Óleo sobre lienzo de 1871. Dimensiones; 55 x 80 cm.
Current Location: Fundación Internacional Balzan, Milán, Italia.
Filippo Pallizzi (1818-1899), como su hermano Giuseppe, fue uno de los iniciadores del verismo en el arte italiano. Palizzi pintó lugares comunes, animales y gente simple con un color y una luz que los hace reales y creíbles. En sus pinturas hay un carácter modesto que las engrandece y una belleza que sólo puede nacer del alma de un pintor cautivado por lo que ve.
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Filippo Palizzi nació en Vasto. Se trasladó a Nápoles en 1837 y se matriculó en el Real Instituto de Bellas Artes, pero se retiró después de unos meses para asistir a la escuela privada del pintor Giuseppe Bonolis.
El contacto con su hermano Giuseppe, que se trasladó a Francia en 1844, lo introdujo en la pintura de la Escuela de Barbizon. Visitó París con ocasión de la exposición universal en 1855 y luego pasó a los países bajos. Después de regresar a París en 1863, se concentró en los estudios de la naturaleza de la vida y tomó parte en la exposición universal de 1867, ganando una medalla de oro. La siguiente década vio más trabajo en el manejo de la luz tanto en paisajes pintados al aire libre como en pinturas de interiores. A menudo pintó escenas de género de niños con animales.
Filippo Palizzi fue nombrado Comendador de la orden de la corona de Italia y de la orden austriaca de Francisco José, y asociado honorario de numerosas academias. Murió en Nápoles en 1899.
Filippo Palizzi (1818-1899) fue un pintor italiano. Sus hermanos Nicola y Giuseppe Palizzi también eran pintores.
A lo largo del contorno de la roca, el artista ha dibujado con pincel esta extraña inscripción: "Me pidió que mintiera en esta roca, me dice que te cuide de la mañana a la noche y siempre te diga: Sé feliz. Feliz".
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Otra de sus pinturas. Una muchacha trabajadora mira los murales de una antigua ruina romana.
"Over The Wall"
“Contemplazione”, 1872.
Filippo Palizzi, “Studio in una valle - con contadina”,
olio su tela, cm 30x46,5, Accademia di belle arti, Napoli.
La obra más interesante de Palizzi es la que aborda esos momentos singulares que hacen a la simple, curiosa y reflexiva contemplación de la protagonista de la obra. Es en este punto donde el artista se aparta de la temática pastoril, tan característica del realismo de mediados del siglo XIX.
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