Esta es la historia de un retrato de la Revolución Francesa. El retrato de El Ser Supremo, encargado por Robespierre a David. Un retrato que nunca llegará a ser pintado. Y es, a la vez, la historia de otro retrato, que el pintor dejó inacabado: el retrato de Bara, un joven efebo de 13 años, mártir de la Revolución.











































































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