"El taller del pintor", de John Navas.
Para que la obra de arte que estemos preparando sea un conjunto sólido y contundente debe existir una adecuada correspondencia entre la teoría y la práctica. La teoría (la elección del tema, por ejemplo) conduce y marca el camino. No hace dudar ni perder el tiempo. En un comienzo la duda es buena pero se convierte en una patología cuando te extravías.
Por Rubén Reveco - Editor
Pero las dos -teoría y práctica- se nutren una de otra. Son como dos dioses que se crean en forma mutua. La teoría (el concepto) está manejada por el intelecto y la práctica (el trabajo) por la pasión, el esfuerzo, la constancia y el corazón.Para que tu esfuerzo no sea algo inútil y tu obra un conjunto coherente (algo que veremos en próximos capítulos) debes ser un artista con inquietudes intelectuales. Si no vas a una escuela de arte en la cual deberían enseñarte historia del arte, estética y otras materias de tipo teóricas, la iniciativa debes tomarla tu mismo. Estudia, formarte. Gracias a Internet puedes acceder a mucha información gratis que te ayude a tener en claro por qué quieres ser artista, por ejemplo. Información que te entregue un panorama de los diferentes movimientos artísticos y sobre el deterioro que han sufrido las artes plásticas en los últimos 50 años, por dar un número.
Obra de Jeffrey T. Larzon.
"¡No, no, pero ya no se pinta!"
Muchos te van a decir: “¡No, no, pero ya no se pinta!, tienes que ser un artista contemporáneo, la pintura ha muerto”. Y el que pinta te dirá: “¿Realismo? pero eso es anacrónico, ¿cómo vas a perder tanto tiempo en pintar así?Y es porque en parte en el siglo XX se cambió calidad por cantidad. Y el objeto de arte de una pieza de culto como era hasta el siglo XIX, se convirtió en una moneda de cambio.El asunto es que si decides ser un pintor realista estarás bastante solo; la mayoría de las galerías de arte no se interesarán en tu propuesta; en los concursos de arte fracasarás una y otra vez (con suerte, una mención); los críticos se encargarán de denostar y la prensa de ignorarte.¿Estoy exagerando? tal vez. En Estados Unidos nunca el realismo dejó de existir, en Europa las cosas están cambiando hace rato y en Asia (China, Corea y Japón) existe una floreciente escuela de realismo contemporáneo. En América Latina -como casi siempre- existe una tardía y lenta reacción, que analizaremos en otra oportunidad.
Obra de Pedro Campos.
¿Y la inspiración?
¿En esto de la teoría y la práctica, qué papel desempeña la inspiración? Eso pareciera estar bien para los poetas pero el pintor es un artesano; un trabajador manual; un artista plástico. En el siglo XX cuando surgió el arte abstracto se le adosó esa condición a los pintores. Había que estar inspirado para hacer obras de calidad. Resulta que los abstractos cuando trabajaban decían vivir una especie de posesión creativa que los hacía pintar casi de modo inconsciente durante horas. ¡Todas macanas! Nada de esto es verdad. Ni siquiera en el caso de nuestro querido Vincent van Gogh podemos asociar (como muchas veces se hace) el trastorno emocional a la creatividad artística.
¿Y entonces?
a) No te quedes de brazos cruzados esperando ese soplo sagrado. “La inspiración que me encuentre trabajando”, decía Pablo Picasso. La inspiración es talento motorizado por el trabajo.b) El arte está lleno de mitos que no sirven de nada.c) El trabajo del artista es un trabajo más y que se realiza con el intelecto y el esfuerzo físico.d) Eso sí, genera tristeza, frustración, entusiasmo, enojo y alegría en un breve período de tiempo. Todo junto.
Obra de Sergei Marschenniko.
¿Morirse para ser famosos?
El arte no da dinero. Hablo en nombre de la mayoría y en la mayoría de los casos los pintores tienen que dedicarse a una o más actividades paralelas. Actualmente, la más conocida es la pedagogía. No existen pintores profesionales. Los grandes genios del Renacimiento dependieron del mecenazgo y si ellos no tuvieron independencia económica no tendríamos porque sentirnos avergonzado por tener un “rebusque” para sobrevivir.Ya que mencionamos a Vincent, este dependió económicamente de su hermano Theo y es famoso el dato estadístico de que no vendió ni una sola pintura en sus largos tormentosos 37 años de vida. Ni una sola obra en vida, hasta que el mercado financiero y los inversionistas especuladores vieron que esa leyenda negra podía ser un buen negocio. Y tuvieron razón, el pobre y miserable Vincent fue un buen negocio.El arte está lleno de mitos que no sirven para nada. El más famoso y el que más daño ha hecho, es el implantado desde comienzos del siglo XX y que tiene que ver con la sobrevaloración de la obra tras la desaparición física del autor.
En resumen
Formarte, conoce los riesgos, sueña pero no demasiado. Fortalécete porque te estás metiendo en un buen lío (hay líos buenos). El arte es un trabajo como cualquiera porque siempre dependerás de dinero para pagar el alquiler, pagar tus servicios e impuestos. Educar a tus hijos.Y si bien formas parte de la misma legión de los trabajadores del mundo que necesitan comer para no morir de inanición, encontrarás en la actividad artística satisfacciones y alegrías insospechadas para el resto de los mortales.Tu vida será dominada por algo intangible parecido a una obsesión positiva. Estarás desvelado en tu cama pensando en cómo resolver ese rostro o mientras almuerzas pensarás qué pasaría si cambias ese color de fondo. Tu obra inconclusa no te dejará en paz y será ella la que te mire de reojo. Terminarás “castigándola” dándola vuelta para la pared.
Constancia y perseverancia.
Sé testarudo, no te rindas. Pero analiza por qué esa pintura que estás haciendo no va, pide ayuda y no te rindas por mucho tiempo. Trabaja pero focaliza tu esfuerzo. Tienes algo para hacer y tienes algo para decir. Esa es la misión del artista pero no creas de que es algo fácil. Y sobre todo que algo intangible, un soplo divino va a solucionar tus problemas. Como decía Leonardo: “99% de transpiración y 1% de inspiración”.
"El taller del pintor", de John Navas.
Para que la obra de arte que estemos preparando sea un conjunto sólido y contundente debe existir una adecuada correspondencia entre la teoría y la práctica. La teoría (la elección del tema, por ejemplo) conduce y marca el camino. No hace dudar ni perder el tiempo. En un comienzo la duda es buena pero se convierte en una patología cuando te extravías.
Por Rubén Reveco - Editor
Pero las dos -teoría y práctica- se nutren una de otra. Son como dos dioses que se crean en forma mutua. La teoría (el concepto) está manejada por el intelecto y la práctica (el trabajo) por la pasión, el esfuerzo, la constancia y el corazón.
Para que tu esfuerzo no sea algo inútil y tu obra un conjunto coherente (algo que veremos en próximos capítulos) debes ser un artista con inquietudes intelectuales. Si no vas a una escuela de arte en la cual deberían enseñarte historia del arte, estética y otras materias de tipo teóricas, la iniciativa debes tomarla tu mismo. Estudia, formarte. Gracias a Internet puedes acceder a mucha información gratis que te ayude a tener en claro por qué quieres ser artista, por ejemplo. Información que te entregue un panorama de los diferentes movimientos artísticos y sobre el deterioro que han sufrido las artes plásticas en los últimos 50 años, por dar un número.
Obra de Jeffrey T. Larzon.
"¡No, no, pero ya no se pinta!"
Muchos te van a decir: “¡No, no, pero ya no se pinta!, tienes que ser un artista contemporáneo, la pintura ha muerto”. Y el que pinta te dirá: “¿Realismo? pero eso es anacrónico, ¿cómo vas a perder tanto tiempo en pintar así?
Y es porque en parte en el siglo XX se cambió calidad por cantidad. Y el objeto de arte de una pieza de culto como era hasta el siglo XIX, se convirtió en una moneda de cambio.
El asunto es que si decides ser un pintor realista estarás bastante solo; la mayoría de las galerías de arte no se interesarán en tu propuesta; en los concursos de arte fracasarás una y otra vez (con suerte, una mención); los críticos se encargarán de denostar y la prensa de ignorarte.
¿Estoy exagerando? tal vez. En Estados Unidos nunca el realismo dejó de existir, en Europa las cosas están cambiando hace rato y en Asia (China, Corea y Japón) existe una floreciente escuela de realismo contemporáneo. En América Latina -como casi siempre- existe una tardía y lenta reacción, que analizaremos en otra oportunidad.
Obra de Pedro Campos.
¿Y la inspiración?
¿En esto de la teoría y la práctica, qué papel desempeña la inspiración? Eso pareciera estar bien para los poetas pero el pintor es un artesano; un trabajador manual; un artista plástico. En el siglo XX cuando surgió el arte abstracto se le adosó esa condición a los pintores. Había que estar inspirado para hacer obras de calidad. Resulta que los abstractos cuando trabajaban decían vivir una especie de posesión creativa que los hacía pintar casi de modo inconsciente durante horas. ¡Todas macanas! Nada de esto es verdad. Ni siquiera en el caso de nuestro querido Vincent van Gogh podemos asociar (como muchas veces se hace) el trastorno emocional a la creatividad artística.
¿Y entonces?
a) No te quedes de brazos cruzados esperando ese soplo sagrado. “La inspiración que me encuentre trabajando”, decía Pablo Picasso. La inspiración es talento motorizado por el trabajo.
b) El arte está lleno de mitos que no sirven de nada.
c) El trabajo del artista es un trabajo más y que se realiza con el intelecto y el esfuerzo físico.
d) Eso sí, genera tristeza, frustración, entusiasmo, enojo y alegría en un breve período de tiempo. Todo junto.
Obra de Sergei Marschenniko.
¿Morirse para ser famosos?
El arte no da dinero. Hablo en nombre de la mayoría y en la mayoría de los casos los pintores tienen que dedicarse a una o más actividades paralelas. Actualmente, la más conocida es la pedagogía. No existen pintores profesionales. Los grandes genios del Renacimiento dependieron del mecenazgo y si ellos no tuvieron independencia económica no tendríamos porque sentirnos avergonzado por tener un “rebusque” para sobrevivir.
Ya que mencionamos a Vincent, este dependió económicamente de su hermano Theo y es famoso el dato estadístico de que no vendió ni una sola pintura en sus largos tormentosos 37 años de vida. Ni una sola obra en vida, hasta que el mercado financiero y los inversionistas especuladores vieron que esa leyenda negra podía ser un buen negocio. Y tuvieron razón, el pobre y miserable Vincent fue un buen negocio.
El arte está lleno de mitos que no sirven para nada. El más famoso y el que más daño ha hecho, es el implantado desde comienzos del siglo XX y que tiene que ver con la sobrevaloración de la obra tras la desaparición física del autor.
En resumen
Formarte, conoce los riesgos, sueña pero no demasiado. Fortalécete porque te estás metiendo en un buen lío (hay líos buenos). El arte es un trabajo como cualquiera porque siempre dependerás de dinero para pagar el alquiler, pagar tus servicios e impuestos. Educar a tus hijos.
Y si bien formas parte de la misma legión de los trabajadores del mundo que necesitan comer para no morir de inanición, encontrarás en la actividad artística satisfacciones y alegrías insospechadas para el resto de los mortales.
Tu vida será dominada por algo intangible parecido a una obsesión positiva. Estarás desvelado en tu cama pensando en cómo resolver ese rostro o mientras almuerzas pensarás qué pasaría si cambias ese color de fondo. Tu obra inconclusa no te dejará en paz y será ella la que te mire de reojo. Terminarás “castigándola” dándola vuelta para la pared.
Constancia y perseverancia.
Sé testarudo, no te rindas. Pero analiza por qué esa pintura que estás haciendo no va, pide ayuda y no te rindas por mucho tiempo. Trabaja pero focaliza tu esfuerzo. Tienes algo para hacer y tienes algo para decir. Esa es la misión del artista pero no creas de que es algo fácil. Y sobre todo que algo intangible, un soplo divino va a solucionar tus problemas. Como decía Leonardo: “99% de transpiración y 1% de inspiración”.
Sabias palabras
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