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miércoles, 31 de mayo de 2023

El tema de la tentación en el arte

Tentación de San Hilarión de Viktor Karlovich Shtemberg.
“Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo” 
(Santiago 1:14).

                                                                                        

El hombre religioso se las ha ingeniado para transformar lo que es un mandato de la madre naturaleza en pecado. La atracción por el sexo opuesto se transforma en tentación y esta se personaliza siempre en una mujer.

                                                                                        


Tentación es el deseo de realizar una acción inmediatamente agradable pero probablemente dañina a largo plazo, por multitud de razones: legal, social, psicológica (incluyéndose la culpa), etc. También designa al acto de coaccionar o inducir a una persona la realización de un acto, por manipulación o por influencia de curiosidad, deseo o miedo de pérdida. En el ámbito de las religiones, se refiere a la inclinación al pecado.
En las doctrinas cristianas, es la provocación o incitación por parte de Satanás (el Diablo) a acceder, obedecer o no obedecer, aceptar o no aceptar; hacer o dejar de hacer y decir o dejar de decir.



Según la Biblia, y específicamente en Lucas 4, 1 -13 y Mateo 4, 1-11, se habla de la tentación de Jesús, éste fue tentado a dejar de hacer la voluntad de su Padre (Yahveh), y hacer la de su adversario Satanás. Por ejemplo: Convertir la piedra en pan no era un pecado, pero al hacerlo estaba obedeciendo la voz de su enemigo. Esto significa que Jesús “fue tentado a desobedecer”, a la cual no accedió; contrario a Judas, que fue tentado a traicionar a su maestro (Jesús) por treinta piezas de plata, y accedió.


Adán intentó resistirse pero la tentación fue superior.

Posturas teológicas
Dietrich Bonhoeffer (1906-1945), teólogo protestante: Según él, la Sagrada Escritura (la Biblia) menciona que los diferentes causantes de la tentación son "el diablo, la concupiscencia del hombre y el mismo Dios.",​ y con respecto a la tentación provocada por Satanás, dice que "de tres maneras distintas cumple Satanás su tarea en la tentación: induce a reconocer el pecado, hace sufrir a la carne y da muerte al pecador."​


Tentación de San Antonio de Félicien Rops.

Tentación de San Hilarión de Dominique Papety.

Se cuenta que cuando San Hilarión ya había cumplido 22 años en el desierto y su fama de monje se había difundido por varias ciudades, una mujer que era despreciada por su marido por su esterilidad se presentó ante él y arrojándose a sus pies le dijo:
“Perdona mi atrevimiento, pero considera mi necesidad. ¿Por qué apartas tus ojos? ¿Por qué huyes de la que te suplica? No mires en mí a una mujer, sino a una afligida. Mi sexo engendró al Salvador. No son los sanos los que necesitan del médico, sino los enfermos".
San Hilarión se volvió hacia ella y le preguntó la razón de sus lágrimas. Cuando le contó que no podía tener hijos, levantó los ojos al cielo y la animó a tener confianza. Luego, con lágrimas en los ojos, la despidió. Pasado un año San Hilarión la volvió a ver con un hijo.

La tentación de San Antonio de Salvador Dalí

La tentación de San Antonio de Elvis García Moran.


Título original: Die Versuchungen des heiligen Antonius
Museo: Staatliche Kunsthalle, Karlsruhe (Alemania)


Escrito por: Miguel Calvo Santos

Uno de los temas más fascinantes de la historia del arte es el de Las tentaciones de San Antonio...
Con esta iconografía, numerosos artistas (desde Bruegel a Dalí) pudieron dejar volar su imaginación hasta límites insospechados.
San Antonio Abad fue un monje que vivió entre los siglos III y IV, un ermitaño que quiso apartarse del mundo y se fue a vivir al desierto. Ahí fue tentado por el Demonio en varias ocasiones, pero resistió a todas ellas gracias al poder de su fe.
El flamenco Joos Van Craesbeeck representa una de estas escenas con evidente aire bosquiano (el propio Bosco realizaría un par de obras sobre estas tentaciones) y vemos en la obra todo tipo de seres que pululan por un paisaje onírico.
Destaca sobre todo una enorme cabeza (posible autorretrato…?) de la que salen y entran las criaturas, tanto por su boca abierta como por la frente, que es cortada por los seres.
San Antonio resiste como puede semejante visión y lo vemos en la esquina derecha, intentando no hacerle mucho caso a una señora que trata de enseñarle sus pechos.
La pintura es del año 1650, por lo que no podemos más que preguntarnos si realmente existe una máquina del tiempo o si el autor experimentaba con alucinógenos (famosos son sus cuadros de fumadores…). Lo seguro es que el surrealismo ya estaba inventado antes de Breton y cía.


Título original: La Tentazione di Sant'Antonio
Museo: Pinacoteca Rambaldi di Villa Luca a Coldirodi, San Remo (Italia)

 

Uno no se percata muy bien de lo espeluznantes que debieron ser las tantas veces contadas tentaciones de San Antonio hasta que ve la pintura de Salvator Rosa… Se acabó el tomar al santo eremita como excusa para pintar todo tipo de curiosas y sugerentes «delicias criminales».
Lo horrible de la tentación hacia el mal no es, para el hombre experimentado, su engañosa apariencia, sino su ya sobradamente conocida fealdad. Lo espantoso, ser tentado ante tamaña monstruosidad. Rosa pinta así al demonio sin las astucias con las que éste se pinta a sí mismo para engañar al hombre.
Pintura de desengaño barroco, despertador de conciencias, que cumple como pocas su objetivo disuasorio. Y crítico. Pues como buen tenebrista a Rosa no le gustaba ocultar las sombras, esa inmensa capacidad abierta al mal de la condición humana, que alcanza e iguala a todos.
Entre sus pinturas, a menudo, nos encontraremos por ello con todo tipo de criaturas y situaciones que, como esta, expresan alegóricamente alguno de esos tres principales enemigos del alma: mundo, demonio y carne; así como ese variopinto repertorio de vicios, artificios y maleficios por donde se despeña la caída naturaleza.


"Tentación de San Antonio" obra de Claudio Bravo.

Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile




2 comentarios:

  1. Está claro que los artistas que pintaron esas obras, habrían caído en esas tentaciones. Lo que tiene mucho sentido.
    ¿Qué será de la autoestima de esas mujeres tentadoras? Despliegan sensualidad, exhibiendo su belleza con desinhibición. Y son rechazadas. Es por perder tiempo con ascetas.

    Hay más arte en esas tentadores que en aquellos que se resisten, en poses ridículas.
    Que grandes obras.

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    1. Además de la gula, la mayor tentación de los "hombres santos" es el que tiene que ver con el sexo. La supuesta abstinencia siempre será amenazada por una bella mujer.

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