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sábado, 13 de mayo de 2023

La mujer en el cómic (El año de "1984")

 


Breve historia de la mujer en el cómic (escritas y creadas por hombres). La primera cuatro páginas publicadas en la revista "1984" y la segunda un artículo mucho más reciente.


Este año lo dedicaremos (entre otras muchas cosas) a publicar las mejores historias de la revista "1984". Retocadas página por página; como recién salidas de la imprenta.












Además:


La mujer en el cómic de superhéroes

El papel de la mujer en el cómic de superhéroes fue durante muchas décadas secundario y a la sombra de los hombres. Wonder Woman fue la pionera y la excepción en este mundo sobre el que siempre ha salpicado un aureola de machismo. Hoy las superheroínas, aunque siguen enfrentándose a guiones y dibujos sexistas con más frecuencia de lo que sería deseable, empiezan a encontrar su sitio y a reflejar el papel que la mujer tiene en la sociedad actual, un papel que es mucho más que una imagen sexy. Pero para llegar a este momento, los personajes femeninos han pasado por muchas etapas. Las primeras heroínas fueron personajes de muy corta vida. Fantomah, de la mano de la misma editorial que creó a Sheena, Fiction House, abrió la veda en febrero de 1940. Le siguieron otras como Invisible Scarlett O’Neil, la Viuda Negra o la Mujer de Rojo. Eran años en los que las mujeres de las historias superheroicas o fantásticas sólo eran personajes secundarios o de muy corto recorrido. Y sobre todo los personajes femeninos tenían mayor cabida en el cómic romántico para niñas y adolescentes.



A partir de los años 60, sólo sobrevivió el cómic de superhéroes y las mujeres tuvieron que hacerse un hueco. Tenían en quien fijarse: Wonder Woman, de DC Comics. William Moulton Marston creó al personaje en 1941 como “un modelo de conducta feminista cuya misión era llevar a un mundo desgarrado por el odio del hombre los ideales de las amazonas de amor, paz e igualdad sexual”. Wonder Woman fue, por tanto, la pionera, pero durante muchos años también era la única superheroína que protagonizaba su propia serie. En los años 60, los personajes femeninos que nacían eran simples contrapartidas de los héroes más populares. Así, DC apostó por Supergirl o Batgirl, personajes a medio hacer, simples reclamos con la marca del héroe popular y con guiones que no estaban a la altura. De hecho, estas mujeres siempre tenían personalidades y poderes mucho más débiles que los de sus compañeros masculinos, y eso se veía incluso en sus nombres, tal y como explica Mike Madrid en su libro The Supergirls. “Hay muchos ‘hombres’ en el cómic: Superman, Batman, Spiderman. Al margen de Wonder Woman, no hay muchas ‘mujeres’ e incluso menos ‘damas’, pero hay muchas ‘chicas’: Supergirl, Power Girl, la Chica Maravillosa, la Chica Invisible”, dice.


La mujer fue encontrando su hueco en los grupos de héroes, y Marvel fue la editorial que más exploró esa vía. La Chica Invisible estaba en los 4 Fantásticos, la Avispa en los Vengadores y la Chica Maravillosa en la Patrulla X. Pero sus roles eran siempre secundarios, eran damas en apuros que los héroes pudieran rescatar y poco más. En las siguientes décadas, el sexismo del cómic de superhéroes se agudizó. “Las mujeres en los cómics tenían grandes pechos y vestían minúsculos disfraces. Y después, en los 90, se produjo un fenómeno de dibujar a personajes femeninos de una forma sexista y de explotación sexual”, afirma Trina Robbins, autora de From girls to grrrlz. Hasta llegar a los años 70, los del despegue de la mujer en el cómic de superhéroes. Fue entonces cuando los personajes femeninos crecieron en cantidad y calidad, introduciendo cuestiones feministas y de liberación de la mujer, los mismos que tenían protagonismo en la vida real. Marvel tuvo un papel clave en esta lucha durante los años 80. La Patrulla X escrita por Chris Claremont fue vital para esa evolución, pues introdujo muchas heroínas de fuerte personalidad. Que los Vengadores pasaran a ser liderados por la Avispa fue otro rasgo de modernidad protagonizado por Marvel. Y un momento importante en la concepción de la superheroína fue cuando John Byrne convirtió a la Chica Invisible de los 4Fantásticos en la Mujer Invisible. “Siempre que hago una serie escojo a un personaje al que voy a adoptar, mi personaje en la serie. Y en esta ocasión escogí a Sue. Nadie había hecho nada con ella en 22 años”, explicó Byrne.



Como muestra del sexismo en el cómic de superhéroes, la guionista Gail Simone creó la web Women in refrigerators, nombre que hace alusión a una muerte violenta en Green Lantern‘. Simone abrió este sitio al darse cuenta de que “no es sano ser un personaje femenino en los cómics”. El escaso papel femenino no sólo se veía dentro de las historias, sino en la misma industria que las creaba. Durante décadas, muy pocas guionistas o ilustradoras tuvieron cabido en los créditos del cómic de superhéroes. Las mujeres que trabajan en la industria del cómic dieron un gran paso en la evolución de las superheroínas en 1994. Fundaron las Amigas de Lulú, una organización que fomenta la lectura de cómics en las lectoras y la entrada de mujeres en este mundo dominado por hombres. Es un síntoma más de normalización. Y a pesar de que  las superheroínas mantienen el aspecto sexy y algunos trajes minúsculos de las décadas precedentes, ese aspecto ya no tiene la misma importancia simbólica que entonces. “Los cómics son fantasía. ¿Por qué no abrazarla?”, se preguntó Chirstina Z, guionista conocida por su trabajo en Witchblade. De hecho, en los últimos años han crecido las series protagonizadas por heroínas, y son muchas las que unen sólo a féminas (Birds of Prey, Gotham City Sirens). Todavía son pocas, todavía venden poco y todavía es más fuerte la imagen sexy que el contenido adulto. Pero se ven movimientos alentadores, incluso con el sexismo en el epicentro de polémicas como las que provocaron la vida sexual de Catwoman o Starfire en el arranque de los nuevos 52 de DC.

FUENTE

Cómic para todos


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