Algunos parecen patriarcas bíblicos, lo cierto es que este pintor a logrado hacer de los últimos años de vida uno de sus temas favoritos.
Pinta desde los bodegones de flores y surtidos inverosímiles de objetos a los interiores y escenas urbanas y pastorales. Una amplia gama de hombres, mujeres y jóvenes pueblan sus retratos y obras figurativas; tomados en conjunto, reflejan una visión rica y abarcadora de la humanidad.
"Estoy interesado en todos los ámbitos de la vida, de todo el mundo", el artista explicó una vez acerca de su elección de los temas. "Algunos de los que pueden ser considerados convencionalmente hermosa y otros que no, y todos los demás." En sus bodegones, que recuerdan las de las tradiciones holandesas y flamencas, Sprick reúne la suntuosa vajilla de plata y el almidonado blanco de los manteles y todo tipo de objetos de uso cotidiano, como latas y botellas viejas, en arreglos elegantes, armónicamente equilibrados.
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