Para realizar sus obras la artista alemana Claudia Rogge (1968) tiene como fuentes de inspiración la danza, el teatro, la ópera y también el circo. Rogge tiene fascinación por el concepto de la masa o multitud: desfiles, coros, conciertos, mítines o los partidos de fútbol sirven a esta artista y coreógrafa como ideas para realizar sus collages.
Rogge utiliza la repetición de una fotografía y la figura, como una pequeña parte de un intrincado mosaico, para jugar con la sensación de infinito. Parte de sus series comienzan con sesiones en las que toma una gran cantidad de fotos de artistas, individualmente, que muestran las mismas posiciones o movimientos. En otras es la simple repetición de individuos en sus collages digitales lo que pretende invitar a reflexionar sobre conceptos como las dictaduras, la esclavitud, el automatismo de la sociedad… o otros como la conformidad, la identidad, la rutina o los patrones estéticos que intentan satisfacer nuestra sed de orden.
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