El cómic en México posee una rica y extensa historia que se remonta a finales del siglo XIX con la aparición de las primeras publicaciones humorísticas y satíricas. Durante el siglo XX, la historieta mexicana experimentó un auge significativo, influenciada tanto por estilos narrativos estadounidenses como por temáticas y personajes propios de la cultura nacional.
Publicaciones como "La Familia Burrón" y "Memín Pinguín" alcanzaron una enorme popularidad, reflejando la vida cotidiana y los valores de la sociedad mexicana. A pesar de los desafíos económicos y la competencia de los medios digitales, el cómic mexicano continúa evolucionando y adaptándose, con nuevos autores y editoriales que exploran diversos géneros y formatos, manteniendo viva la tradición de la narración gráfica en el país.