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jueves, 27 de abril de 2023

Sócrates: El maestro que nunca cobraba

 

De ser ciertas las pocas noticias legendarias sobre su vida, la profesión original de Sócrates (h. 470-399 a. de C.) hubiera tenido que ser, a consecuencia de su linaje, la de picapedrero; sin embargo, abrió una escuela de filosofía.

Durante toda su vida se jactó de ser pobre y, como sostuvo que la riqueza y todo afán de lucro eran éticamente indeseables, se mantuvo siempre consecuente, negándose por ejemplo a cobrar sus lecciones. Según algunos relatos, se cuenta que, pese a su gran fama, su indigencia fue tal que su esposa, Xantipa, hubo de trabajar como lavandera para mantener a la familia.








Lecciones de liderazgo de la filosofía de Sócrates

Cuando somos pequeños vamos conociendo el mundo a través de las preguntas que hacemos a nuestros padres. Ellos nos modulan el conocimiento a partir de las respuestas. Sin embargo cuando vamos creciendo esa sana actitud infantil de preguntar se va abandonando sustituyéndola por la observación o simplemente el estudio. Los líderes sin embargo son expertos en hacer preguntas, en cuestionar todo lo establecido. Por eso el verdadero líder tiene mucho que aprender de la filosofía socrática.
Son pocos los líderes, CEOs, gerentes y empleados que formulan buenas preguntas en su lugar de trabajo, lo que suele traer, como consecuencia, una ralentización del proceso de resolución de problemas en las compañías. Con esto en mente, varios expertos se han adentrado en el arte de tomar buenas decisiones y han dado con algunas respuestas en las enseñanzas de Sócrates. El filósofo griego estableció que una habilidad vital del liderazgo consiste en hacer buenas preguntas. Para desarrollar esta cultura socrática, Michael Lindenmayer  en su artículo publicado en forbes.com «Ask Great Questions: Leadership Skills Of Socrates» establece los siguientes 7 pasos básicos:

1. Buscar las mejores respuestas
Los equipos que se sienten más motivados a formular preguntas son aquéllos que ven el proceso como una búsqueda de mejores respuestas, no como un interrogatorio. Al ser un intercambio de información, todos los miembros del equipo desempeñan un rol y aportan sus ideas de una manera libre. En cambio, si la búsqueda de respuestas se asemeja a un interrogatorio, los participantes no sólo se sentirán desmoralizados, sino que también tomarán una actitud defensiva.

2. Ser humilde y reconocer cuando se desconoce algo
El ego afecta la búsqueda de buenas respuestas. Es por ello que es mejor reconocer cuando no se conoce algo a ciencia cierta. De hecho, cuando un miembro del equipo no da con una respuesta adecuada, la siguiente pregunta puede darle pistas para encontrarla. Esta estrategia deja a un lado todas las excusas y pone todo el foco en encontrar las mejores respuestas.

3. Aumentar la resistencia y entrenar el cerebro
La mayoría de las personas sienten una sobrecarga cognitiva (una fatiga emocional) cuando lidian con varias preguntas al mismo tiempo. No obstante, se puede entrenar el cerebro, como un músculo, a través del compromiso, descanso y recuperación para que maneje una mayor cantidad de preguntas.

4. Dar rienda suelta al potencial del equipo de trabajo
Los buenos líderes motivan a sus seguidores a hacer preguntas, ser curiosos y encontrar las mejores soluciones a los problemas que puedan surgir.

5. Concentrarse
Si bien nuestros cerebros son multifuncionales, lo cierto es que varios estudios han demostrado que esta cualidad puede reducir no sólo la velocidad de la toma de decisiones, sino también la calidad de las decisiones tomadas. Por lo tanto, es necesario concentrarse y comprometerse en un nivel de pensamiento más profundo para aumentar así las posibilidades de dar con ideas exitosas.

6. Conocer las posibilidades, probabilidades y prioridades
Es esencial hacer preguntas que cubran distintas categorías: algunas que generen posibilidades; otras que afinen la habilidad del equipo de trabajo para evaluar el resultado probable de las decisiones potenciales; unas adicionales que ayuden a priorizar.

7. Conocerse a sí mismo
Antes de lanzar preguntas en todas las direcciones, es ideal analizarlas primero internamente, de modo tal de dar con preguntas sustanciales que garanticen realmente la inversión de tiempo y el esfuerzo del equipo de trabajo. (F)


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