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viernes, 10 de mayo de 2024

La verdad de Conan, un héroe desconocido que conquistó el mundo


"El personaje de los cómics y el cine es una caricatura del literario", apunta Manuel Mata, traductor de la nueva edición con la que la editorial Minotauro recupera los relatos originales escritos por Robert E. Howard en los años '30.

FUENTE


EL BÁRBARO

EL CIMMERIO

Al igual que bastantes millennials descubrieron El señor de los anillos a través de las películas de Peter Jackson, muchos de sus hermanos mayores de la generación X encontraron a un tal Conan encarnado en Arnold Schwarzenegger. Y buen número de unos y otros no pasaron de ahí -lamentablemente para ellos-. Poco hace falta exponer para defender la excelencia de la obra literaria de J. R. R. Tolkien, auténtica biblia del género fantástico. Pero menos popular, quizá, es el trasfondo original del héroe nacido en Cimmeria y en la imaginación de Robert E. Howard; de sobra conocido, eso sí, por los devotos de los cómics, los juegos de rol y otros reductos culturales donde la espada y la brujería expanden su dominio sin complejos.

"El Conan de los cómics y el del cine es, hasta cierto punto, una caricatura del literario. Todo el que sienta interés por el cimmerio debe ir a la fuente de la que deriva todo lo demás: los relatos originales escritos por Howard en la primera mitad de los años 30", expone Manuel Mata Álvarez-Santullano, traductor experto en literatura fantástica y responsable de los textos de la nueva edición con la que la editorial Minotauro (Planeta) recupera en España las historias primigenias del héroe de la Era Hiboria. "Se encontrarán con algo que puede que les sorprenda, pero que no les decepcionará en absoluto", garantiza a EL MUNDO.


Las primeras traducciones de la obra de Howard en nuestro país llegaron a finales de los años 60 y sobre todo ya en los 70, de la mano de revistas o fanzines. Bruguera, Forum o Martínez Roca son algunas editoriales que publicaron sus relatos, aunque estas ediciones llevan mucho tiempo descatalogadas y son prácticamente imposibles de conseguir. Ya a principios de este siglo, el sello Timun Mas publicó en España la recopilación internacional en tres tomos de la obra completa de Howard sobre Conan ilustrada por el estadounidense Mark Schultz, un formato que recupera ahora Minotauro con nueva traducción y material inédito añadido como la cubierta dibujada por Esteban Maroto con color de Santi Casas.

"Llevábamos mucho tiempo recibiendo peticiones de los lectores para reeditar a Conan; éste era un proyecto que hacía tiempo que queríamos poner en marcha", explica a este diario Vicky Hidalgo, directora editorial de Minotauro. "Creemos que el éxito de sagas de fantasía épica como La Rueda del Tiempo (Robert Jordan) puede ayudar a atraer lectores que aún no conozcan el universo literario de Robert E. Howard", comenta la editora, quien destaca que la obra recopilatoria incluye también notas del propio autor, borradores y sinopsis de relatos que nunca se llegaron a finalizar.

A menudo la literatura fantástica es ninguneada en ciertas esferas culturales que la consideran un género menor, pero existen autores y obras que alcanzan el nivel de los clásicos universales. ¿Se podría situar al héroe de Robert E. Howard en ese grupo selecto? "Conan se ha labrado un sitio en el olimpo de los grandes personajes de la cultura popular de nuestro tiempo. Por méritos propios, forma parte de la historia de la literatura", responde Mata. "No es discutible ni la relevancia de la obra, ni su capacidad de subsistir más allá de su época y de proyectarse hacia el futuro de manera perdurable", argumenta.





El origen del mito

El primer relato protagonizado por Conan, El Fénix en la Espada -incluido en el primer tomo de la nueva edición-, se publicó en 1932 en la revista Weird Tales. De hecho, el carácter de la obra es inseparable del medio en el que apareció, el de las Pulp Magazines, publicaciones de aventuras, ciencia ficción y misterio en los EEUU de la primera mitad del siglo XX. "Conan es hijo de este contexto, del que deriva un tipo de héroe, o antihéroe, que ha terminado por convertirse en clásico: el del guerrero, solitario, indómito y virtualmente invencible que se enfrenta al mundo por razones que, a veces, ni él mismo entiende, y vence merced a sus propios recursos", señala Mata, quien añade: "Es el mismo arquetipo que representan Sherlock Holmes, Flash Gordon, Han Solo o James Bond".

Pero el traductor anima a profundizar algo más, hasta la verdadera esencia del protagonista: "No se trata de una montaña de músculos sin cerebro que se abre paso a hachazo limpio hasta el tesoro y la chica, sino que tiene matices mucho más interesantes". Mata cita en su respuesta a Manuel Barrero, uno de los grandes estudiosos del personaje: "El Conan original era un símbolo de ciertos valores de principio de siglo como el rechazo al maquinismo galopante, la evocación de los valores tradicionales, la confianza entre los hombres, el honor...".

Desde 1932 y hasta su suicidio en 1936 Robert E. Howard -padre también de otros héroes como el bárbaro Kull de Atlantis o el aventurero Solomon Kane- escribió una veintena de relatos protagonizados por Conan. En el conjunto de las historias no hay más hilo conductor que la presencia del protagonista. Las aventuras son independientes y van saltando en el tiempo sin orden establecido. En el material original no existe ninguna cronología, aunque algunos autores han tratado de definir después cierta línea secuencial en la vida de Conan.

Lo que sí evoluciona es la identidad del personaje, que se va desarrollado en un proceso gradual paralelo al de la publicación de sus historias. Tal y como subraya el ilustrador Mark Schultz en el prefacio del libro, "el adolescente inseguro de La Torre del Elefante no es el mismo fanfarrón tozudo de La Reina de la Costa Negra, ni el mismo mercenario veterano de El Coloso Negro o el Rey de Aquilonia que protege las artes en El Fénix en la Espada".


Claves literarias

Los relatos Conan se caracterizan por la acción desenfrenada, el esoterismo, la violencia, la sexualidad... A diferencia de otras sagas del género fantástico, aquí en lugar de magia encontramos brujería y hay más brutalidad que heroísmo. "La escritura de Howard es rápida furiosa y sombría [...], con un estilo que evita el colorismo, la galantería y la nobleza", en palabras de Schultz. Pero, tal y como advierte Mata, la obra tiene otros matices que la dotan de mayor altura literaria: "La filosofía sobre la vida que expresa con frecuencia, su fatalismo, su rechazo a los valores de la civilización, las referencias a un cosmos gigantesco e implacable (que Howard comparte con su amigo Lovecraft), así como el entorno en el que se desarrolla, la Era Hiboria (un remedo prehistórico de nuestro mundo), son elementos que definen la naturaleza de Conan".

Desde su aparición, Conan no tardó en convertirse en uno de los personajes de mayor éxito del nicho pulp de su época. Pero su transformación en icono de la cultura popular llegó bastantes años después de la muerte de Howard. Según recuerda Mata, "a partir de los años 50, autores como Lin Carter, Lyon Sprague de Camp o Björn Nyberg lo recuperan para el mundo literario y comienzan a publicar antologías o versiones remozadas de los materiales que dejó Howard sin terminar, en ocasiones sin respeto al original o como pastiches de dudosa calidad".

Posteriormente, los cómics y el cine ayudaron a propagar la leyenda. En los años 70, 80 y 90 Marvel impulsó personaje por todo el mundo con colecciones como Conan, el bárbaro, La espada salvaje de Conan o Conan Rey. En cuanto a las pantallas, después de la versión de Schwarzenegger de 1982 y su secuela de 1984, llegó en 2011 la más prescindible protagonizada por Jason Momoa (Aquaman). Ahora, a la espera del eternamente anunciado regreso del actor de origen austriaco al papel, Netflix ha adquirido los derechos audiovisuales del personaje. De momento no hay noticias de quien será el intérprete que empuñará de nuevo Atlantean, la mítica espada de un personaje inolvidable, pero no del todo bien conocido.

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