El 14 de abril de 73, en Masada, cerca de Jerusalén (Judea), los judíos defensores de la fortaleza cometen un suicidio colectivo para no entregarse a los romanos.
Masada es un yacimiento arqueológico que comprende los restos de varios palacios y fortificaciones que se localizan en la cumbre amesetada de una montaña aislada en la región oriental del desierto de Judea, próxima a la costa sudoccidental del mar Muerto, y dentro de los límites del Concejo Regional de Tamar, en el Distrito Meridional de Israel.
Masada es conocida por su destacada importancia en los compases finales de la primera guerra judeo-romana (también conocida como la Gran Revuelta Judía), cuando el asedio de la fortaleza por parte de las tropas del Imperio romano condujo finalmente a sus defensores a realizar un suicidio colectivo al advertir que la derrota era inminente. (W)
INMOLACIÓN COLECTIVA
Iniciado el ataque, los romanos lograron derribar un tramo de la muralla mediante los golpes de su ariete, pero los defensores lograron cerrar la brecha con maderas y piedras. Flavio Josefo cuenta que entonces se produjo un incendio seguido de un cambio de dirección del viento que, por un instante, amenazó la integridad de la torre romana. Aquel día no cayó Masada, pero tanto romanos como judíos sabían que era cuestión de tiempo.
Según el mismo autor, por la noche Eleazar ben Yair pronunció un discurso con el que persuadió a los defensores de Masada de que lo mejor era quitarse la vida para ahorrarse el oprobio de verse humillados por los romanos. Puestos todos de acuerdo, quemaron sus posesiones y víveres, aunque respetando una parte para dejar claro que no morían por falta de abastecimiento. Luego, puesto que la ley judía prohíbe el suicidio, cada hombre se encargó de dar muerte a su esposa e hijos. A continuación, sortearon diez hombres que dieron muerte al resto y, por último, uno de ellos mató a los otros nueve antes de, éste sí, suicidarse. Cuando al día siguiente los romanos entraron en Masada se encontraron con una montaña de más de 950 cadáveres y sólo siete supervivientes: dos ancianas y cinco niños que se habían escondido y que contaron lo que había ocurrido en la cumbre de Masada durante el asedio. (F)
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