Esta es una canción de protesta muy inteligente creada por el dúo chileno Schwenke y Nilo. Y digo "inteligente" porque no recurre al tradicional cliché "yo bueno tu malo". Es una canción de 1987 que describe casi de modo bello la dura realidad de miles de niños de un país cuyo gobierno los había abandonado a su suerte.
Probablemente la expresión más importante y representativa del movimiento de Canto Nuevo, desarrollado en Chile durante la década de los '80, fueron los valdivianos Schwenke & Nilo, un dúo que mantuvieron por más de treinta años los músicos Nelson Shwenke y Marcelo Nilo. Inspirados en la tradición de la canción social, en las inquietudes en torno a las relaciones humanas y en apego a la naturaleza del sur de Chile, muchas de sus canciones fueron clásicos de los circuitos más activos de oposición al régimen de Pinochet. El proyecto nunca detuvo su trabajo, incluso tras la muerte de Nelson Schwenke en 2012.
El regreso de la democracia al país, en 1990, no se tradujo en una mayor presencia mediática, y la falta de espacios los confinó a un escaso ritmo de presentaciones en vivo. Luego de grabar su cuarto disco, ambos músicos comenzaron a ejercer sus profesiones. Más tarde, y por motivos personales, Nelson Schwenke decidió mudarse a la ciudad de La Calera para administrar y atender una ferretería, labor que mantuvo varios años. Nilo, en tanto, se conviertió en profesor univesitario , se integró al Centro de Danza Espiral y estableció una vinculación regular con la Fundación Víctor Jara.
Su actividad musical bajó en intensidad, pero nunca cesó. Durante los años '90, los músicos completaron tres producciones con el sello Alerce, manteniendo su discurso lírico y musical, enriquecido por músicos invitados y siempre incluyendo temas de inspiración humorística, en una de sus facetas menos conocidas. En el año 2000 registraron un disco doble en vivo; y en el 2004 lanzaron el Volumen 8, producido con recursos de Fondart.
Comparados con Simon & Garfunkel, con canciones que van de la reflexión más triste a la ironía más inteligente, y con sonidos que se pasean de la guitarra acústica a las secuencias electrónicas, Schwenke & Nilo es una de las agrupaciones más longevas de la trova chilena. Lejos de los grandes escenarios, los festivales, las radios y la televisión, han optado más por la discreción que por los reclamos por falta de espacios. "Golpeamos las puertas en su momento y no se abrieron", dice Nelson Schwenke, en una opción por la marginalidad que suena consecuente con el discurso musical que desde entonces mantuvo el dúo valdiviano.Mantuvo entonces su intensa actividad en vivo, y el 2010 editaron un libro con su historia. Schwenke y Nilo: Leyendas del sur, del periodista Rodrigo Pincheira.
El 21 de junio del 2012, sin embargo, el grupo sufrió el más fuerte golpe de su historia: Nelson Schwenke fue atropellado en Providencia y falleció a la madrugada siguiente. Su muerte interrumpió el devenir del grupo durante algún tiempo, pero Marcelo Nilo, junto a los músicos de apoyo del dúo retomó al poco tiempo el trabajo en vivo y hoy mantiene activo el nombre de Schwenke & Nilo. La presentación del DVD Schwenke & Nilo 30 años registros de un viaje —donde se muestra el registro del concierto en Teatro Oriente de Santiago, el 14 de noviembre de 2009— es una de las muestras de esa continuidad. (F)
El viaje
Señores, denme permiso
pa´ decirles que no creo
lo que dicen las noticias
lo que cuentan en los diarios
lo que entiendo por miseria
lo que digo por justicia
lo que entiendo por cantante
lo que digo a cada instante
lo que dejo en el pasado
las historias que he contado
o algún odio arrepentido.
Para que ustedes no esperen
que mi canto tenga risa
para que mi vida entera
les quede al descubierto
para que sepan que miento
como lo hacen los poetas
que por amarse a si mismos
su vida es un gran concierto
déjenme decirles esto
que me aprieta la camisa
cuando me escondo por dentro.
Y si alguno quiere risa
tiene que volver la vista
ir mirando a las vitrinas
que adornan las poblaciones
o mirar hacia la calle
donde juegan esos niños
a pedir monedas de hambre
aspirando pegamento
pa calmar tanto tormento
que les da la economía.
cierto que da risa.
Pero yo creo que saben
donde duermen esos niños
congelados en el frio
tendidos al pavimento
colgando de las cornisas
comiéndose a la justicia
para darles tiempo al diario
que se ocupe del deporte
para distraer la mente
para desviar la vista.
De este viaje
por nuestra historia
por los conceptos
por el paisaje.
Nos vemos el próximo domingo con otra canción que me gusta
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