A Leonardo da Vinci le fascinaba la geometría aplicada al arte. Había que medir, calcular y buscar las proporciones exactas en los cuerpos. Hábito heredado de la antigua cultura clásica y común a todos los hombres del Renacimiento.
Por Rubén Reveco - Editor
En las formas de la naturaleza están presentes la matemática y la geometría. Y si los números están en las creaciones de la naturaleza, también deberían estar presentes en las creaciones del hombre. La belleza es el objetivo del arte en el Renacimiento. La belleza es el orden, la justa proporción que otorgan las ciencias exactas. Entre las formas geométricas, Leonardo prefería la circunferencia.
El círculo, en cambio, es una figura plana limitada por una circunferencia. Está formado por la circunferencia y la parte de plano que hay dentro de ella. Ejemplos de círculo: moneda, disco
Si bien no abunda en la naturaleza, la circunferencia parece ser parte importante de la creación, no tiene inicio ni fin. Representa, por ejemplo, la luz y el calor en el Sol.
Y siendo el fuego algo tan amorfo e inquieto pueda generar una forma geométrica tan precisa.
Y siendo el fuego algo tan amorfo e inquieto pueda generar una forma geométrica tan precisa.
A Leonardo le llamaba la atención la caída de una gota de agua sobre otra superficie líquida. Observaba como al tocarla distribuía sus fuerzas de modo equitativo y equidistante, formando una o varias circunferencias concéntricas.
Y que algo tan amorfo e inquieto como el agua pudiese provocar círculos tan definidos y perfectos.
Y que algo tan amorfo e inquieto como el agua pudiese provocar círculos tan definidos y perfectos.
La circunferencia también está es el centro de una simple flor indicándoles a las aves e insectos que es ahí donde está el néctar y el polen, posibles para la vida. La circunferencia es algo importante.
Ya anciano, se le acercó un noble con una hoja en blanco: “Maestro, maestro dibújeme algo, cualquier cosa”, le rogó el hombre. Leonardo tomó un lápiz y con un solo movimiento de mano le dibujó una circunferencia perfecta. Algo muy difícil o casi imposible de lograr.
El hombre un poco desilusionado insistió en otra cosa más digna, más reconocible: un ave, un animal o un rostro por ejemplo. “No lo desestime -le dijo Leonardo- en esta circunferencia hay toda una vida de aprendizaje”.
En el cuerpo humano existen solo dos circunferencias. Una está representada en el círculo del iris y la otra, en el pezón femenino.
El cuerpo humano, como todas las formas de la naturaleza, es producto de un diseño; de una idea de belleza. Dios es un artista que define con compás y regla los objetos de su creación. Y el artista es un pequeño dios.
El Hombre de Vitruvio
El Hombre de Vitruvio (izquierda) y una ilustración actual representando a la mujer.
El Hombre de Vitruvio o Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano es un famoso dibujo acompañado de notas anatómicas de Leonardo da Vinci realizado alrededor del año 1490 en uno de sus diarios. Representa una figura masculina desnuda en dos posiciones sobreimpresas de brazos y piernas e inscrita en una circunferencia y un cuadrado ('Ad quadratum'). Se trata de un estudio de las proporciones del cuerpo humano, realizado a partir de los textos de arquitectura de Vitruvio, arquitecto de la antigua Roma, del cual el dibujo toma su nombre.
En este famoso dibujo de Leonardo (que ha servido a ilustradores para múltiples trabajos artísticos) se ve a un hombre inserto en un cuadrado y un círculo. El cuerpo de este hombre está dividido en cuatro partes iguales.
La circunferencia, una forma geométrica simple y perfecta, también está presente en la Mona Lisa.
Ella
He descubierto algunas cosas interesantes en la Mona Lisa que el tiempo dirá si son o no importantes.
Primero que nada, tomamos como referencia el ancho de la pintura (53 cm) y trazamos una línea vertical en el centro (26,5 cm). Esta vertical pasa por el ojo de la Mona Lisa.
Luego hicimos centro en el ojo y tomamos como referencia la distancia (radio) hasta el punto más alto de la cabeza y dibujamos una circunferencia. La cabeza de la Mona Lisa aparece inscrita en un círculo.
Entre las críticas que se suelen efectuar a esta pintura es su amplia frente y el circulo superior de la cabeza, algo poco natural. Creemos que esto obedece a que si trazamos otro círculo siguiendo la inclinación que genera los labios, este limita -en su parte superior- con el nacimiento de la frente, a la izquierda con la curvatura del velo y a la derecha con las sombras. Por último, si trazamos una tercera circunferencia siguiendo la curvatura de la cabeza se forman dos intersecciones: Una en el nacimiento del velo y la otra, en el nacimiento de la boca. Justamente el punto fundamental de esta obra y que tanto a dado que hablar.
Para Leonardo, el sentido más importante era el de la vista y, en especial, la capacidad de observar la naturaleza para recrearla. Y el instrumento que utiliza el artista para este proceso son sus manos.
Nos preguntamos qué más puede determinar este “hallazgo”. ¿Qué incidencia tiene en el resto de la obra? Por ejemplo, qué pasa con las manos, el otro punto de atención en este retrato. Están en reposo y relajadas, una sobre la otra. No son manos crispadas, ni entrelazadas. Estas manos -que son bellísimas- parecieran no tener relación alguna con alguna forma geométrica, sin embargo, si recurrimos nuevamente en una circunferencia, las manos quedan insertas de un modo exacto en un círculo. Incluso pareciera que Leonardo forzó la ubicación de los dedos de la mano izquierda para hacerlos coincidir con el borde de la curvatura.
¿Y si cruzamos dos diagonales? Además de determinar el centro de la circunferencia, las diagonales están paralelas a las direcciones de los dedos. ¿Y qué sucede si trazamos una vertical ascendente que pase por el centro del círculo?: Esta pasa por el centro del ojo derecho...del mismo modo que el centro del círculo realizado en la cabeza hizo centro en el ojo izquierdo.
“Todo lo que existe en el universo, será primero en la mente del pintor y después en sus manos. Y aquellas cosas proporcionan armonía con sólo mirarlas un instante”.
¿Además de esas circunferencias ocultas qué incidencia tienen en el resto de la obra? Si trazamos dos verticales haciendo eje en el punto más extremo de cada círculo generando así un rectángulo. Esto por sí solo no representa casi nada, al menos que tracemos desde los ángulos opuestos dos diagonales.
Estas dos diagonales se cruzan en el escote de la dama, dividiendo en dos la pintura.
La intersección de las diagonales más una horizontal apuntan a destacar el sector del ropaje más delicado… que tienen un exquisito bordado de círculos entrelazados. Unos al lado de otros. Nuevamente la presencia del círculo.
Y, por último, si tomamos como referencia el alto de la cabeza y la multiplicamos por dos, la primera reproducción coincide con la base donde se apoyan las columnas. La segunda, termina en la mano derecha.
¿Qué pueden significar esto? Tal vez nada. Quizá sea una serie de felices coincidencias. Y de no ser coincidencias, demuestra que Leonardo no dejaba nada al azar.
Esta geometría oculta pone en evidencia la pasión de Leonardo por las ciencias exactas al servicio del arte y de la belleza. Todo -lo visible e invisible- contribuye a que este retrato nos genere cierta plácida inquietud y que, a pesar de los 500 años que han pasado, no sabemos explicar bien de qué se trata.
Si bien la Mona Lisa no es la pintura más hermosa, es la obra de un genio. Leonardo de Vinci era un hombre solo, no tenía familia, no tenía estado propio y no tenía hogar. Una figura trágica que decía, sin embargo, “he ofendido a Dios y a la Humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía haber tenido”
La Mona Lisa es su gran legado. Lo que resume todas sus pasiones y preocupaciones. Y nos mira y su mensaje es un misterioso. Es el secreto mejor guardado y es mejor que siga siendo así.
Ver también:
No hay comentarios:
Publicar un comentario