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domingo, 9 de julio de 2023

Jorge Pérez del Castillo: Por arte de magia

Reconozco que la primera vez que vi las ilustraciones de Jorge Pérez del Castillo en la revista Mampato (1971) no me gustaron mucho. Eran tan laxas, simples y sintéticas que a mí -acostumbrado al detalle realista- me daba la impresión de estar más ante un boceto que ante un dibujo debidamente acabado. Pues bien, estaba muy equivocado, este artista fue el más grande y original de los ilustradores del siglo XX en Latinoamérica.

Jorge Pérez del Castillo nació en 1923 en la localidad chilena de Chillán, aunque posteriormente se trasladó junto a su familia a la capital, Santiago. Influenciado por el ambiente familiar (sus padres eran artistas trashumantes de origen andaluz) abrazó con dedicación el dibujo, disciplina en la que no realizó ningún estudio regular. Luego de desempeñar distintos oficios, en 1943 comienza a colaborar en la revista infantil El Cabrito.

Las escasas perspectivas que le ofrecía su país natal lo decidieron a trasladarse a la Argentina donde su compatriota Raúl Manteola (retratista de gran fama que por entonces realizaba las portadas de la revista Para Ti) lo recomendó a Ramón Columba, gestión que le permite a partir de 1944 comenzar a colaborar en El Tony y un año después en Intervalo, revista a la cual estuvo dedicada la mayor parte de su producción a lo largo de un cuarto de siglo. Paradójicamente, la serie que lo hace conocido en Argentina, y que constituye un punto de referencia de su carrera, no la realizó en Columba sino durante su fugaz paso por Patoruzito, donde sobre guiones de Leonardo Wadel (que lo recuerda como alguien “flaco, bajo, pálido, simpático” y lo llama “el chilenito de la mágica pluma”) dibujó “Conspiración en Venecia”, logrando con su dibujo captar fielmente el espíritu del argumento.

En 1948, animó a su hermano menor Arturo (nacido en 1925) a trasladarse a Argentina, comenzando así una carrera que haría a este conocido y reconocido internacionalmente, sobre todo por sus dibujos de temas del Oeste.



Según parece, Pérez del Castillo se alejó de Patoruzito debido al disgusto de Quinterno por los atrasos en las entregas del material, pero, cualquiera haya sido la causa, lo cierto es que a partir de allí Pérez del Castillo concentrará su trabajo en las revista Intervalo y El Tony, simplificando año tras año su dibujo llegando en algunos casos al borde de la abstracción, tal el caso de la historieta “Después yo partiré” publicada en un Album Intervalo en 1963 donde además aplica la técnica del collage. Durante los años sesenta Pérez del Castillo alternó la historieta con ilustraciones a color para la Enciclopedia Infantil Preceptor sobre temas de literatura, historia, religión y mitología y fue Director de Arte de una guía turística.

En 1969 viajó a Chile con la intención de quedarse durante tres meses, estadía que se prolonga por espacio de catorce años. Durante ese período trabajo en publicidad e ilustración editorial e historietas, rubro este último en el que como colaborador de la revista Mampato y los diarios La Segunda y El Mercurio produjo diversos títulos entre los cuales pueden mencionarse una adaptación de “La Araucana” de Ercilla, la tira didáctica “Si vengo con historias”, “Apuntes de Chile” y las series “El amigo de los discos voladores” y “Aliro Godoy”.

A mediados de los años ochenta regresa a la Argentina pero poco es lo que se sabe sobre su actividad posterior, salvo la realización de una historieta titulada “El derviche” que se publicó en 1991 en la revista Tit-Bits. Se le adjudica también haber colaborado con su hermano Arturo en las biografías de Pancho Villa y Emiliano Zapata, pero en esos dibujos no se aprecia rastro alguno de su estilo. Vista a la distancia la obra de Pérez del Castillo (fallecido en 1996) no deja de asombrar por la audacia de sus planteos gráficos (más aún tratándose de una editorial tan tradicional como Columba) terreno en el cual se anticipó incluso a Alberto Breccia, Leopoldo Durañona y al Pratt posterior al “Corto Maltés”. (Fuente: Ergocomics)







Historia publicada en la revista Mampato N° 59 e ilustrada por Jorge Pérez del Castillo (Enero de 1971)

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