.

domingo, 28 de enero de 2024

Asalto al tren postal de Glasgow-Londres



Cerca del puente Bridego, al norte de Londres (Reino Unido), ladrones armados asaltan el tren correo Glasgow-Londres y roban 2,6 millones de libras esterlinas, en lo que se convierte el mayor robo de la historia hasta ese momento.


Cuando una fantasía se convierte en realidad deja de ser una fantasía y cuando se da el golpe más importante de todo un siglo los detalles pasan a ser fundamentales. La historia del atraco al tren de correos que realizaba el trayecto Glasgow-Londres es una de las más apasionantes entre los ladrones profesionales. Una banda de 15 hombres dispuestos a todo, sin usar la violencia y en busca de un botín de 46 millones de euros actuales sin víctimas: así trasladaban el dinero físico los bancos de la época.
En la madrugada del 8 de agosto de 1963, el tren de correos de Glasgow a Londres realizaba su trayecto habitual, pero cuando se acercaba a la localidad inglesa de Cheddington, 15 individuos con pasamontañas y cascos hacen detener a la formación con una señal falsa alto en la vía. El convoy queda a merced de los ladrones que desenganchan la locomotora y se quedan con la totalidad del dinero que llevaba a bordo: 120 sacos repletos de libras.
Bruce Reynolds, el cerebro del golpe, y sus secuaces logran escapar con un botín récord para la época convirtiéndose en los protagonistas del mayor robo a un ferrocarril del siglo.
Reynolds era hijo de un sindicalista de la Ford en el Reino Unido y su golpe fue una especie de giro poético para los trabajadores. Desde joven había estado en problemas y pero no fue hasta la adultez que se le ocurrió el plan perfecto para dar el gran golpe, aquel que lo catapultaría a la fama y resolvería sus problemas monetarios. El botín ascendía a 2.6 millones de libras (46 millones de euros actuales), el más oneroso hasta la fecha.




La tapa del periódico La Vanguardia, de España, el día después del atraco.

Meticulosamente planeó el atraco. Recabó información confidencial sobre el traslado de dinero del servicio postal y una vez que tenía todos los datos, todos los detalles necesarios, formó una banda cuyos miembros seleccionó cuidadosamente de acuerdo a sus habilidades.
Tras el atraco, Reynolds se escondió junto a sus 14 cómplices en Leatherslade, una granja al sur de Inglaterra cercana a Oakley con el botín millonario. Mientras esperaban que las horas pasaran hasta encontrar el mejor momento para escapar, y para matar el aburrimiento, se dedicaron a jugar apasionadamente al Monopoly, aunque con los billetes reales que se habían llevado del tren. El dinero pasa de mano en mano.

Cinco días más tarde, la policía da con la granja y el juego de mesa sería el delator. Las huellas dactilares de los miembros de la banda quedan impresas en el tablero, en las piezas y en los billetes del juego, lo que les permite a los agentes que comandaba el detective Jack Slipper detener, seis meses después del atraco en enero de 1964, a varios de los integrantes del grupo que había reclutado Reynolds para asaltar el tren.
En el juicio, todos los implicados son declarados culpables y condenados a treinta años de prisión, entre ellos se destacan Charles Wilson, Arthur Field y Buster Edwards, que lograron cumplir solo la mitad de sus condenas, al beneficiarse de premios por buena conducta y programas de libertad condicional.


Dos sacos llenos de dinero que la policía incautó tras capturar a la banda. (EFE)

El destino de todos ellos sería trágico: Wilson fue asesinado en Marbella, Field falleció en un accidente de tránsito y Buster Edwards se quitó la vida en 1994: se ahorcó tras varios intentos de suicidio. Su triste final inspiraría en 1988 la película "Buster" protagonizada por Phil Collins que popularizaría el tema Two hearts (Dos corazones).
Pero fueron Bruce Reynolds y Ronald Biggs quienes alcanzarían la popularidad. Biggs, que había conocido a Reynolds tras compartir una celda, escapó de una prisión londinense en 1965 tras cumplir 15 meses de condena y huyó a París, donde cambió su fisonomía gracias a una cirugía plástica. Logró conseguir nuevos documentos de identidad y se trasladó Australia para luego instalarse en 1970 en Brasil donde contrajo matrimonio y tuvo un hijo, y de esta manera logró evitar la extradición.


Biggs se convirtió en un personaje mediático tras el gran asalto al tren de 1963. (AP). A los 82 años, murió uno de los “cerebros” del “Robo del Siglo”


Ronnie, encumbrado como el fugitivo más célebre de Gran Bretaña, en 2001 tras 36 años en el exilio afirmó que añoraba una pinta de cerveza negra y negoció su retorno aunque su ingreso a la cárcel fuera inevitable. Biggs ya tenía 71 años y padecía graves problemas de salud. El avión en el que regresó a su país fue rentado por el diario sensacionalista británico The Sun, siempre listo para conseguir una buena historia y generar impacto en su público. A su llegada, la policía británica lo encarceló, pero fue puesto en libertad por su precaria salud el 7 de agosto del 2009, dos días antes de su cumpleaños y fue ingresado en una residencia. Dos años después presentaba en Londres, su nueva autobiografía Odd Man Out: The Last Straw.
Reynolds, por su parte, había huido ocultándose en México y Canadá hasta que, al quedarse sin dinero cinco años después, volvió al Reino Unido donde fue rápidamente capturado. Tras cumplir una condena de diez años de prisión fue liberado en 1978, pero en la década del 80 sería de nuevo detenido por tráfico de anfetaminas.
Convertido en una leyenda, tres años después participaría brevemente como asesor durante el rodaje de la mencionada Buster, una de las muchas películas dedicadas al famoso asalto. En 1995 publicaría "Autobiografía de un ladrón", sus memorias.
El 27 de febrero del 2013 falleció en su ciudad natal como un respetable ciudadano más, a los 84 años. Había pasado sus últimos días en un piso londinense sufragado por la asistencia social. Fue su hijo Nick, componente del grupo musical Alabama 3, quien anunció la noticia. El más célebre ladrón de todos los tiempos había fallecido plácidamente mientras dormía. (Fuente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario