El cómic en Paraguay posee una trayectoria poco documentada, pero rica en expresiones creativas. Sus inicios se remontan a publicaciones humorísticas y satíricas en periódicos a principios del siglo XX, evolucionando hacia historietas más extensas y narrativas. A pesar de las limitaciones en infraestructura y apoyo institucional, autores paraguayos han cultivado el género, abordando temáticas locales, relatos históricos y problemáticas sociales. Aunque no ha alcanzado una visibilidad masiva, el cómic paraguayo representa una forma de arte valiosa y un reflejo de la identidad cultural del país.
Aunque los precursores fueron, a inicios del siglo XX, Acevedo, Sarozábal y Guevara, recién en los años sesenta llegaría la primera historieta paraguaya: “Ivo, el piloto audaz” (derecha), de “Tata”, en la revista “Farolito”. El personaje es un intrépido y audaz piloto civil quien basa completamente su vida en volar y visitar diferentes regiones, donde su llegada es vivamente esperada.
Por su parte, la revista “Ñande” publicaría trabajos de Fiorello Botti (uno de los pioneros del humor gráfico) y de Gugliota.
Una mención especial merece Robin Wood, uno de los más reconocidos guionistas internacionales de historietas, nacido en Paraguay, pero que desarrollaría su carrera principalmente para la editorial Columba, de Argentina. Allí sería el creador (entre tantísimos personajes), de “Nippur de Lagash” (junto a Olivera).
Ya en los ’70, aparece la revista “Je Je Grap”, dirigida por Reinaldo Martínez, la primera publicación dedicada enteramente al humor. En 1977 aparece el diario “Hoy”, con las tiras “Pililito y Pankyra” de “Rovisa” y “El último Morotoko”, de Vera, ambas ilustradas por “Nico”.