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lunes, 14 de agosto de 2023

14 de agosto de 1566: Destrucción de estatuas religiosas

El 14 de agosto de 1566, en Flandes, grupos de protestantes, dirigidos por sus predicadores calvinistas, se dedican a destruir estatuas religiosas de las principales iglesias durante la Beeldenstorm.


Beeldenstorm en neerlandés, traducible como Tormenta de las estatuas y conocida en idioma español como Tormenta de las imágenes o Asalto a las imágenes o Furia iconoclasta, fueron los ataques y destrucción de imágenes religiosas que tuvieron lugar en Europa durante el siglo XVI.
Estos brotes iconoclastas destruyeron elementos de arte católico en las iglesias y monasterios y también en lugares públicos en acciones no oficiales y fueron realizados por parte de turbas nominalmente protestantes como parte de la Reforma Protestante.
Si bien el término neerlandés se refiere específicamente a la ola de disturbios y ataques que ocurrieron en el verano de 1566 que se propagaron rápidamente de sur al norte de los Países Bajos Españoles, brotes iconoclastas similares habían ocurrido anteriormente en otros sitios de Europa, especialmente durante la Reforma en Suiza y en el Sacro Imperio Romano Germánico en el período entre 1522 y 1566, especialmente en Zúrich (en 1523), Copenhague (1530), Münster (1534), Ginebra (1535), y Augsburgo (1537).
En Inglaterra, a partir de 1535, se retiraron imágenes en actuaciones alentadas por el gobierno y también hubo ataques espontáneos, mientras que un proceso similar tuvo lugar en Escocia a partir de 1559. En Francia a partir de 1560 hubo varios brotes como parte de las Guerras de religión francesas. (W)


La furia iconoclasta en la rebelión de Flandes

La Furia Iconoclasta de los Países Bajos, el Beeldenstorm, fue una oleada de ataques virulentos contra las propiedades de la Iglesia Católica que se extendió de agosto a octubre de 1566, en el marco de la Rebelión de las provincias neerlandesas contra la dominación hispánica. Iglesias y monasterios son despojados de todos sus objetos e imágenes sagrados —que son profanados de forma grotesca o bien destruidos con saña. ¿Por qué los iconoclastas destruyen con tanta saña las imágenes? Porque en ellas se ha objetivado la larga opresión de la Iglesia. La saña es desahogo; expresa hartazgo y odio reprimido. Pero, ¿por qué las profanan de forma tan grotesca, carnavalesca? ¿Por qué esa profanación de lo sagrado, esa ridiculización de lo serio? Porque satirizar los ritos del poder es una forma de desafiar al poder donde éste busca legitimarse: la ideología. La multitud iconoclasta ataca con su propio "arsenal simbólico" —la cultura carnavalesca— el centro mismo del poder simbólico de la Iglesia: las imágenes y los sacramentos. La Furia Iconoclasta es, en efecto, una guerra simbólica. (Fuente)



El odio iconoclasta

La destrucción de esculturas y obras de arte del Museo de Mosul ha sido una muestra más de la barbarie de los agentes del Estado Islámico que quieren borrar por donde pasan cualquier vestigio de civilización no musulmana. Los efectos de estas prácticas iconoclastas son universales desde que los vídeos de los golpes contra culturas antiquísimas son colgados en las redes sociales para que puedan ser contempladas en directo hasta el último rincón del mundo. Hemos podido ver piezas rabiosamente destruidas que datan de la época asiria, del siglo VIII a.C. (Fuente)


Manifestantes intentan derribar el monumento del general Manuel Baquedano en Plaza Italia, Chile, en el marco de las protestas sociales iniciadas en octubre de 2019.



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