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domingo, 7 de septiembre de 2025

¿Es posible caminar sobre el agua?




Caminar sobre el agua es un fenómeno físico que ha cautivado la imaginación humana durante siglos. A primera vista, la idea desafía nuestra comprensión de las leyes de la naturaleza. La densidad del agua es significativamente mayor que la del cuerpo humano, lo que normalmente resultaría en hundimiento.



Sin embargo, en circunstancias muy específicas, es posible presenciar algo que se asemeja a esta hazaña. Ciertos animales, como el basilisco, han desarrollado la capacidad de correr sobre la superficie del agua a gran velocidad. Esto se logra mediante una combinación de factores que incluyen la forma de sus pies, la velocidad de sus movimientos y la tensión superficial del agua. Al golpear la superficie con la fuerza suficiente y a la velocidad adecuada, crean pequeñas bolsas de aire que les permiten sostenerse brevemente antes de hundirse.
Para un ser humano, la tarea es mucho más difícil. Se requeriría una velocidad y una superficie de apoyo extremadamente grandes para superar la fuerza de la gravedad y la densidad del agua. Si bien la tecnología podría eventualmente permitirnos crear dispositivos que nos permitan caminar sobre el agua, sin ayuda externa, desafía los límites de la fisiología humana y las leyes fundamentales de la física. En resumen, aunque la naturaleza nos ofrece ejemplos limitados, la posibilidad de que un humano camine sobre el agua en condiciones normales es prácticamente nula.








¡Es un fantasma!

Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. 
Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, 
mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. 
A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. 
Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:

—¡Es un fantasma!

Pero Jesús les habló, diciéndoles:

—¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!

Entonces Pedro le respondió:

—Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.

—Ven —dijo Jesús.

Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. 30 Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:

—¡Sálvame, Señor!

Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:

—¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?

En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. 
Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:

—¡En verdad tú eres el Hijo de Dios! (Mateo 14: 22-33)



El milagro de Jesús caminando sobre el agua se narra en la Biblia, específicamente en los Evangelios de Mateo, Marcos y Juan. Tras alimentar a los 5000, Jesús subió a un monte a orar, mientras sus discípulos cruzaban el mar en una barca. Al caer la noche y con el viento en contra, Jesús se les unió caminando sobre el agua, causando miedo en ellos al principio, creyendo que era un fantasma. Pedro pidió ir hacia Jesús sobre el agua, pero al ver la tormenta, comenzó a hundirse, y Jesús lo salvó, preguntándole por su poca fe. El milagro sirve como lección sobre la fe y la confianza en Jesús, incluso en circunstancias abrumadoras. 


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¿Y Jesucristo?

La cuestión de si Jesús pudo caminar sobre el agua es objeto de debate teológico y escrutinio científico. Desde una perspectiva religiosa, el Nuevo Testamento relata este acontecimiento como un milagro, demostrando el poder divino de Jesús y su dominio sobre la naturaleza. Los creyentes lo interpretan como un testimonio de su relación única con Dios y su capacidad para desafiar las leyes naturales.
Sin embargo, desde un punto de vista científico, la posibilidad de que un ser humano caminara sobre el agua es altamente improbable, si no imposible, en circunstancias normales. La física dicta que la densidad de un objeto y la tensión superficial del agua normalmente impedirían tal suceso.
Por lo tanto, la creencia de que Jesús caminó sobre el agua depende en gran medida de la cosmovisión de cada persona y de si acepta la posibilidad de eventos sobrenaturales. Mientras que la fe acepta lo milagroso, la ciencia busca explicaciones dentro del ámbito de las leyes naturales. La historicidad del acontecimiento sigue siendo una cuestión de fe e interpretación.



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