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viernes, 18 de agosto de 2023

18 de agosto de 1848: Ladislao y Camila mueren por amor


El 18 de agosto de 1848, en Argentina, Juan Manuel de Rosas (gobernador de la provincia de Buenos Aires) manda fusilar al sacerdote Ladislao Gutiérrez y Camila O’Gorman.


El día más triste de 1848

Cuando Camila conoció su sentencia permaneció tranquila y sólo pidió un confesor. Ladislao le había preguntado a Reyes cuál sería el castigo para su amada. A lo que el comandante respondió: ¿Para qué quiere saber de mis labios la suerte de esa desgraciada? Sin embargo, ante la angustiante mirada del cura, le contestó la verdad: “Prepárese para oír lo más terrible, Camila va a morir también”.
Inmediatamente, Ladislao le escribió un mensaje: “Camila mía: acabo de enterarme que mueres conmigo. Ya que no hemos podido vivir en la tierra unidos, nos uniremos en el Cielo ante Dios. Te perdona… Y te abraza, tu Gutiérrez”.
Cuando Reyes le acercó el mensaje, encontró a Camila confesándose. El hijo que llevaba en su vientre fue bautizado; Camila bebió agua bendita y, para completar el ritual el presbítero, Castellanos derramó cenizas sobre su cabeza.
La chica porteña, de familia federal que usó en su pelo largo la divisa punzó, y el cura tucumano sobrino del gobernador fueron llevados al paredón de fusilamiento. Puntualmente, a la hora señalada por el Jefe de la Confederación Argentina fueron ejecutados.
La trágica vida de los enamorados se convirtió en símbolo de un amor mítico que permanece imborrable en la memoria de la historia argentina. Imagen de la película Camila, de María Luisa Bemberg.
La trágica vida de los enamorados se convirtió en símbolo de un amor mítico que permanece imborrable en la memoria de la historia argentina. Imagen de la película Camila, de María Luisa Bemberg.


Una historia de amor más allá de las reglas

La trágica vida de los enamorados se convirtió en símbolo de un amor mítico que permanece imborrable en la memoria de la historia argentina. Esta historia de amor que conmovió y sigue conmoviendo cada vez que se la recuerda, está escrita en varios libros, en 1984 se estrenó la película Camila, guionada y dirigida por María Luisa Bemberg, y en 2013 se estrenó el musical, Camila, nuestra historia de amor. Lo protagonizaron Natalí Pérez y Peter Lanzani.
Camila y Ladislao se amaron más allá de los dogmas de la religión, de las ideas políticas, de la moral de la época y de las leyes terrenas. En este sentido, Camila parece recrear el mito de Antígona cuando es condenada a muerte por desobedecer al rey. “Sí, lo hice, sepulté el cuerpo de mi hermano, dice Antígona, porque esas leyes no las puso Dios, ni tampoco la justicia que reina entre los dioses de los muertos, no, ellos no imponen leyes como esas, no podía yo dejar de cumplir, por órdenes tuyas, con leyes más sagradas, leyes que aunque no están escritas son fijas siempre, inmutables y divinas”.
El 18 de agosto de 1848, la sangre de Camila y Ladislao salvaron el mito de las leyes sagradas e inmutables del amor.

(Leer artículo completo en diario Clarín)

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