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viernes, 8 de marzo de 2024

Especial mes de la Mujer: Entrevista a Camila Reveco, editora de arte

 

Camila Reveco / Lic. en Comunicación. Editora de revista Ophelia.

Editar una revista de artes plásticas implica la selección cuidadosa de artistas destacados, la creación de contenido relevante y la presentación visualmente atractiva de las obras. Es fundamental contar con un equipo editorial especializado y un diseño gráfico de alta calidad para destacar la belleza y la técnica de las pinturas, por ejemplo. Además, se debe tener en cuenta la investigación exhaustiva sobre las tendencias actuales en el arte realista contemporáneo para ofrecer a los lectores una visión completa y actualizada del panorama artístico.


El desafío de hacer una revista cultural radica en la necesidad de ofrecer contenido relevante y de calidad que atraiga a un público diverso y exigente. Es crucial mantener un equilibrio entre la profundidad de los temas tratados y la accesibilidad para el lector promedio. Además, se debe estar al tanto de las tendencias actuales en arte, literatura, música y cine para poder ofrecer una perspectiva fresca y actualizada. La clave está en la creatividad, la originalidad y la constante búsqueda de la excelencia en cada edición.

-Una revista de arte con 26 ejemplares editados. ¿Cómo se logra?
Perseverancia pura. En septiembre vamos a cumplir siete años, hemos pasado por muchas etapas: momentos que hemos vivido con mucha felicidad y euforia y otros con mucha angustia y preocupación. Supongo que me acostumbre a vivir así. Llevar a cabo un proyecto cultural de estas características exige hacer balances constantes, revisar objetivos y estar preparados todo el tiempo para cambios en muchos niveles porque el objetivo es sacar siempre una nueva revista mirando haciendo el frente y vivir de tu trabajo.

-¿Esta ha sido una revista itinerante?
-Ophelia nació en Mendoza, Argentina en el 2017. Se consolidó y creció mucho como proyecto en Chile entre el 2019 y el 2022, etapa en la que yo estuve viviendo en ese país, luego en España y ahora estamos atravesando la etapa opheliana “franco-argentina”. Yo estoy trabajando desde Francia -estoy en Europa hace casi dos años- y mi hermano Julián trabaja conmigo desde Argentina. Somos una dupla indestructible. Hemos logrado editar 26 números y en cada uno reunimos a diferentes dibujantes, pintores, escultores y grabadores de habla hispana. Les hacemos preguntas a través de un cuestionario cerrado y de esa forma vamos registrando sus impresiones sobre el oficio y el arte de nuestro tiempo. Contamos, además, con colaboraciones de amigos que envían artículos de opinión y ensayos sobre arte, como es el caso de Adriana Villagra y Andrea Marone.


-¿Por qué el nombre Ophelia?
-Recuerdo muy bien el momento en que tuve que pensar en el nombre. Quería un nombre de mujer y pensé en “Gioconda” pero rápidamente lo reemplace por “Ophelia”, la hermosa pintura del  inglés John Everett Millais. Me sonaba femenino, delicado y a su vez con fuerza e identidad propia. Veo la pintura todos los días y a cada rato -porque es el fondo de pantalla de mi notebook y siempre me encanta verla. Es realmente extraordinaria -no se que impacto tendrá en mi cuando la vea en vivo, si es que eso sucede. La flora que flota alrededor de la modelo es uno de los motivos más celebrados de la pintura… es una delicadeza total. Y esas flores dicen mucho más de lo que uno puede llegar a imaginar, porque cada una sirve como símbolo -eso de los mensajes “encriptados” en los cuadros me fascina-. Algunas de las plantas que aparecen son las que menciona Shakespeare, que a menudo asignaba significados a las flores; pero otras fueron seleccionadas el propio Millais, que había cultivado un interés por el “lenguaje de las flores”—. Es fascinante ese tema pero, en fin… que toda la historia detrás del cuadro y por supuesto el movimiento en el que se enmarca convierten a Ophelia en una absoluta gloria. Los prerrafaelistas fueron unos auténticos bohemios, “locos lindos”, que se rebelaron contra la Academia, reivindicaron lo clásico y lo hicieron con mucho, pero mucho, talento y maestría. Falta un grupo de prerrafaelistas ya mismo.



-¿Existe una competencia o complemento entre lo virtual y lo físico? Ophelia tuvo un período de ejemplares físicos.
-Sólo tres números imprimimos. Nunca hay comparación “emotiva” entre lo impreso y lo digital. No es una discusión. Los que somos amantes de las revistas lo sabemos y los que editamos revistas hoy también debemos asumir las circunstancias actuales: imprimir Ophelia hoy es imposible por los altos costos. No estamos dispuestos a imprimir una revista que no esté a la altura de lo que imaginamos.
-¿Qué significado tiene para usted una fecha como la del Día de la Mujer?
-Ahora estamos por editar un nuevo especial de “Artistas mujeres”. Siempre genera algunas inseguridades armar “especiales” en torno a estos temas y reunir en una revista sólo a mujeres y por el sólo hecho de ser féminas, sabiendo que dicha decisión no involucra, necesariamente, una reflexión en torno al feminismo y conscientes, además, que las obras de muchas de las creadoras que reunimos, no tienen, al menos de forma explícita, una temática vinculada a la perspectiva de género. Hay riesgos y el más preocupante, quizás, tiene que ver con esto de “caer” en la banalización de la lucha feminista y contribuir a lo que algunos llaman “la moda del feminismo”. Cuando, cualquier intento de pensarnos como mujeres debe tener, ante todo, el objetivo de visibilizar la falta de equidad y ese trato “peyorativo” hacia nuestras prácticas. 


Como editora he vivido algunas situaciones que podrían estar dentro de la etiqueta de “violencia machista” aunque también debo decir que poco o nada me ha importado. Nunca busqué la aprobación dentro del “circuito” del arte contemporáneo; lugar que, por supuesto, está repleto de hombres (ellos son los que conducen, los que dirigen, los que toman las decisiones… por lo tanto, son los que tienen cierto poder…). Esos mismos hombres pueden presentarse muchas veces como personas interesadas en tu proyecto, se sorprenden, te llenan de halagos, hasta que mágicamente dejan de estarlo y es que, simplemente, sus intereses eran otros. Solo hay que ser mujer para entender lo que significa trabajar e intentar prosperar encontrándote en el camino con algunos hombres que acosan. En Ophelia, desde el comienzo, hemos tenido muy pocas alianzas de trabajo y las que hay son con personas íntegras, que nos respetan y que consideran nuestra labor en materia de difusión. Ahora bien, y más allá de las confesiones, tengo que ser clara en otra cosa que también he dicho en algunas oportunidades: para que un producto cultural pueda llamarse “feminista”, debe tener el propósito explícito de educar a sus lectores sobre la falta de equidad entre hombres y mujeres y, revista Ophelia, si bien no pone en duda algunos de los puntos que el feminismo pone sobre la mesa (algunos no, otros si) de ninguna forma podemos presentarnos como una publicación feminista. Nuestro objetivo sigue siendo el de difundir el trabajo que llevan a cabo artistas contemporáneos, más allá de su género.


-¿Cuáles son sus proyectos?
-Este año comenzó con una revista que sacamos en enero -la N°25-. de la que estamos muy orgullosos porque reunimos a un excelente grupo de artistas. Ahora viene el especial de mujeres, luego la revista de mayo -en el marco del día del trabajador- y finalmente la revista de septiembre, para celebrar estos siete años de dichas y desdichas. Pondremos mucha energía y tiempo en nuestro canal de youtube para que crezca y también trabajaremos un proyecto nuevo -que hace un año comenzamos a imaginar-: nuestra propia galería virtual orientada a la venta de reproducciones de obras de arte dentro de Europa. Veremos qué sucede. Dicen que sin sueños no hay futuro.

CONTACTO

-¿Cómo se consigue Revista Ophelia? 
https://ko-fi.com/revistaophelia/shop (Descarga sin costo o a través de donación voluntaria!) 
-¿Cuál es nuestro canal en Youtube? 
https://www.youtube.com/@RevistaOphelia
-Instagram: @opheliarevista -web: www.revistaophelia.com


1 comentario:

  1. Hermosa entrevista. Qué gran esfuerzo. Espero sean cientos de ejemplares más.

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