El soporte de las pinturas del artista francés Pascal Chôve es resina sobre la que coloca sus diversos materiales como cartón, redes o pañuelos. Se pueden ver varios planos aparentes, que varían entre nebulosos y definidos, respaldados por su muy elaborado uso de la luz.
En particular, la luz tiende a brillar desde la parte superior izquierda para iluminar al sujeto principal en el centro, mientras que el escenario o el fondo, por otro lado, está iluminado por una luz que proviene de la parte superior derecha. Los rayos de luz se cruzan así, lo que confiere a toda la pintura un gran y hermoso poder. Aunque admite estar preocupado por los aspectos modernos de la vida, prefiere producir arte donde la serenidad se exprese con emoción conmovedora para evitar el aspecto trágico de la vida.
El artista ante su obra.
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