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sábado, 25 de marzo de 2023

Quentin Tarantino: Un bastardo con gloria

Quentin Jerome Tarantino (Knoxville, Tennessee, 27 de marzo de 1963) es un director de cine, productor, guionista, editor y actor estadounidense.

"Inglourious Basterds" es una película de 2009 escrita y dirigida por Quentin Tarantino y protagonizada por Brad Pitt, Christoph Waltz y Mélanie Laurent. Titulada Malditos bastardos​ en España y Bastardos sin gloria​ en Latinoamérica, la película es una ficción ucrónica sobre la Alemania nazi. El estilo recuerda al spaghetti western y al cine bélico italiano de los años 1960. Christoph Waltz, que interpretó a Hans Landa, recibió el premio al mejor actor en el Festival de Cannes, el premio al mejor actor de reparto del Sindicato de Actores, el Globo de Oro y Óscar en la misma categoría.

La carrera de Quentin Tarantino comenzó a finales de la década de 1980, cuando escribió y dirigió My Best Friend's Birthday —cortometraje cuyo guion sería la base del argumento de la película True Romance, de Tony Scott (1993) y que fue parcialmente destruido durante un incendio—. En 1992 inició su carrera como cineasta independiente con el estreno de Reservoir Dogs, considerada por la revista Empire como «la mejor película independiente de todos los tiempos». ​Su popularidad no hizo sino crecer con su segundo largometraje, Pulp Fiction (1994), una comedia negra antológica que se convirtió en un enorme éxito de crítica y público, además de una pieza fundamental de la cultura popular.​ El semanario Entertainment Weekly la designó como la mejor película estrenada entre 1983 y 2008, y algunos críticos del British Film Institute la colocaron en el número 127 de las mejores películas de todos los tiempos.​ En Jackie Brown (1997), Tarantino rindió homenaje al género blaxploitation.

Seis años después, en la película dividida en dos partes, Kill Bill (2003-2004), Tarantino ofreció un relato de venganza que aúna tradiciones cinematográficas del cine de kung-fu, artes marciales japonesas, spaghetti western y terror italiano (giallo). En 2007 dirigió Death Proof, junto a su amigo Robert Rodriguez, y dos años después estrenó un proyecto largamente pospuesto y bien valorado por la crítica, Inglourious Basterds, que cuenta una ucronía sobre dos planes distintos para asesinar a los líderes políticos de la Alemania nazi.​ En 2012, con Django Unchained, Tarantino filmó su homenaje al wéstern, centrado en el mundo esclavista del sur de los Estados Unidos justo antes de la Guerra de Secesión, y que con una recaudación de 425 millones de dólares se alzó como su película con mayores ganancias en taquilla. En su octavo largometraje, The Hateful Eight (2015), rinde homenaje a las películas wéstern de gran presupuesto de 1960 y 1970, además de haber sido rodada en 70 mm. Cuatro años después, Tarantino regresaría a lo grande con Once Upon a Time in Hollywood (2019). La historia se centra en la vida del actor de Hollywood venido a menos, Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), y la de su amigo y doble de acción, Cliff Booth (Brad Pitt). De manera paralela a la trama principal, se narran fragmentos de la vida de la actriz Sharon Tate (Margot Robbie) y de los miembros del culto la Familia Manson, liderada por Charles Manson.

El cine de Tarantino ha sido elogiado por la crítica y ha gozado del favor del público general, lo que lo ha convertido en un éxito comercial. Por ello, ha recibido numerosos galardones, como dos premios Óscar, dos Globos de Oro, dos premios BAFTA y la Palma de Oro del Festival de Cannes. En 2005 la revista Time lo incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes y el cineasta e historiador Peter Bogdanovich también afirmó que es «el director más influyente de su generación».​ En diciembre de 2015, Tarantino recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood por sus contribuciones a la industria del cine. (W)

Un cine extraordinariamente previsible 

Lo es tanto para los que adoran su universo como para aquellos que le detestan abiertamente. Quizá haya por ahí algunos que le aprecien o critiquen de forma moderada pero seguro que son los menos. Decíamos que es previsible, felizmente previsible si tenemos en cuenta que el primer mandamiento de su filmografía es ya no solo no aburrir nunca al espectador, sino lograr que se lo pase en grande, que se olvide de todo y disfrute en la butaca como hacía él cuando era un crío en los primeros setenta y alucinaba con las cintas de acción. Lo consiga o no, lo que es transparente es que ese ha sido su objetivo en las nueve películas que ha dirigido, desde que nos voló la cabeza con Reservoir dogs en 1992 y nos mandó el cráneo aún más lejos dos años después con Pulp fiction.

Es previsible por más razones, por sus robos/homenajes a los cineastas que ama, por la manera en que dialogan sus personajes, la forma en que estructura sus historias o el modo en que utiliza el cancionero pop. Es siempre reconocible –ya sea un western o una de artes marciales– y a estas alturas no manifiesta síntoma alguno de agotamiento. Bueno, todo esto para decir que si Tarantino escribe un libro con sus reflexiones sobre el séptimo arte está muy bien que sea tan previsible como su trabajo tras la cámara: entretenido, libre, divertido, descarado, disfrutón… También que concuerde con la imagen pública que proyecta, enfermizamente erudito y con todos los fuck you que sean necesarios. Sus Meditaciones de cine responden a ese perfil pero están muy acotadas a los años en que pasó de la infancia a la adolescencia obsesionado con unas cuantas películas, guionistas, actores y directores.



El principio y el final del libro es lo más parecido a unas memorias que tenemos por ahora del director de Kill Bill. Es en ese principio tan autobiográfico cuando nos informa de que con apenas ocho años su madre y su padrastro toman una decisión que marcará su vida: le llevan al cine de sesión doble a ver películas de adultos a condición de que no sea un incordio. Aquella decisión materna le puso en contacto con la serie B y lo que nuevo conoceríamos como el Nuevo Hollywood, con la obra setentera y violenta de los Martin Scorsese, Don Siegel, Sam Peckinpah, John Boorman, Brian De Palma o John Flynn, entre otros.

La inteligencia de sus análisis y el entusiasmo (contagioso: dan ganas de revisitar casi todos los títulos que repasa) no remiten en ningún momento lo largo de todo el texto. Reconocemos su voz. No cuesta nada imaginarle acelerado, gritón, cachondo, palabrotero pero sobre todo sagaz, original y contundente mientras nos explica las claves del éxito de Steve McQueen (“que era sencillamente estar, sencillamente llenar el encuadre con él”); enumera las razones por las que Harry el sucio no es una película fascista pero sí agresivamente reaccionaria; expresa su aversión a los críticos que se ponen por encima de las películas y que parecen odiar su trabajo; aclara por qué Taxi driver es “una obra maestra valiente” y su director un cobarde incapaz de defenderse cuando le preguntaban en las entrevistas por la extrema brutalidad de su final; defiende la grandeza de Sylvester Stallone como actor, guionista y director de Rocky II y La cocina del infierno; y recuerda con una nostalgia tipo José Luis Garci las diferentes salas que en Los Ángeles fueron su verdadera escuela.

Entre las ventajas de ser Tarantino está que si tienes alguna duda relativa a una película puedes llamar a Robert De Niro, Walter Hill, Martin Scorsese o Paul Schrader, al que le caen tantas críticas por la dirección de Hardcore, un mundo oculto como piropos por el guión de Taxi driver. Los lectores comprobarán rápido que no pueden pasar por alto las notas a pie de página y que no solo conoce el cine español de acción y terror sino que el Matador de Pedro Almodóvar debe de ser de las pocas cosas que salva del cine de los ochenta.

“Yo era un joven entusiasta del cine en una época en que las películas eran una pasada”, escribe Tarantino y el libro es la demostración de que sigue opinando lo mismo. Entre tantas cosas malas que nos trajo el confinamiento en pandemia, una especialmente buena: puso a Tarantino a escribir sobre las películas que le cambiaron la vida y que siguen dentro de él.

FUENTE



Aldo, el apache


"De vez en cuando sale el destino y está de tu lado"

Lo que dijo la crítica

Peter Travers
Rolling Stone
"Tarantino reescribe la historia con la única autoridad que posee: su reinado como director de cine. ¿Dividirá a la audiencia? Denlo por hecho. Pero para cualquiera que profese amor verdadero por el cine, no hay resistencia. (...) 

Roger Ebert
Chicago Sun-Times
"Al infierno con los libros de historia; Tarantino libra su propia guerra. (...) una gran, valiente y audaz película bélica (...) 

David Denby
The New Yorker
"No es aburrida, pero es ridícula y terriblemente insensible (...) La película está realizada con habilidad, pero es demasiado tonta para ser tomada en serio, incluso como broma." 

Manohla Dargis
The New York Times
"Desde el momento en que aparece en pantalla el carismático y sonriente nazi [Waltz] (...) se adueña del film incluso más que su creador. (...) pocas veces una película suya se ha sentido tan interminable como esta" 

Todd McCarthy
Variety
"Sorprendente, alocada, interminable y algo cerrada en su propia inteligencia, es una obra americana de arte pop completamente original" 

Peter Bradshaw
The Guardian
"Una basura muy decepcionante en la que Brad Pitt hace su actuación más repelente hasta la fecha (...) 

Kirk Honeycutt
The Hollywood Reporter
"Sorprendentemente mansa (...) El film no es malo en absoluto, pero las cosas que pensamos por ser 'de Tarantino': largos -y salvajemente divertidos- diálogos, el humor en la violencia (...) se echan mucho de menos." 
Chris Hewitt
Empire
"Notablemente brillante. Con tanto carácter como su título, es una película maravillosamente interpretada que trastoca las expectativas todo el rato. Y puede que tenga la dirección y escritura más segura y audaz de la carrera de QT." 
 
Ty Burr
Boston Globe
"¿Funciona? Basándonos en las escenas, 'Inglourious Basterds' es excelente, aunque es un Tarantino desgastado (...) Es su película más floja hasta la fecha.

 
Mick LaSalle
SFGATE
"Es la primera película de la madurez artística de Tarantino, demuestra el talento que ha estado prometiendo durante 15 años. Tiene todas las cosas que le gustan a los fans de Tarantino" 

Richard Corliss
Time
"'Basterds' es larga y, para el hipercargado autor, sorprendentemente floja. Hay que declararla un fracaso." 

Emma Jones
BBC
"Visualmente atrapante (...) De nuevo, el director americano difumina los géneros en el cine (...) Tarantino ha logrado un glorioso, tonto y sangriento retorno." 
 
Sukhdev Sandhu
Telegraph
"'Inglourious Basterds' está llena de detalles sutiles (...) Pero esos detalles no aportan nada (...) Es una película que sólo está interesada en las películas (...) 
Keith Phipps
AV Club
"Sus momentos de grandeza —y hay bastantes— parecen desconectados, atrapados en una película que no sabe cómo relacionarlos" 
 
Daniel Andreas
FilmAffinity

No es fácil hacerse una opinión de esta película. Si uno se queda en la superficie (se trata de una farsa, y ello implica que nada de lo que veamos debe ser tomado muy en serio), “Malditos bastardos” le parecerá ingeniosa, entretenida y muy vistosa. Si rasca un poquito, es probable que descubra que el guion no solo es endeble como trama, sino que flojea notablemente a la hora de resolver las mismas situaciones que con tanto suspense y tan brillantes diálogos ha sabido construir. Y si ahonda un poco más, es posible que se sienta violento por haberse reído de cosas que, realmente, no está seguro de que puedan ser tratadas en clave de farsa (ese comienzo, tan brillante como frívolo…). Pero como somos tan posmodernos, que cada espectador elija su lectura, y todos contentos. Eso sí, en una cosa estarán todos de acuerdo: el papel y la interpretación de Christoph Waltz son, sencillamente, de lo más brillante de la última década. Sin ellos, la película se desinflaría como un globo pinchado. Y eso es que algo falla.
Carlos Boyero
Diario El País
"Tarantino falsea la historia con bastante gracia. (...) se presta a todo tipo de delirios (...) con una invención muy poderosa (...) tiene su punto Brad Pitt" 

Luis Martínez
Diario El Mundo
"Diálogos magistrales, violencia, sentido del humor y, esto es nuevo, un galimatías de idiomas realmente gozoso. Se aprecia además, una madurez en la puesta en escena. (...) tiene falta de ritmo y lagunas narrativas" 

Jordi Costa
Diario El País
"Revisionismo pop. (...) Su gloria está en el exceso, (...) en mezclar diálogos perfectos y recursos visuales deliberadamente estridentes y, por supuesto, en atreverse a proponer una realidad alternativa" 


Oti Rodríguez Marchante
Diario ABC
"Es gigantesca, entretiene a ratos, tiene momentos pasablemente ingeniosos (...) un despliegue visual y musical acosumbrado... pero uno tiene la impresión de que el que más se divierte con ella es el propio Tarantino." 


Fernanda Solórzano
Letras Libres
"Tarantino divierte a su público con una puesta en escena gore (...) El tono de 'Bastardos sin gloria' vuelve absurda la reflexión moral" 


Diego Lerer
MicropsiaCine.com
"La primera escena de 'Bastardos sin gloria' es tan pero tan buena que la película existe, vibra y se sostiene gracias a ella. Tengo la impresión que sin esa escena —o sin su impecable ejecución—
casi no tendría sentido todo lo que sigue." 



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