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lunes, 5 de mayo de 2025

El Eternauta: (La estoy viendo)




El estreno de la adaptación de "El Eternauta" en Netflix ha generado una notable expectación a nivel global. Si bien la recepción general ha sido eminentemente positiva, con elogios dirigidos a la producción y al casi respeto por la obra original, es inherente a la naturaleza del debate público la existencia de opiniones disidentes. Estas voces críticas, aunque minoritarias, aportan perspectivas alternativas que enriquecen la discusión y promueven un análisis más exhaustivo de la serie, independientemente de su acogida predominante.





Sucede que el cómic nunca me gustó mucho

Por Rubén Reveco - Editor

La adaptación de una obra clásica del cómic argentino como "El Eternauta" por parte de Netflix inevitablemente genera debate, particularmente entre aquellos familiarizados con el material original. Como lector de cómics, mi acercamiento a la adaptación se ve influenciado por mi propia experiencia con la obra de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López.
Si bien "El Eternauta" ostenta un lugar de reverencia dentro del canon del cómic argentino, confieso que nunca he logrado conectar plenamente con él. El estilo de dibujo de Solano López, a mi juicio, carece del dinamismo y la sofisticación visual que valoro. El argumento, por su parte, si bien escrito se me antoja lento y poco convincente, impidiéndome sumergirme en la historia de manera satisfactoria.
Esta dificultad para conectar con "El Eternauta" no es un fenómeno aislado. Experimento una reacción similar con otras obras aclamadas, como Corto Maltés, lo que sugiere que mi perspectiva puede estar condicionada por mis preferencias personales y mi sensibilidad estética.
En consecuencia, abordar la adaptación de Netflix se convierte en un ejercicio complejo. ¿Cómo puedo evaluar objetivamente una puesta en escena de una obra con la que ya tengo una predisposición negativa? La respuesta reside en intentar separar la adaptación del material original y juzgarla en sus propios términos, evaluando su narrativa, dirección y actuaciones independientemente de mi experiencia con el cómic.
En última instancia, mi crítica a la adaptación estará inevitablemente matizada por mi percepción subjetiva de la obra original. No obstante, el esfuerzo por mantener una perspectiva crítica y evaluar la adaptación en su mérito propio es fundamental para ofrecer una opinión informada y constructiva.
Dicho esto, la serie de Netflix hasta el momento (Visto cuatro de seis capítulos) me parece rescatable. Los actores son muy argentinos y como dicen ellos: "Muy boca sucia"... (En el cómic de 1957 no existe ni una sola grosería y en la serie de Netflix  demasiadas) Aún así, estoy expectante de los capítulos siguientes. Y seguramente de una nueva temporada. Veremos...

La perdurable prominencia de "El Eternauta" se encuentra intrínsecamente ligada al trágico destino de su autor, Héctor Germán Oesterheld, y su familia, quienes fueron víctimas de persecución, asesinato y desaparición durante la dictadura militar de 1976. Este sombrío contexto, acentuado por la militancia peronista y montonera de Oesterheld, ensombrece una obra creada dos décadas antes, marcando indeleblemente su legado.



El legado de Héctor Germán Oesterheld es amplio: es uno de los artistas de trayectoria más extensa de la historieta argentina, su influencia se extiende a artistas de nuevas generaciones y diversos medios, y es considerado informalmente como uno de los "padres" de la historieta argentina moderna. (W)




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La historia del cómic en España puede remontarse muy atrás en el tiempo, dependiendo de lo que se entienda por historieta. Por ello, y al igual que sucede en otros países europeos, existe una fuerte
controversia sobre cuál fue el primer cómic autóctono, llegándose a citar las Cantigas de Santa María, realizadas probablemente entre 1260 y 1270 por el taller de Alfonso X «el Sabio» como tales.



Tanto los Cómics de Machete como otros blogs en español han contribuido significativamente a la difusión del cómic español, permitiendo a los lectores descubrir narrativas excepcionales y a dibujantes de gran talento. En particular, el blog Galicia Cómic, aunque actualmente inactivo, destacó como uno de los portales pioneros en visibilizar esta diversa producción.

En cualquier caso, y en forma de una tradición ininterrumpida que llega hasta nuestros días, el cómic español parte de mediados del siglo XIX y gozó de sus años dorados en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, además de un boom entre finales de los 70 y mediados de los 80 del mismo.
Se identifica como la primera historieta española a la "Historia de las desgracias de un hombre afortunado" (1857), del militar vasco afincado en Cuba Víctor Patricio de Landaluze (Bilbao, 1827 - Guanabacoa, Cuba, 1889),4 publicada en el nº 6 (20-IX-1857) de La Charanga, una revista cubana, que entonces era territorio español. En la España peninsular, los primeros ejemplos encontrados no son anteriores a 1864, citándose a autores como Luis Mariani en Sevilla o Salustiano Asenjo en Valencia y, ya en los setenta, a Francisco Cubas, Tomás Padró y José Luis Pellicer. Publicaban en revistas satíricas como La Flaca (1869-1876) y sobre todo El Mundo Cómico (1873).
Pronto hubo recopilaciones en álbumes como los de Francisco Ortego, Apeles Mestres ("Granizada", 1880 y "Cuentos vivos", 1882), J. Passos, Ramón Escaler, Ángel Pons, Xaudaró o Navarrete, destacando también otros autores como Joan Llopart, Mecáchis, José Pando o Antoni Utrillo.
A principios del siglo XX, surgen revistas infantiles como Monos y En Patufet, de 1904, donde destacan autores como Junceda, y suplementos como Gente Menuda (1906) del diario ABC, además de la argentina Caras y Caretas con abundante colaboración española.

La Espada Salvaje de Conan: Honor y sangre y otras historias




¡La Espada Salvaje de Conan para todos! La legendaria revista protagonizada por Conan en la que Roy Thomas y John Buscema dejaron algunas de las mejores historias del cimmerio.







Barbarella



Barbarella fue una historieta de ciencia-ficción francesa creada por Jean-Claude Forest, cuya protagonista se convirtió en una de las más destacadas heroínas y quizás la primera del género fantaerótico, que tuvo su esplendor en los 60 y 70. Gozó de una adaptación cinematográfica en 1968 y un musical en 2004.



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(La obra completa)


Moebius, colección


Jean Giraud (Francia 1938 - 2012) fue un historietista e ilustrador francés, que se dio a conocer con el seudónimo Gir y el western El Teniente Blueberry en 1964, para luego revolucionar la historieta de ciencia ficción de los años 70 y principios de los 80 con el seudónimo de Moebius y obras como El garaje hermético (1976-1979) o El Incal (junto a Alejandro Jodorowsky). Tal fue su fama, que los medios de comunicación de su país llegaron a clasificarlo como compañero de los llamados nuevos filósofos (nouveaux philosophes) franceses.


Tras dibujar la serie "Frank et Jeremie" para la revista Far West, trabaja desde 1961 como aprendiz de Jijé, uno de los grandes maestros de la historieta franco-belga, colaborando en la realización de un álbum de Jerry Spring. Alcanzó, sin embargo, la celebridad como dibujante del western El Teniente Blueberry, que guionizaba Jean-Michel Charlier y cuya primera entrega se publicó en la revista Pilote en 1964.