El artista más longevo de España (y tal vez del mundo) sigue trabajando en casa con los pinceles. A sus 110 años, Luis Torras no ha perdido el entusiasmo por la pintura. Todas las mañanas se sienta delante de un caballete en el salón de su casa, en la calle Emilio Pardo Bazán de Vigo, y da rienda suelta a su creatividad.
Torras ya tiene preparado el boceto de un bodegón y asegura que le quita el sueño. A veces, si el cuadro no sale, lo rompe y empieza uno nuevo porque es muy perfeccionista. "Esta noche no dormí por culpa de un cuadro que estoy haciendo, pensando en cómo lo encauzo y qué técnica empleo. A mi mujer, en cambio, que va para centenaria, da gloria verla dormir", afirma.
Luis Torras presume de ser el pintor más longevo que permanece en activo. Es una vocación que le viene de niño, cuando descubrió en la escuela que tenía unas grandes aptitudes para el dibujo. «Tenía la ilusión de ir a ver exposiciones cuando venían pintores a Vigo. En las clases nos daban cuadernos de palotes y los hacía perfectamente. Había otro que muy bien y otros nada de nada», recuerda.
Luis nació el 29 de diciembre de 1912 en la calle Alfonso XIII, a pocos metros de la iglesia de Santiago El Mayor. Tras estudiar en el colegio de los Hermanos Maristas, se trasladó a Madrid para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Con 23 años se vio obligado a incorporarse a filas. En el frente resultó herido por dos balas, una de ellas cerca del cerebro, lo que dejó sordo.
Finalizada la guerra, acabó sus estudios y obtuvo el título de profesor de Dibujo, profesión que ejerció desde 1954 en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, donde dejó un gran recuerdo en varias generaciones de pupilos. Afirma que una de sus grandes satisfacciones es seguir recibiendo el cariño de muchos de sus antiguos alumnos. "Alguno no deja de llamarme por mi cumpleaños y me da mucha alegría", asegura.
El secreto
¿Cuál es el secreto de vivir tanto y permanecer tan activo? «El secreto es seguir funcionando», responde con gran convicción. Su nuera Marina lo corrobora. "No para quieto, siempre está de pie. Considera que el movimiento es bueno para la salud y no para nunca", dice. Además, siempre ha cuidado mucho su alimentación, que es muy austera, y nunca toma alcohol. A su edad, conserva un buen estado de salud y rehúsa ir al médico, aunque toma pastillas para la tensión y el colesterol.
La pandemia la pasa casi sin enterarse, dado que le gusta estar en su casa, confinando entre sus pinturas y pinceles. "Hay tanta gente que lo pasó tan mal y yo, la mar de bien... Me meto aquí, en mi mundo". No obstante, dice que le "fastidia no salir a la calle y ver cosas". Pero su nuera matiza: "Cosas puntuales, si sale es para algo que tenga que ver con la pintura". Ella vive con su marido en la planta de abajo de la vivienda que construyó el padre de Luis hace sesenta años. Luis Torras y María Jesús, que en agosto cumplirá un siglo de vida, viven solos y son prácticamente independientes. Poco antes decía: "Me gustaría llegar a los 110. Es una cifra preciosa". Y lo logró.
¡Felicitaciones Luis Torras…un gran ejemplo para todos nosotros!
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