Cruzada de los niños (La Croisade des Enfants),[4]​ el escritor francés Marcel Schwob escribió en 1896:

Como sabéis, Señor, el maligno se apodera gustoso de los niños. En otro tiempo adoptó la figura de un cazador de ratas, para arrastrar con las notas de música de su caramillo a todos los pequeñuelos de la ciudad de Hamelín. Unos dicen que aquellos infortunados se ahogaron en el río Weser; otros, que los encerró en la falda de una montaña.

En el libro Un par de días, de Tony Vigorito, el flautista de Hamelin es un virus creado por el gobierno de Estados Unidos.

Alusión musical

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  • El grupo surcoreano BTS en la canción "Pied Piper", de su miniálbum Love Yourself: Her, hace una analogía con el fiel apoyo de su grupo de seguidores.
  • El cantante mexicano Emmanuel lo menciona en la canción "La chica de humo", cuando al comienzo de la canción dice: "Aún yo no sé quién es, lo deben saber mis pies, la siguen como las ratas a la flauta de Hamelin para perderla después".
  • El grupo sueco ABBA lanzó en 1980 la canción "The Piper", incluida en su álbum Súper Trouper, la cual hace alusión al Flautista de Hamelin, añadiendo ritmos medievales a la canción y una frase en latín; en los coros se cuenta cómo los niños son seducidos por una extraña melodía, siguiendo al flautista y bailando la música para él.
  • La banda de thrash metal Megadeth incluyó en su álbum Countdown to Extinction el tema "Symphony of Destruction", donde se hace una analogía entre el flautista de Hamelín guiando a las ratas con su música y la humanidad siendo guiada por la sinfonía de la destrucción.
  • La banda de doom metal sueca Candlemass incluyó en su disco Nightfall una canción titulada "Bewitched" (que se traduce como Embrujado), que es líricamente una reinterpretación de la leyenda del flautista de Hamelín. En la canción se le interpreta de un modo más o menos maligno.
  • La banda de rock española Ñu incluyó en su disco A golpe de látigo (1980) una canción llamada «El flautista», la cual recrea el cuento tradicional. En este caso, el Flautista aparece retratado de forma positiva, como un líder mesiánico que conduce a los niños a un lugar mejor, «sin humos y sin ratas».
  • El primer LP, homónimo, de la banda de power metal Demons & Wizards incluye una canción llamada "The Whistler" que ofrece una interpretación peculiar del cuento de los hermanos Grimm. En este caso la historia la narra en primera persona el Flautista. Este desvela que, como venganza por la traición al acuerdo cerrado con el pueblo de Hamelín, se lleva a los niños como alimento para el clan de las ratas y su reina, de la cual él es vasallo.
  • el cantautor español Joaquín Sabina menciona la historia en su canción "La del pirata cojo", que ha cantado tanto en solitario como junto a Joan Manuel Serrat en la serie de conciertos Dos pájaros de un tiro y La orquesta del Titanic.
  • El grupo de rap Ayax y Prok lanzó una canción el 23 de febrero de 2015 llamada "La flauta de Hamelín".
  • El grupo musical y humorístico argentino Les Luthiers interpreta su particular versión del cuento en el espectáculo Lutherapia, con el título El Flautista y las Ratas.
  • El grupo de K-pop SHINee en su canción "Everybody" hace referencia al flautista de Hamelín.
  • El cantante español Ismael Serrano compuso una canción titulada "Rebelión en Hamelín", donde plantea la hipótesis de lo que sucedería si las ratas decidieran liberarse del flautista.
  • El grupo de J-rock Hello Sleepwalkers compuso "Hameln wa Dono You ni Shite Fue wo Fuku no ka" (Oh, Pied Piper of Hamelin, how will you play your flute tonight?)", canción que habla sobre dicho cuento y que se encuentra incluida en su álbum Planless Perfection.
  • El grupo surcoreano Tri.be lanzó ua canción llamada Loro donde se hace una mención al flautista.

Referencias en medios audiovisuales

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  • En el anime Mondaiji-tachi ga Isekai Kara Kuru Sō Desu yo? el flautista de Hamelín es una comunidad conformada por tres miembros, los cuales tienen como líder a un rey demonio.[cita requerida]
  • En la película A Nightmare on Elm Street (2010) se relaciona al Flautista de Hamelín con el origen de Freddy Krueger y su macabra relación con los niños.
  • En la serie Silicon Valley el nombre de la startup fundada por Richard Hendricks y en torno a la cual gira toda la trama es "El Flautista" ("Pied Piper").
  • En la serie Mentes criminales el villano principal del episodio 12 de la temporada 14, titulado "Hamelin", usa respuesta sensorial a través de Internet para atraer a su guarida a los niños mientras duermen, con el afán de vengarse de sus padres por hacerlo ver como un pedófilo; este es uno de los mensajes subliminales en la historia del flautista de Hamelín.
  • En la serie The Walking Dead, Negan hace referencia al flautista en un diálogo con Maggie, en el estreno de su décimo primera temporada.





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