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martes, 23 de mayo de 2023

El gaucho



Molly Malone, ex prostituta, viaja al Nuevo Mundo, un lugar salvaje y despiadado. Un trabajo impecable del dúo Pratt-Manara.

La historia se inicia hacia 1880 cuando al llegar tropas del Ejército a las tolderías del cacique Namuncurá encuentran allí a un anciano casi centenario, un inglés llamado Tom Browne quien relata los hechos que vivió en 1806 en vísperas de la primera invasión inglesa.
Browne con el grado de tambor era parte de las fuerzas al mando del general Beresford y estaba a bordo de la fragata “Encounter”, donde se desarrolla el tramo inicial de la obra y que nos permite conocer a distintos personajes que acompañarán a Tom en sus peripecias: Molly Malone, integrante del grupo de prostitutas encargadas de dar placer a la oficialidad (incluido el mismísimo Sir Home Popham, jefe de la escuadra inglesa), el contramaestre Clagg y el marinero Mathew.
En cumplimiento de una misión Browne baja a tierra y tras ser tomado prisionero es encerrado en la Quinta o Chacra de Perdriel, propiedad de los hermanos Pueyrredon donde transcurre otra parte importante de la trama. En ese lugar el protagonista se reencuentra con Molly, el contramaestre Clagg y el marinero Mathew, todos los cuales tendrán un final trágico.
La historia tiene pasajes algo truculentos y no falta el sexo (incluidas dos violaciones), pero debe convenirse en que es una historieta para adultos pensada además en función de Milo Manara y su talento para el dibujo erótico. Por otra parte Pratt se permite incluir ciertas referencias y comentarios políticos respecto a esta primera invasión, datos conocidos pero que suelen ser soslayados en las crónicas habituales sobre estos hechos.
Respecto al título no hay mucho en esta historia que lo sustente ya que el gaucho o los gauchos brillan por su ausencia, dando la impresión que este era el primero de una serie de episodios en los que se iban a relatar las peripecias de Tom Browne por las pampas hasta recalar finalmente en las tolderías de Namuncurá (CRM)


Hugo Pratt

Hugo Pratt es uno de los pocos autores de cómic, junto con sus adorados Milton Caniff y Will Eisner entre otros, que se ha ganado un lugar en la historia del género. Un maestro que ha creado escuela y cuenta con prolífica producción publicada en múltiples ediciones. La vida de Pratt se asemeja en gran medida a la de su creación más importante, Corto Maltés. Viajero incansable, pese a ser natural de Rimini Pratt se declara veneciano, pues pasó toda su infancia en la capital del Véneto. Pronto se trasladó a Etiopía con su familia, para volver a Italia justo después de la II Guerra Mundial. En 1949 emigró a Buenos Aires para trabajar en la Editorial Abril. Allí conoció a los grandes dibujantes de la historieta argentina como José Muñoz, Francisco Solano López y H.G. Oesterheld. Fue con este último con quien creó series tan míticas como Sgt. Kirk, Ernie Pike o Ticonderoga. Después de viajar por toda Sudamérica, finalmente regresa a Italia, donde entró a trabajar en la publicación infantil Il Corriere dei Piccoli e inició las adaptaciones al cómic de la obra magna de Emilio Salgari, Sandokán, un proyecto que quedó interrumpido por el sorprendente éxito de Corto Maltés. A partir de entonces, Hugo Pratt saltó a lo más alto del Noveno Arte, cosa que le permitió seguir viajando y documentándose para la que ha sido su mayor obra.


Milo Manara


Este es el pseudónimo que el dibujante italiano Maurillo Manara emplea para firmar sus obras. Nació en Italia el 12 de diciembre de 1945. De vocación pintor, pasó por varias disciplinas artísticas antes de iniciarse en el mundo de los cómics. Publicó su primer tebeo mientras estudiaba arquitectura en Venecia, la ciudad de Hugo Pratt. Seguramente por eso, una de sus primeras obras como autor completo rinde homenaje al maestro veneciano, con quien acabaría trabajando en el año 1983 en Verano indio, y más tarde en El gaucho. Fue en ese mismo año cuando alcanzó fama mundial como autor de cómic erótico El clic, obra que conocerá diversas continuaciones y que además será adaptada al teatro y al cine de imagen real. A partir de aquí, su carrera no deja de ascender. Ha dibujado para las grandes editoriales norteamericanas Marvel y DC Comics y ha seguido realizando obras muy personales en solitario o en colaboración con otros guionistas, como Los Borgia, con Jodorowsky.

4 comentarios:

  1. Manara dibuja que da gusto, pero su obra adolece de guiones flojos, cuando no pésimos. Este gaucho no es más que otra obra floja de Manara, que ni con Pratt de guionista es capaz de sacar algo decente. Cómo digo, sólo merece la pena por el dibujo. Además, este álbum termina de una forma tan patética que te deja con mal sabor de boca.

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  2. Concuerdo. Es la segunda historieta, en que despierta la fascinación por una mujer, que al final muere trágicamente, sin que eso aporte algo a la historia.

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  3. El final del Gaucho es uno de los peores que he leído. Lo de siempre, Manara dibuja muy bien pero sus historias.... ufff.

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  4. Obra de arte!!!, gracias por compartir esta historieta

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