En marzo de 1887 Iván Kramskói estaba pintando un retrato del pediatra Karl Raujfus (abajo). Súbitamente el artista se inclinó y cayó al suelo. El doctor intentó ayudarle pero no pudo hacer nada, Kramskoy había muerto. Podemos apreciar en este cuadro el ultimo trazo del pincel de Iván Kramskói, en el extremo inferior en el momento de caer al suelo sin vida.
La última pincelada de Iván Kramskói (1837-1887)
Iván Kramskoi nació en la ciudad Ostrogoshk, en la región de Voronezh, Rusia, en la familia de un escribano. Forzado por las circunstancias empezó a trabajar en un taller de fotografía en donde empezó a despuntar su talento.
En 1863 junto a otros catorce estudiantes comenzaron una contundente protesta contra el tema mitológico que les habían impuesto en la Academia y exigieron la libertad de elección. En este grupo se destacó como líder principal. Como el cambio de tema les fue negado, hicieron su protesta de manera pública organizando una manifestación, manifestando así su desacuerdo con el conservadurismo que imperaba en la pintura. El caso se llamó en la prensa rusa “la revuelta de los catorce” y terminó con su expulsión de la Academia y la fundación del Artel de Artistas aquel mismo año de 1863.
Después de abandonar la academia de bellas artes se vio obligado a ganarse la vida dando clases, pintando retratos basados en fotografías y retocando otras obras de diferentes pintores. Al mismo tiempo, no descuidaba su auto educación: leía mucho, hojeaba casi todas las revistas, sin pasar por alto ningún acontecimiento importante de la vida social, y reaccionaba a todo con ardor.
Autorretrato
A Kramskói, lo que más lo preocupaba era el empobrecimiento y estancamiento del moribundo y estatalizado arte ruso. Veía cuantos jóvenes talentosos se perdían sin razón, como se vendían por casi nada verdaderas joyas de la naciente escuela realista. Gracia a su energía y sociabilidad, Kramskói tenía gran ascendiente sobre sus colegas que se encontraban en las mismas circunstancias difíciles. Se reunian a menudo en su casa y meditaban junto sobre el futuro.
La herencia de Kramskoi en el arte ruso es incalculable: junto a impecables obras maestras se encuentran nuevos y originales conceptos artísticos que empujaron al creador a los límites de su capacidad creativa, límites que intentó superar durante toda su vida a base de un tenaz trabajo.
Kramskoi fue también uno de los mejores retratistas rusos y realizó una serie de brillantes retratos de lo que él consideró los personajes más valiosos del país: L. N. Tolstoi, I. A. Gancharov, N. A. Niekrásov … Dichos retratos sorprendieron a sus contemporáneos por su extraña agudeza y finura en la psicología de los personajes. Sus retratos no se dirigieron sólo a personajes famosos sino a gente del pueblo como el retrato de Mina Moiseyev (1882) o el del Campesino con Bridas (1883).
Al final de su vida Kramskoi realizó una serie de obras en las que se abrió a nuevos caminos pictóricos: la enigmática “Desconocida” o la bella “Noche de luna”.
Kramskoy fue el primer líder de la Sociedad de artistas itinerantes, los conocidos Pintores Vagabundos, y su muerte supuso un duro golpe para esta organización, que sin su carismático representante comenzó desde entonces a perder fuelle.
Cristo en el desierto (Detalle)
Iván Kramskoi expusó este cuadro en 1872 en la segunda exposición de los Itinerantes en San Petersburgo.
Para el artista, comprometido socialmente, los tiempos exigían una nueva imagen de la figura de Cristo, más humanizado. El cuadro está basado en el retiro de Cristo durante 40 días en el desierto. Está sentado sobre una piedra reflexionando, decidiendo, según el autor, si va a dar el paso de sacrificar su vida por la humanidad. El amanecer al fondo anuncia la toma de una decisión. El cuadro refleja los momentos de duda que padece todo ser humano.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
Esta obra forma parte de la colección de la Galería Tetriakov de Moscú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario