David Smith está dispuesto a morir por su obra... literalmente. Gracias a un trato con la Muerte, este joven escultor consigue cumplir su gran deseo de la infancia: ser capaz de esculpir, únicamente con las manos, cualquier cosa que imagine. Pero ahora, con solo 200 días de vida por delante, decidir qué crear le está resultando más difícil de lo que pensaba. Y encontrar a su alma gemela en el último momento no va a hacerlo más sencillo. Esta es la historia de un deseo llevado más allá de los límites de la razón.
Es un relato sobre los torpes y frenéticos pasos del amor incipiente. También es un retrato exuberante y urbano de la ciudad más grandiosa del mundo. Pero, por encima de todo, es un canto a esos pequeños, cálidos y humanos momentos que nos ofrece la vida cotidiana...y a las enormes fuerzas que se agitan, furiosas, bajo su superficie.
Scott McCloud escribió el libro de referencia para entender cómo funciona el cómic. Ahora, se adentra en el sobrecogedor, divertido e inolvidable campo de la ficción.
Cuarta de cinco entregas
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¿Por qué David se hizo tan el difícil, que Meg tuvo que preparar toda una escena?
ResponderEliminarMuy bien representada la consumación del amor, con belleza visual.
No le queda mucho tiempo. Y es cierto que 200 días de vida son pocos. Y ya casi que no le quedan.
Pero David prefería la trascendencia a una vida larga. Recuerda lo de Aquiles al le se le dio la oportunidad de elegir entre una vida larga, anónima y una vida pero destinada a ser recordada. Obviamente, eligió lo segundo.
Todos tenemos un Talón de Aquiles. Yo prefiero una vida feliz.
EliminarEso es razonable pero no permitiría el desarrollo de una buena historia.
EliminarY David tenía algo de autodestructivo.