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domingo, 5 de mayo de 2024

Los siete pecados de los pintores realistas contemporáneos

 

Obra de Renato Ferrari, artista brasileño.



En el mundo del arte y el diseño, la habilidad técnica y la estética son importantes, pero no son suficientes. Para destacarse y ser exitoso, no basta con ser un buen dibujante, tener una impecable factura y hacer cosas muy, pero muy lindas.
La creatividad, la originalidad y la capacidad de transmitir emociones y mensajes a través de la obra son aspectos igualmente fundamentales. Un buen dibujo puede ser técnicamente perfecto, pero si carece de significado o impacto, se convierte en una simple representación visual sin alma.
Además, la constancia, la dedicación y la búsqueda constante de superación son aspectos clave para crecer y evolucionar como artista. El camino hacia la excelencia en el arte requiere de esfuerzo, perseverancia y una mentalidad abierta a la experimentación y al aprendizaje continuo.

Por Rubén Reveco. Editor

Aclaración: 
Las obras que ilustran esta nota no tienen que ver con el contenido de la misma.


Celebramos como nadie (porque nosotros hemos sido uno de los impulsores de la resistencia) el regreso e irrupción del realismo como estilo artístico en el siglo XXI. Muchos jóvenes han sacrificado sus carreras en escuelas o facultades de arte para pintar, grabar, dibujar o esculpir por su cuenta. En vez de enseñarles arte, en los centros educativos los obligaban a hacer instalaciones, performance y otras manifestaciones supuestamente artísticas.
Pero no todo es bueno en este estallido de hiperrealismo, realismo, surrealismo y figuración. Por eso que hemos elegido los que pueden ser los siete pecados del realismo contemporáneo.

La pintora española Carmen Mansilla ante su obra.


1) Priorizar la técnica y el virtuosismo. Si bien lo que llamamos buen oficio es casi un acto de rebeldía ante tanto mamarracho improvisado, la "perfección" no es un fin en si mismo del arte realista. No hay que creer que mientras mejor acabado mejor obra de arte.

No basta con ser un buen dibujante, tener una impecable factura y hacer cosas muy, pero muy lindas. No basta.



Pintor iraní Iman Maleki


2) Realizar una temática puertas adentro. No mirar por la ventana para ver qué sucede en la calle. Y en la calle suceden miles de cosas dignas de ser representadas. Un artista está para denunciar y ser portavoz.

Obra de Brent Witt


3) Obsesionarse con el pasado y querer copiarlo. El Caravaggio, Rembrandt y Velázquez (por ejemplo) son hitos inalcanzables. No pierdas tu precioso tiempo tratando de igualarlos y menos pintar como ellos. Ellos representaron su momento y su época.


Obra de Jake Baddeley


4) Ser muy complaciente con el espectador y esperar el halago fácil. No incomodar, censurarse. Pintar sólo cosas lindas y decorativas, agradables a la vista y que no hieran la sensibilidad de nadie. El artista siempre debe ser un rebelde pero no un mal educado.

 
Obra de De Angel

5) Creer que una foto puede ser lo mismo que una pintura. Y que te digan "parece una foto" lo consideres como un halago. Muchas veces el artista existe para mostrar lo que nadie ve; lo que pasa desapercibido y aparentemente insignificante.


Obra de Mike Dargas

6) Ante la crítica, obsesionarse por ser original. Tu qué quieres ser pintor y, además ser un pintor realista, habrás escuchado que los realistas, figurativos o hiperrealistas sólo tienen una buena técnica y se limitan a imitar. Que son buenos copistas, que no son más que virtuosos e intérpretes y un montón de cosas por el estilo. No te preocupes, nada de eso es así.
No existe acto de creación al cien por ciento. Siempre tendremos algo en qué referenciarnos, algo que nos ha gustado, que hemos heredado, que nos ha influenciado, que está en nuestros genes, que está atrás pero no olvidado, que es parte de nuestra cultura y que es parte del lugar en que vivimos.
No hay creadores, hay herederos.

Dibujo de Ken Lee


7) Trabajar solo y en silencio. No agruparse y no defender lo que se hace. Las instituciones están copadas por los impostores. Ellos se organizan bienales, se premian, se becas, se compran y se venden. Para mientras, los artistas realistas trabajan en silencio y en solitario. Nunca una obra realista gana un salón de arte y nunca se organiza una residencia para artistas realistas.
Para que tu esfuerzo no sea algo inútil y tu obra un conjunto coherente debes ser un artista con inquietudes intelectuales. Si no vas a una escuela de arte en la cual deberían enseñarte historia del arte, estética y otras materias de tipo teóricas, la iniciativa debes tomarla tu mismo. Estudia y fórmate. Gracias a Internet puedes acceder a mucha información gratis que te ayude a tener en claro por qué quieres ser artista. Información que te entregue un panorama de los diferentes movimientos artísticos y sobre el deterioro que han sufrido las artes plásticas en los últimos cien años.
El artista realista debe ser un militante. Educarse, adoctrinarse y atacar, todas las veces que sea posible. Es una lucha entre el arte y el no arte.





En resumen, ser un buen dibujante es solo el punto de partida. Para destacarse en el mundo del arte y el diseño, es necesario ir más allá, explorando nuevas ideas, técnicas y enfoques creativos que permitan crear obras que no solo sean visualmente atractivas, sino también impactantes y significativas.


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