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sábado, 12 de octubre de 2024

La mejor pintura sobre el descubrimiento de América

 

"El sueño de Colon", es un cuadro de gran tamaño. (4,10 m x 2,64 m), pintado por Salvador Dalí (1956-1957), se encuentra en el "Salvador Dali Museum", de Florida, EEUU.

Salvador Dalí pintó sus mejores obras a partir de los 50 años. Cuando tenía 55 años, realizó su propia interpretación del "Descubrimiento de América", y que poco tiene que ver con los acontecimientos históricos. Al mismo tiempo el cuadro es un homenaje a Diego Velázquez, una alusión a Cataluña y un retrato de Gala, su mujer.
"Ustedes entenderán más tarde", expresó el artista.

Dalí representa a Colón como un joven. Está vestido con una túnica, a la manera de griegos clásicos. Con una mano tira de la cuerda para acercar el barco a la orilla, con la otra mano sostiene un estandarte.
En esta época (mediados del siglo XX) Dalí estaba interesado en los temas religiosos. Por lo tanto, Colon está representado como un enviado para evangelizar al Nuevo Mundo, varios elementos hacen alusión a la Iglesia y su papel evangelizador: El estandarte, representa Gala como si fuera la Virgen María. La túnica cae, pasa por la pierna de Colón hasta los brazos del monje, que está de rodillas delante de la cruz. A la derecha está representado "El Cristo de San Juan de la Cruz", también obra de Dalí. El cuadro, además, es un homenaje a Velázquez. Sabemos que Dalí lo admiraba, (de él copió su bigote). Para ello se inspiró de las lanzas del cuadro de Velázquez "La rendicion de Breda", las lanzas en el cuadro de Dalí terminan en cruz.
Dalí tampoco olvida Cataluña, según algunas teorías las banderas roja y amarilla, recuerdan los colores catalanes.
En la parte izquierda esta el obispo San Narciso patrón de Girona, transparente, como si fuera un fantasma con su "bastón episcopal" evoca al pastor que conduce a sus fieles, al fondo se encuentran varias cruces pequeñas, rodeadas de insectos que hacen alusión a San Narciso, mártir catalán. Según la leyenda, en 1285 entraron en Girona las tropas francesas que fueron atacadas por moscas que salieron de la tumba del santo, los asaltantes se vieron obligado a huir.
La carabela representada es la Pinta, era la única nave que tenía dos velas cuadradas, también fue la primera que vio "tierra", y la primera que regresó a España. El objeto más enigmático del cuadro es el "erizo" que aparece en primer plano. Le preguntaron a Dalí su significado, el pintor respondió: "Ustedes entenderán más tarde". En 1971 se anunció que representaba a la Luna. A través de este símbolo Dalí hace un paralelo entre la llegada de Colón a un Nuevo Continente y la llegada del hombre a la Luna (21 julio 1969).

El artista tenía 55 años cuando realizó la pintura.



El primer sello postal chileno y un Cristóbal Colón barbado



Durante el mandato de Manuel Montt (1851-1861), se emitió el primer sello postal en Chile. Era un papel adhesivo con la imagen de Cristóbal Colón, que se utilizó en la correspondencia durante más de cincuenta años. Estos sellos tenían un valor de 5 y 10 centavos.

Las primeras estampillas fueron fabricadas en Londres por Perkins Bacon y Compañía, y se cortaban con tijeras, ya que no estaban dentadas. En 1915, la impresión de las estampillas se trasladó a la imprenta Fiscal de Santiago. Sin embargo, a partir de 1953, la Casa de Moneda asumió la responsabilidad de imprimir todos los sellos postales.




Razones para celebrar el 12 de octubre


Primer desembarco de Cristóbal Colón en las costas del Nuevo Mundo: en San Salvador, pintado por Dióscoro Puebla.

El día 12 de octubre, día que Cristóbal Colón puso un pie en el Nuevo Mundo, se celebra la Fiesta nacional de España. Es el día nacional oficial. No obstante, no se celebra una mera cuestión regional, sino el recuerdo del encuentro entre dos mundos diferentes, por ello es un día Universal. No solo es un día de celebración en España, sino también en América. A partir del 12 de Octubre de 1492 se transformó la configuración social y política del mundo para siempre.

Por Academia Play

Actualmente, existe una férrea oposición ideológica expresada principalmente con la rotunda sentencia “nada que celebrar” referida al 12 de octubre. Son frecuentes las citas de Eduardo Galeano para conferir una pátina literaria al mensaje hispanófobo que hunde sus raíces en la llamada “Leyenda Negra española”. También es habitual encontrarse con el término “genocidio” para calificar la relación de España con América. La difusión de esta perspectiva es tan ruidosa y se expone con tanta vehemencia, que da la falsa impresión de que se ha convertido en una opinión mayoritaria. Ahora bien, ¿es acertada esta percepción? ¿Se corresponde con la realidad imperial española? ¿Hubo un expolio y una destrucción de los indígenas? O ¿hubo un mestizaje y una “acción civilizadora” digna de celebración?




Defensa de Colón


La figura de Cristóbal Colón ha suscitado un análisis profundo y un intenso debate en años recientes, en el marco de un discurso que busca reinterpretar la historia desde nuevas perspectivas. Este fenómeno ha propiciado una crítica creciente hacia los conquistadores, especialmente Colón, cuyas acciones de 1492 son consideradas un hito fundamental en la historia mundial. No obstante, se genera una inquietud en torno a la narrativa anti-conquistadora que tiende a demonizar a figuras históricas, las cuales actuaron en contextos y realidades notablemente distintos a las actuales.

Por Rubén Reveco - Editor

Reconocimiento y revalorización de Cristóbal Colón en la historia

Primero, es crucial reconocer que, a lo largo de la historia, el descubrimiento de nuevos territorios ha sido una constante intrínseca a la naturaleza humana. La curiosidad y la necesidad de explorar lo desconocido han impulsado a nuestro género a cruzar fronteras, ya sean geográficas, culturales o ideológicas. No se puede negar que las expediciones hacia nuevas tierras han conducido a la expansión de sociedades, el intercambio de culturas y la divulgación de conocimientos. En ese sentido, el viaje de Colón hacia el Nuevo Mundo debe ser considerado un evento épico, marcado por una valentía formidable y un deseo inconmensurable de aventura.

Los tres barcos que Colón comandó, la Niña, la Pinta y la Santa María, se enfrentaron a un océano inmenso y desconocido. Durante setenta días, sus tripulantes navegaron sorteando no solo tormentas físicas, sino también sus propios miedos y supersticiones. Es un gesto digno de admiración el haber tenido la fuerza de voluntad para embarcarse en una travesía cuyo resultado era incierto, en una época donde el conocimiento sobre el mundo era limitado y la ruta hacia el oeste se consideraba un camino hacia el abismo.

Sin embargo, no debemos dejar de lado los aspectos más oscuros que pueden haber acompañado a estos actos de exploración. Es innegable que el encuentro entre los europeos y los pueblos indígenas resultó en una serie de conflictos, abusos y sufrimientos que no deben ser minimizados. No obstante, este relato de la historia no puede concentrarse exclusivamente en la búsqueda de culpables; la historia es, por definición, compleja y multifacética. Dividir eventos históricos y personajes en categorías estrictamente buenas o malas, como a menudo intentan hacer ciertas ideologías, es una simplificación peligrosa que distorsiona la realidad.

El deseo de reescribir la historia desde una óptica contemporánea nos invita a cuestionar verdades establecidas, algo que es saludable para el crecimiento intelectual de cualquier sociedad. Sin embargo, esta revisión debe basarse en un marco crítico que reconozca la multiplicidad de contextos y la profundidad de las consecuencias a lo largo del tiempo. Tributar la discusión hacia la deslegitimación de figuras históricas en lugar de analizar los matices que las rodean no solo es insuficiente, sino también contraproducente para el aprendizaje colectivo.

Para mí, la figura de Colón debería ser vista no solo como un conquistador, sino como un símbolo de un momento en la historia en el que el mundo comenzó a cambiar irrevocablemente. El hecho de que su llegada al Nuevo Mundo dio comienzo a un período de intercambios entre culturas, aunque imperfecto y con numerosos desafíos, también debe ser parte del análisis. Las consecuencias del contacto, tanto positivas como negativas, han desembocado en la formación del mundo actual, donde las interacciones entre diversas sociedades continúan moldeando nuestro presente.

En el ámbito contemporáneo, estamos viendo una mayor sensibilidad hacia la protección de las culturas indígenas, lo que constituye un gran avance. La reciente decisión de preservar culturas descubiertas en la selva amazónica y de proteger sus modos de vida es un claro ejemplo de cómo la humanidad ha evolucionado hacia el respeto y la apreciación de los diferentes modos de existencia. En esta nueva etapa, se busca no subyugar a las culturas autóctonas con la espada o la cruz, sino reconocer su valor intrínseco y su derecho a existir de manera autónoma.

Este cambio de paradigma en la manera de entender y aproximarse a las culturas es, sin duda, un avance significativo. No obstante, esto no debe provocar que la historia de los descubrimientos se convierta en un campo de batalla ideológico donde las figuras históricas sean consideradas héroes o villanos sin considerar el contexto en el que actuaron.


El primer viaje de Colón se inició en 3 de agosto de 1492 y finalizó un día como hoy: 12 de octubre.

VER TAMBIÉN:

 Razones para celebrar el 12 de octubre

Nuevo Mundo

 


Año de gracia de 1492, bajo el mando de Cristóbal Colón cuatro carabelas - la Pinta, la Niña, la Santa María y la Intrépida - zarpan del puerto de Palos para aventurarse en el Atlántico. El objetivo de la misión es temerario y ambicioso: llegar a las Indias navegando hacia el oeste. Pero, ¿Por qué la historia oficial de esta trascendental expedición ha mantenido siempre oculta la existencia de la cuarta embarcación?. ¿Por qué la Intrépida nunca llegó a tocar las costas de América central?. ¿Qué fue de los marineros que llevaba embarcados?


La increíble respuesta la podemos descubrir en Nuevo Mundo, una novela gráfica de aventuras, plena de fantasía y la magia, fruto de la conjunción de dos de los mayores talentos del cómic argentino: Ricardo Barreiro (el escritor de Slot Barr o Bárbara) y Enrique Breccia (responsable de obras maestras como El Sueñero o Alvar Mayor).



Kozakovich y Connors (3) El presagio del escorpión

 


Con guion de Robin Wood y dibujo de Luis García Durán, esta obra salió a luz el 24 de mayo de 1988, en la revista El Tony Super Anual 30, siguiendo sus 43 capítulos en El Tony Todo Color, El Tony Super Color y El Tony Super Anual.

De Robin Wood basta decir que es el creador de la saga de Nippur de Lagash, en cuanto a García Durán, dibujante nacido en 1946 y fallecido en 2010, es autor de Aquí la Legión dentro de sus obras más conocidas. Además, trabajó para distintas editoriales como Columba, Record, Charlton (USA), Fleetway (Inglaterra), Eura Editoriale (Italia), etc.

Max Kozakovich, príncipe polaco en desgracia, mercenario, traficante de armas, hombre de principios e idealista y Michael Connors, australiano, piloto condecorado, alcohólico, de principios e ideales firmes, los une una misión del Servicio Secreto inglés en Egipto, durante la Gran Guerra. Ahí debe ayudar a Lawrence de Arabia, hasta que acabe el conflicto, para luego ser contratados para ir a Rusia, en ayuda del Zar Nicolás II.


FUENTE

    N. de la R.: Los archivos son PDF y escaneados en alta resolución lo que dificulta su apertura y visualización. ¡Paciencia!

viernes, 11 de octubre de 2024

La prueba

 


Esto es recurrente. La ciencia experimentando y los científicos creyéndose lo que no son. ¿No entienden que los costos pueden ser muy altos?



Paraíso (2) El desierto de los molgraves

 


"Durante años Rodon fue el mejor rey que Maurania había conocido... Hoy en día se ha vuelto taciturno y pensativo como esos viejos leones que han perdido sus dientes... Dicen que la reina, su esposa, se marchó hace doce años. ¡Llevándose a su única hija!. Nunca se las volvió a ver".