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lunes, 1 de julio de 2024

Para qué sirven los artistas

En una sociedad donde los problemas prácticos y tangibles parecen dominar el panorama, resulta fácil cuestionar la relevancia y utilidad de las artes y los artistas. Es cierto que cuando enfrentamos una enfermedad, un problema legal o una avería mecánica, nuestra primera reacción no es acudir a un pintor, un músico o un actor, sino a un profesional del campo específico. Sin embargo, esta perspectiva simplifica en exceso la función y el valor que el arte aporta a la existencia humana.


La relevancia indispensable del arte en la sociedad

Si bien los artistas no resuelven de manera directa los problemas cotidianos, su labor desempeña un papel fundamental e irreemplazable en la sociedad. Cuando se nos pregunta a qué nos dedicamos, la respuesta no suele ser tan clara y contundente como la de un médico o un abogado, ya que nuestro campo de acción se sitúa en un plano más subjetivo y trascendental. No obstante, esta supuesta falta de "utilidad práctica" no debe menospreciar la profunda huella que el arte deja en la experiencia humana.

¿De qué sirve, entonces, la creación artística? La respuesta se encuentra en la capacidad del arte para tocar los corazones y las mentes de las personas, para provocar emociones, para estimular la reflexión y la contemplación. Beethoven, Kurosawa, Van Gogh, Los Beatles: estos nombres y muchos otros nos han legado obras que han transformado la forma en que percibimos el mundo y nos relacionamos con él. Un pintor puede transportarnos a otros tiempos y lugares, un músico puede llenarnos de vida, un actor puede conmovernos hasta las lágrimas.

Más allá de su función meramente "práctica", el arte cumple una misión esencial: la de ser el vehículo de expresión de la condición humana en toda su complejidad. Los artistas, ya sean pintores, cineastas, escritores o intérpretes, se convierten en los portavoces de nuestros sentimientos, pensamientos y experiencias más profundos. A través de sus obras, nos confrontan con la belleza y la crudeza de la existencia, nos cuestionan sobre nuestra propia naturaleza y nos desafían a ver el mundo desde perspectivas nuevas.


En un mundo cada vez más dominado por la eficiencia y la lógica, el arte representa un antídoto vital contra la automatización y la despersonalización. Los músicos callejeros, los payasos, los fotógrafos y los demás artistas de la esfera pública nos recuerdan que la vida no se limita a la resolución de problemas prácticos, sino que también se nutre de la capacidad humana para la creatividad, la fantasía y la contemplación.

Así pues, los artistas no son meros adornos o lujos prescindibles de la sociedad, sino agentes indispensables para el desarrollo y el enriquecimiento de la experiencia humana. Su misión no es la de arreglar una plancha o resolver un problema bancario, sino la de tocar los corazones, estimular la imaginación y desafiar nuestras formas de pensar. En este sentido, su labor es tan vital y necesaria como la de cualquier otra profesión, pues contribuye a dar forma y sentido a la existencia humana en todas sus dimensiones.




La pintura de Talantbek Chekirov

 

Tengo un recuerdo especial por este pintor. Cuando en 2008 comencé con el blog Resistencia Realista fue la primera publicación que realicé. Luego llegaron los chicos malos me hackearon mi cuenta y perdí el blog y gran parte de la información.


Talantbek Chekirov es un artista contemporáneo nacido en Kirguistán en 1981. Su estilo artístico se caracteriza por obras de arte figurativas, con una combinación única de colores y formas. Sus pinturas han sido exhibidas en galerías de todo el mundo y son muy valoradas por coleccionistas de arte.


Las pinturas de Chekirov muestran diversos aspectos de la belleza y el arte decorativo; sus obras son extractos de sus ricas y ampliamente situadas ideas sobre la noción ideal de la belleza en la pintura. Por lo tanto, no es de extrañar que se encuentren representados en su trabajo géneros tan dispares como los paisajes y las pinturas de desnudos estilizados de la antigüedad.

Talantbek Chekirov asistió al Colegio Estatal de Arte desde 1986 hasta 1990. En este período, Chekirov adquirió conocimientos detallados en los campos de la anatomía plástica, la gráfica y la composición, lo que destaca su trabajo como artesano. En 1990, Chekirov completó su educación en el campo de las artes creativas, con especializaciones en pintura de teatro y arte constructivo. Posteriormente, su camino lo llevó al famoso Teatro Bolshói de Moscú, donde se encargó de la escenografía artística entre 1990 y 1992.

Durante sus viajes por Europa desde 1992 hasta 1994, Chekirov estudió las obras y artistas más importantes que le habían sido ocultados durante sus estudios en el colegio.

La obra de Talantbek Chekirov se caracteriza por una amplia variedad de géneros y estilos, que van desde los paisajes hasta los desnudos estilizados de la antigüedad. Esta diversidad refleja la riqueza y amplitud de sus ideas sobre la belleza en la pintura.

Su formación artística, adquirida en el Colegio Estatal de Arte y posteriormente en el Teatro Bolshói de Moscú, le ha permitido desarrollar un dominio técnico excepcional, lo que se manifiesta en su habilidad para la anatomía plástica, la gráfica y la composición. Esto lo convierte en un verdadero artesano de la pintura.

Después de su experiencia en el Bolshói, Chekirov tuvo la oportunidad de viajar por Europa, lo que le permitió conocer y estudiar las obras y artistas más importantes, que hasta entonces le habían sido desconocidos. Esta experiencia sin duda enriqueció aún más su visión y su práctica artística.

En resumen, la obra de Talantbek Chekirov se caracteriza por una gran diversidad estilística y temática, que refleja la amplitud y profundidad de sus ideas sobre la belleza en la pintura. Su sólida formación técnica, combinada con su experiencia en el teatro y sus viajes por Europa, han dado como resultado una obra de gran riqueza y complejidad, que merece ser ampliamente reconocida y estudiada.




La herencia de Emilie (1) La finca Hatcliff


Estamos en el año 1920, en París. Émilie, una joven bailarina del Moulin Rouge, recibe una enigmática carta. Estupefacta, se entera de que ha heredado, de un misterioso tío abuelo, un castillo en Irlanda. ¿Qué esconde realmente este regalo caído del cielo?. Comienza un fabuloso viaje en el tiempo en las tierras de los celtas.


La primera: Revista Thriller

 


Toutain lanzó en 1984, una nueva revista, Thriller, subtitulada con el título de, “comics y cuentos negros” donde rezaba en el propio editorial del primer número: “hemos escogido un tipo de edición y formato que se asemeja a los viejos folletines europeos y “pulp”, norteamericanos de la primera mitad del siglo, porque aquellas publicaciones (que los profesionales de la edición adoramos) nacieron las primeras grandes obras del género”. Una revista que tenía un lugar reservado y cómo reclamo, los grandes relatos de Luca Torelli escritos por Enrique Sánchez Abulí e ilustrados por Jordi Bernet.


Allí se dieron cita autores de la talla de: Russ Heath, Cary Bates, Carlos Trillo, Horacio Altuna, Carlos Sampayo, Francisco Solano López, Mariel, Andréu Martín, Enrique Sánchez Abulí, Alberto Ongaro, Gustavo Trigo, Coco, Cacho Mandrafina, Antonio Rosso o Juan Giménez. Entre medias relatos de clásicos del noir como Fredric Brown, Dashiell Hammett, Jane Speed, Clayde Shaffer, Harol Sinclair y William O’Farrell; y autóctonos como Andréu Martín o Mariano Hispano. Completaba la revista Javier Coma como especialista en el género negro del cine; los mitos de la novela negra y la sección de novelas de hoy, novelas de siempre, por Salvador Vázquez de Parga. En su primer número contenía un póster a todo color, de Marilyn Monroe desnuda, para aquel mítico calendario de 1949 (fotos de Tom Kelley), que serviría a Hugh Hefner como reclamo para el primer número de Playboy.



El peregrino de las estrellas: Un cuento de niños

 


El tiempo ha ido otorgando algunos conocimientos a los tripulantes de "El peregrino". Saben, por ejemplo, que no hay que acercarse a los soles, porque queman. Saben también que alrededor de los soles hay trozos de materia sin luz propia y que uno de esos guijarros del cielo es la vieja querida y añorada tierra natal.

domingo, 30 de junio de 2024

Northlanders (6) la cacería - La hija de Thor

El ciervo recorre grandes distancias en invierno y cubre hasta 20 kilómetros al día. El cazador debe esforzarse para seguirle el ritmo, acosado por el hambre, el tiempo gélido, la soledad y otras frustraciones.

Mega

La reina negra





Siempre me gustó el dibujo de Philippe Druillet pero en esta historia me pareció que le faltaba un poco de color. El color que le agregué sirvió para comprender lo absurdo de la reacción de la reina.






Canciones que me gustas: Canción de la Verónica

 

Congreso en 1973. Foto: Michael Jones. Cortesía: "Tilo" González

El grupo musical chileno Congreso es reconocido por su destacada trayectoria y su aporte a la música latinoamericana contemporánea. Dentro de su vasta discografía, una de las composiciones emblemáticas es la "Canción de la Verónica", cuyo análisis resulta de gran interés.


Esta pieza forma parte del álbum "Congreso III" publicado en 1975, el tercer trabajo de estudio de la agrupación. La "Canción de la Verónica" se enmarca dentro del estilo musical característico de Congreso, que combina elementos del folclore chileno y latinoamericano con influencias del jazz, el rock y la música de vanguardia.

Desde el punto de vista formal, la obra presenta una estructura que alterna entre pasajes instrumentales y vocales. La melodía principal, de carácter melancólico y reflexivo, es interpretada por una voz que entona versos de gran riqueza poética. El acompañamiento musical, por su parte, se compone de una intrincada trama de texturas y ritmos que crean una atmósfera sonora envolvente y sugestiva.

Uno de los aspectos más destacados de la "Canción de la Verónica" es su carácter evocativo y simbólico. Asimismo, la letra de la canción aborda temas como la memoria, la identidad y la búsqueda de la propia esencia. A través de versos evocadores y sugestivos, la voz narrativa expresa una profunda reflexión sobre la condición humana y su relación con el entorno social y cultural.


La "Canción de la Verónica" del grupo Congreso se destaca por su riqueza musical, poética y simbólica. Esta composición representa una valiosa contribución al patrimonio musical chileno y latinoamericano, al tiempo que refleja la maestría y la sensibilidad artística del conjunto.


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