Hace unos años se realizó "bazart", una feria de arte en la cual 40 artistas (pintores, grabadores y dibujantes) tuvieron la oportunidad de mostrar su obra y vender, lo que nunca es fácil.
Todos sabemos que vender arte no es fácil y menos en estos países (sub), pero igual los que nos dedicamos a las artes plásticas tenemos siempre la peregrina esperanza que nuestro esfuerzo se materialice en unos pesos que nos ayuden -por ejemplo- a comprar más telas, más pinceles y más pigmentos para seguir pintando. Es un círculo virtuoso.
Por Rubén Reveco - Editor
Que vendamos también significa que existe gente que aprecia lo que hacemos y que es capaz de superar el "me gusta" de las redes sociales y gastarse unos pesos y de paso ayudar a los artistas: "Esos tipos raros que dicen renunciar al sistema".
40 artistas tuvieron la oportunidad de comercializar grabados, pinturas, fotografías, esculturas y dibujos en un espacio dispuesto por el Centro de Extensión de la UC, de Santiago de Chile.
Ocho horas es poco tiempo para concretar lo que ya en un año es difícil. Además, algunos artistas se quejaron (siempre lo hacen) que era un poco caro el stand, pero también reconocieron que estas iniciativas ayudan no sólo a vender sino que, también, a generar contactos, conocer colegas e intercambiar impresiones sobre el panorama cultural.
Ocho horas es poco tiempo para concretar lo que ya en un año es difícil. Además, algunos artistas se quejaron (siempre lo hacen) que era un poco caro el stand, pero también reconocieron que estas iniciativas ayudan no sólo a vender sino que, también, a generar contactos, conocer colegas e intercambiar impresiones sobre el panorama cultural.
¿Sirven las ferias de arte a los artistas plásticos?
Las ferias de arte han surgido como plataformas significativas en el panorama contemporáneo para la exhibición y venta de obras de artistas plásticos. Estas exposiciones no solo ofrecen a los artistas la oportunidad de dar a conocer su trabajo, sino que también sirven como un punto de encuentro entre creadores, coleccionistas y críticos. Sin embargo, en los últimos años, se ha intensificado el debate en torno a la figura de los galeristas y su papel en la comercialización del arte, especialmente en lo que respecta a los precios que muchas veces parecen exorbitantes.
Por un lado, las ferias de arte proporcionan a los artistas una visibilidad sin precedentes. La posibilidad de presentar sus obras a una audiencia diversa y potencialmente global puede traducirse en oportunidades de venta y en el establecimiento de conexiones valiosas dentro del mundo del arte. Asimismo, la participación en estas ferias puede contribuir al reconocimiento del artista, elevando su estatus en el mercado.
No obstante, el auge de precios inflacionarios en el comercio del arte ha suscitado críticas sobre la ética de los galeristas. Muchos argumentan que la especulación y el elitismo generado por ciertos actores del mercado distorsionan la esencia misma del arte, convirtiéndolo en un producto para inversionistas en lugar de un medio de expresión. Esta situación plantea interrogantes sobre la verdadera función de las ferias: ¿son espacios de celebración artística o meras plataformas comerciales?
Algunos de los expositores
Las ferias de arte cumplen una función dual; por un lado, son fundamentales para el impulso de la carrera de los artistas plásticos, y por otro, también revelan las tensiones que existen en el sistema del arte contemporáneo. Es imperativo encontrar un equilibrio que favorezca tanto la autenticidad artística como la viabilidad comercial, asegurando que el arte siga siendo un reflejo de la cultura y no solo un objeto de inversión.
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