La bondad extraterrestre antes de ET: Un análisis cinematográfico.
La afirmación de que E.T., el extraterrestre (1982) representa la primera instancia en la que el cine muestra a los alienígenas como seres benevolentes es una simplificación que requiere matización. Si bien la película de Spielberg popularizó innegablemente esta representación y la llevó a un público masivo, la benevolencia extraterrestre ya había asomado en el celuloide con anterioridad.
Conviene recordar que la cinematografía de ciencia ficción temprana oscilaba entre el temor a la invasión hostil y la curiosidad científica. Películas como The Day the Earth Stood Still (1951) presentan a un extraterrestre portador de un mensaje de paz, aunque su presencia inicial genera alarma. Otros ejemplos, aunque menos conocidos, exploran la cooperación y el entendimiento mutuo.
Por lo tanto, E.T. no inventa la bondad alienígena, sino que la redefine y la eleva a un plano emocional sin precedentes. La película descarta la retórica política o las advertencias apocalípticas, centrándose en la amistad pura e incondicional entre un niño y un ser de otro planeta. Esta representación, radicalmente opuesta a la paranoia de la Guerra Fría, resonó profundamente con el público y solidificó a E.T. como un hito cinematográfico.
Si bien no es la primera película en mostrar extraterrestres como seres buenos, E.T. es fundamental para popularizar y redefinir esta imagen, ofreciendo una visión optimista y conmovedora de la posible relación entre la humanidad y la vida extraterrestre. Su impacto cultural la distingue como un referente clave en la evolución de la representación alienígena en el cine.
No hay comentarios:
Publicar un comentario