Un equipo de espeleólogos omaníes ha realizado lo que se cree que es el primer descenso al fondo del legendario pozo de Barhout (o “pozo del infierno”) en Yemen, una maravilla natural rechazada por muchos lugareños, que creen que es una prisión para los espíritus.
El imponente ‘Pozo del Infierno’, cuya oscura abertura redonda crea un agujero de 30 metros de ancho en el suelo desértico de la provincia oriental de Al-Mahra, en Yemen, se hunde aproximadamente 112 metros por debajo de la superficie y, según algunos relatos, desprende olores extraños.
Kindi fue uno de los ocho espeleólogos experimentados que bajaron en rápel, mientras que dos colegas permanecieron en la superficie.
Las imágenes proporcionadas a AFP mostraron formaciones de cuevas y perlas de cuevas grises y verde lima, formadas por el goteo de agua.
“La pasión nos impulsó a hacer esto, y sentimos que esto es algo que revelará una nueva maravilla y parte de la historia de Yemen”, dijo Kindi, quien también es dueño de una empresa consultora de minería y petróleo.
“Recolectamos muestras de agua, rocas, tierra y algunos animales muertos, pero aún no los hemos analizado”, dijo, y agregó que pronto se hará público un informe.
“Había pájaros muertos, lo que crea algunos malos olores, pero no había un mal olor abrumador”, resaltó.
Funcionarios yemeníes dijeron que no sabían qué había en las profundidades del pozo, que estimaron en “millones y millones” de años, y agregaron que nunca habían llegado al fondo.
“Fuimos a visitar el área y entramos en el pozo, alcanzando más de 50-60 metros de profundidad”, dijo en ese momento Salah Babhair, director general de la autoridad de estudios geológicos y recursos minerales de Mahra.
“Notamos cosas extrañas en el interior. También olimos algo extraño ... Es una situación misteriosa”, resaltó.
A lo largo de los siglos, han circulado historias de figuras malignas conocidas como genios o espíritus que viven en el pozo, que algunos consideran la puerta del infierno.
Muchos residentes de la zona están inquietos por visitar el vasto pozo o incluso hablar de él, por temor a la mala suerte y los yemeníes ya han tenido bastante mala suerte.
El país se ha visto envuelto en una devastadora guerra civil desde 2014 que ha desencadenado lo que Naciones Unidas describe como la peor crisis humanitaria del mundo, con dos tercios de sus 30 millones de habitantes dependientes de algún tipo de ayuda.
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