Harén, serrallo, zenana... Son nombres evocadores que han prendido la imaginación de occidente durante siglos. A comienzos del siglo XVII, finalizada la época de los descubrimientos, eran muchos los que se aventuraban en exploraciones comerciales y volvían a sus casas con fantásticos relatos de grandes civilizaciones.
Pocos penetraron en las cortes orientales, ninguno visitó las dependencias más íntimas, donde vivían las esposas, las concubinas, con sus hijos y sus familias.
Los autores nos invitan a penetrar en el recinto prohibido de la mano de un invitada especial, Priti, una joven que acude a trabajar al corazón del harén para ensalzar la gloria del imperio mogol del emperador Jahangir mediante sus miniaturas, unas láminas que ilustrarán un libro inolvidable, un Muraqqa.
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