Alguna vez unidos en torno a un rey, los enanos dominaban las montañas sin compartirlas. Cuando el gran cisma los dividió en una multitud de fortalezas-estado, compartieron el conocimiento entre las cuatro órdenes dominantes: la Forja, el Talión, el Templo y el Escudo. Luego se creó una quinta, que incluía a los marginados y a los desheredados: la orden de los Errantes.
La Orden de la Forja
Los enanos que componen esta orden son herreros, por supuesto, pero también orfebres, alquimistas, médicos, mineros, fundidores y refinadores. Son la rama oculta y esotérica del Pueblo Enano. Es la orden más temida y respetada.
La Orden de Talión
Estos son los comerciantes y negociantes. Talión es el nombre de la antigua pieza de oro de los Enanos. Los enanos de esta orden son tanto despreciados por sus actividades, como envidiados por sus riquezas.
Incluye a transportistas, intérpretes e intermediarios de todo tipo: mayoristas, minoristas, mercaderes, prestamistas, banqueros... Hacen y derrocan reyes a base de Talión...
La Orden del Templo
Los enanos pertenecientes a esta orden son técnicos, constructores, arquitectos, ingenieros, y todo lo relacionado a ello. Construyen los caminos, las máquinas de guerra, los edificios...
Hay herreros entre ellos y mineros, pero no se mezclan con aquellos de la Orden de la Forja... Se cree que el Dios Enano Yjdad se encarna en la materia y especialmente en la realización física (edificios, máquinas), los líderes de la orden son también los sacerdotes del pueblo enano
La Orden de los Errantes
Los enanos que no pertenecen a ninguna de las cuatro órdenes son considerados errantes, parias que no tienen derechos. No pueden cargar o forjar armas, construir con piedra labrada, ni poseer oro. La mayoría trabajan la tierra, crían rebaños, o viven del trabajo artesanal. Otros son forajidos o vagabundos.
La Orden del Escudo
Esta es la orden guerrera. Cada orden tiene sus propios guerreros, pero cuando la situación se pone peor, la Orden del Escudo es el último recurso. Los enanos de esta orden son el cimiento de la sociedad enana. Tradicionalmente neutral en disputas entre diferentes órdenes, pueden tomar partido cuando la unidad de la comunidad es amenazada. No pueden elegir a un rey, pero uno de ellos se convierte en "Guarda del Rey". Está a cargo de asegurarse de que el soberano trabaje para el bien de la comunidad y no solamente para el benficio de la orden.
Los jóvenes de la orden son enviados como exploradores, montaraces, en los distantes campos de batalla, y mientras más envejecen, más se acercan al corazón de su fortaleza nativa para terminar como pretoriano del rey.
Amigo, buenísimo. Esta caído el link de mediafire. Puedes subirlo otra vez por favor. Gracias
ResponderEliminarBuscaré otro enlace.
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