Después de 1 año y 60 días, vuelve a este blog la más irreverente historieta argentina.
El Cazador desciende de una familia de feroces reitres alemanes que se ganaban la vida como mercenarios. Su abuelo era uno de los generales y torturadores al servicio de Vlad, el empalador. Su padre lo engendró durante un viaje a América, siendo su madre una mujer indígena de una tribu caníbal, y llevó al bebé con él de vuelta a Alemania.
Ver también Parte 1
7 días con El Cazador de aventuras (4)
La llegada del Cazador a Argentina se remonta a 1530 cuando, siendo todavía un simple mortal, llega al Río de la Plata en una expedición junto a Juan Díaz de Solís en busca de tesoros. Después de ocasionar una serie de disturbios en los fortines es desterrado junto a una banda de rebeldes acusados de masacres y canibalismo, adquiriendo el nombre de “El Cazador de Almas”. Durante semanas se dedica a destruir y saquear las tolderías vecinas para sobrevivir, al mismo tiempo que tortura despiadadamente a los indígenas que se cruzan en su camino.
Aunque se mantiene efectivo el claroscuro, el dibujo llega al nivel de desastre, sobre todo comparado con el primer número. Fallan las proporciones de los personajes. Y lo del colectivo es una colección de tonterías.
ResponderEliminarEl Cazador tendría que usar algunos arcaísmos al hablar, teniendo ese origen.
Aunque no es tan desastroso como cuando se hizo color.