¿Cuales son los talentos más descollantes del cómic del Nuevo Extremo?
Mario Igor fue uno de los grandes dibujantes. Un estilo muy particular, casi manierista. Sus dibujos y forma de componer es inconfundible y dejó una marca imborrable en la historia del cómic chileno.
Testimonios recopilados por el blog Ergocomics
Al escribir estas líneas tengo al lado del computador una foto de Mario Igor que siempre ha estado colgada en la pared del estudio de nuestro amigo Máximo Carvajal y que él gentilmente y después de reiterados "cuídamela" nos ha prestado para ilustrar estas páginas. Podríamos decir que escribo de un autor cuya obra me es conocida pero a cuyo realizador acabo de conocer.
He mirado largamente su foto y he querido inconscientemente establecer esos vínculos imposibles que siempre intentamos hacer entre el aspecto de los artistas que admiramos y su obra… y me doy cuenta de que es un esfuerzo inútil y absurdo. El nexo, si existe, no está ahí en lo evidente, tal vez ni siquiera sea tangible. Es aquello que no se obtiene con becas al extranjero ni con inconfesables movidas políticas, es el toque mágico, ése que Mario Igor tenía de sobra y que tal vez hasta él mismo ignoraba poseer.
Chile como es habitual, desecha su pasado tapándolo con la inmediatez de los éxitos mediáticos y obviamente un futbolista, un músico, actor de moda o una bella animadora serán siempre más populares que un tímido dibujante cuyo trabajo se realiza hora tras otra con la habitual paciencia de la soledad de una mesa de dibujo, una taza de café y algo de música ( si es de su agrado). De ahí que sólo un círculo de admiradores, lectores, dibujantes y guionistas recuerde el nombre de Mario Igor, pero tal vez tú también al ver algunos de sus dibujos llegues a recordarlo. Tal vez recuerdes «El Jinete Fantasma», el increíble Amauta «El hijo de la montaña», Mawa en la fabulosa ciudad perdida de Kismet, o incluso hayas saboreado las espectaculares viñetas de "Sigfrido".
Como es bien sabido en Chile, aún no superamos el trauma de que el cómic es lectura infantil. Es más, para muchos ni escribir ni dibujar son en realidad un trabajo. Chile pierde así a borbotones a muchos grandes maestros del lápiz, cuyos trabajos ni siquiera se reeditan, compilan o exhiben en un acaso imposible museo de la Historieta Chilena. No es pues extraño que en este contexto un gigante como Mario Igor siga siendo un completo desconocido para muchos compatriotas, pese a ser un dibujante "de la puta madre", dotado como pocos, con un trazo que hasta en el boceto más rápido dejaba entrever la fuerza de un estilo absolutamente personal. Las vigorosas páginas de Mario Igor en su mejor época están llenas de un universo mágico en donde hasta la piedra y los fondos están dotados de un halo mágico que estalla en las ricas vestiduras o andrajos de sus personajes, a veces grotescos seres de mundos imposibles o apolíneos héroes de tintes mitológicos.
Lo verdaderamente importante es disfrutar una vez más de la lectura de las páginas de este mago (como lo define bellamente Félix Vega), de este genio del dibujo que se dio en llamar Mario Igor y que vino del sur. Vaya pues este modesto homenaje de Ergocomics a un dibujante que perfiló tantas de las aventuras que ustedes y nosotros disfrutamos en el amanecer de nuestra imaginación y que aún hoy saben como entonces. (Texto de Carlos Reyes G, Guionista. Ñuñoa, Chile, junio 2003. FUENTE)
Sus primeros trabajos corresponden al personaje Khanda, que remplazara a la recordada Mawa de la revista Jungla (luego del golpe militar) en la editorial Gabriela Mistral. Su cercanía con el género es claro desde un principio, comenzando por su traje, situaciones, magos, espadas y todo aquello que identifica a la fantasía heroica. Khanda es apoyada por sus dos ayudantes, que antes estuvieran con Mawa, y se mueven en un clásico mundo de elementos del pasado mezclados con cosas futuristas. Se publicó desde el número 173 al 205 de la revista Jungla, y aun cuando no fue el único dibujante de la serie, si fue el mas destacado. (FUENTE) |
En paralelo sacó un nuevo personaje, El Hijo de la Montaña, esta vez buscando incluir las tradiciones y leyendas andinas que los conquistadores españoles forjaron en su búsqueda del oro en América. Tuvo revista propia con este título todo bajo el sello Gabriela Mistral, y se habrían publicado 15 números, todos los que conocemos hechos exclusivamente a Mario Igor, y nuevamente con guiones de Zamorano. Este “Hijo” de la montaña, de raíz Inca, se llama Amauta y posee poderes mentales que se adaptan muy bien al estilo de dibujo de Mario Igor.
Cómo conocí a Mario Igor
"En el año 1959 la revista "El Peneca" organizó un concurso de historietas llamado "Seriales Ilustradas". Yo participé y obtuve el segundo lugar. Mario Igor integraba el jurado y tuve la oportunidad de compartir con él en aquella oportunidad. Me llamó la atención su gran sencillez, ese don que sólo tienen los grandes. Recibir un reconocimiento de él, de un dibujante consagrado que yo admiraba mucho, creo que fue el mejor premio que uno recuerda por siempre". (Lincoln Fuentes, dibujante. Chile, junio 2003). FUENTE
Historia publicada en la revista El Jinete Fantasma.
Cuando era niño vi por vez primera a Khanda, con su vestido propio de la fantasía heroica y el toque de ciencia ficción, el personaje me fascinó. En estos días, el blog de Hasieran estuvo publicando muchos números de la revista Jungla donde aparecía.
ResponderEliminarEse blog hace un gran trabajo.
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