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sábado, 9 de septiembre de 2023

Thorgal (5) Más allá de las sombras



Hundido por la desaparición de Aaricia, Thorgal se ha convertido en un vagabundo, un alma en pena sin rumbo determinado, un ser abstraído de la realidad que le rodea y que no es más que una sombra de su anterior existencia. Afligida por los remordimientos, Shaniah se ha autoimpuesto la tarea de ser para él una guía y compañera, a modo de redención de sus culpas, asegurando el sustento de ambos en las formas más precarias, ya que el abandono de nuestro héroe hasta para las necesidades básicas es absoluto.


En su deambular por una ciudad miserable, les sale al encuentro Wargan, un desconocido erudito que trata de localizar a Thorgal y que apenas da crédito de que éste se trate de la misma persona de la que ha oído hablar. La revelación de que efectivamente es a quien ha venido a buscar hará que tengan que salir precipitadamente de allí gracias a la intervención del señor al que Wargan presta servicio: Galathorn.
El mismo Galathorn, legítimo gobernante de Brek Zarith que, justo un año antes, consiguió escapar de la galera negra en la que se hallaba prisionero por culpa del usurpador del reino, su primo Shardar. Ahora Galathorn se dispone a recuperar lo que le pertenece y su intención, sabedor de las cualidades extraordinarias de Thorgal, es contar con su ayuda para lograrlo. Pero Thorgal está muy lejos de ser lo que fuera hace un año, y la primera exigencia para obtener su apoyo pasa por devolverle al mundo real desde su encierro psicológico, labor que no debería implicar muchas dificultades si Thorgal supiera que en realidad Aaricia sigue viva, ya que al huir de la masacre de la aldea fue capturada por una de las galeras de Shardar.
Sin embargo, Aaricia, que de forma similar a su amado se ha entregado a la tristeza y al abandono de las ganas de vivir, tras haber dado a luz es víctima de una enfermedad que la mantiene agonizante. Consciente por fin de que a su esposa aún le queda un hálito de vida y que una actuación rápida es lo único que puede evitar el fatal desenlace del mal que la aqueja, Thorgal se recupera de su estado de desaliento, sirviendo así voluntariamente a los propósitos de Galathorn, para emprender un viaje que le llevará, acompañado por la joven Shaniah, más allá de las sombras...
En este quinto número, el viaje cobra protagonismo. Un viaje, como en toda buena aventura fantástica, de superación de los peligros que salen al paso, pero también es en realidad una travesía más allá de las propias sombras interiores. Y estas sombras son las que el mismo Thorgal ha interpuesto entre su vida errante y la realidad, y no sólo las del umbral que debe franquear si busca la salvación de Aaricia.
La aventura adquiere en este tomo un ritmo vertiginoso como no se había experimentado en los anteriores, en el que no hay lugar para el descanso. Con Thorgal y Shaniah realizamos una trayectoria camino de vuelta al segundo mundo en el que de nuevo el juego con lo temporal, en este caso en forma de retroceso de las eras, y lo dimensional se pone de manifiesto. En ese recorrido, Rosinski nos hace pasar por ambientes muy descriptivos y eclécticos: una ciudad decadente genialmente retratada, el santuario megalítico, los páramos pantanosos que conducen hacia la nada y el segundo mundo. Incluso, en la sucesión de ese camino, se trasciende a aspectos metafísicos, en la concepción de la existencia de una irrealidad ajena al espacio y al tiempo, al alcanzar el plano abstracto gobernado por la figura de la muerte, al que finalmente acceden nuestros dos viajeros. Un misterioso limbo en el que todas las vidas de la humanidad (también la de una Aaricia moribunda) haciendo honor a la frase hecha, penden de un hilo.
Con muy pocos personajes, Van Hamme compone un relato vibrante. Wargan y Galathorn, aún siendo verdaderos motores del despertar de Thorgal de su ausencia, permanecen como meros espectadores en este número, ajenos a la prueba que tiene que cruzar el protagonista. Pero, como adelantaba en el artículo anterior, es el personaje de Shaniah el que, con sus defectos y todo, se muestra como una mujer profundamente atrayente. La contradicción entre lo que está dispuesta a dar, por amor a Thorgal, para salvar a Aaricia, aunque ello suponga su propia condena y la de los sentimientos que profesa, revelan la madurez que ha adquirido su persona. Esa capacidad de sacrificio de Shaniah por Thorgal, tanto la que ejerce durante la incapacidad de éste, como la que, involuntariamente quizás, pero no por ello menos válida, le ofrece al finalizar esta historia, es admirable y tremendamente emotiva.
Por lo demás, vuelven igualmente algunas pinceladas de significado mitológico, ante menciones como el cuerno de Heimdall, o la representación del jardín de Asgard y el Niflheim, ese reino de las sombras, espacio de la muerte o mundo inferior del que el héroe y su compañera provisional tratan desesperadamente de huir.
A partir de este número, las acciones de Thorgal empiezan a tener resultados que superan lo que corresponde a un simple mortal, extralimitándose sobre lo humano, y que consecuentemente enojan a los dioses, para quienes la existencia de Thorgal no pasa desapercibida, como bien le advierte la Guardiana de las Llaves quien, antes de que provoque mayores desequilibrios, no duda en retirarle la llave del segundo mundo que el vikingo ha estado llevando al cuello hasta ese momento. Casi ni es necesario aclarar que, a pesar de este acto, sus injerencias en el mundo de lo suprahumano no acaban aquí, ni mucho menos.
Final cuanto menos agridulce en esta aventura; algo que representa una constante en no pocas de las entregas de Thorgal. Un buen álbum que, una vez más, nos dispone a seguir leyendo con avidez la continuación de la historia. Nos preparamos para el final de este primer ciclo largo de la serie. (Fuente)

















































3 comentarios:

  1. Buenos Dias. Es posible descargar esta obras, de algún modo ?

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    1. Si, es posible. En el enlace Mega está esta historia y muchas más.

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