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sábado, 19 de julio de 2025

John Neil Rodger: El arte del siglo XXI


                                                                                        

Complicada época es ésta en que nos toca vivir, donde la opinión dominante en el mundo del arte nos asegura que el llamado arte contemporáneo es el verdadero, el único que cuenta, porque su exuberante banalidad abolió todos los límites para diversificarse en múltiples direcciones, ninguna de las cuales admite a la pintura figurativa, y mucho menos la pintura dedicada al viejo impulso de recrear la belleza con una mirada única y personal...
Sin embargo...

                                                                                        


Sin embargo, la realidad, siempre refractaria a los mandatos inviolables de los intelectuales con vocación de legisladores, nos dice que John Neil Rodger, nacido en 1941 en Mowbray, Ciudad del Cabo, Sudáfrica, pertenece a la resistente raza de los pintores realistas que siguen su propia inspiración. Para decirlo de otra manera, el arte de John Neil Rodger se caracteriza por su búsqueda de la universalidad, la atemporalidad y la armonía que se encuentra en todas las grandes obras de arte, independientemente de la época o el lugar donde fueron realizadas.
Se trata de un arte discernible, que se instala en el corazón a través del intelecto, y que se desarrolla sin prestar atención a las revoluciones, las modas o los cambios de paradigma que arrastran a los débiles y los inseguros. A riesgo de ser considerado blasfemo, debo decir que la atemporalidad clásica y contemplativa que distingue a las obras de John Neil Rodger es inconfundiblemente contemporánea, y muy fácil de realizar, aunque resulte difícil de creer, porque para lograrla basta con tener un dibujo preciso, colocar diestramente las luces y poseer un sugestivo manejo del color. Nada más que eso.
Con esa sencilla gama de recursos, que se levanta sobre un sólido piso de dones naturales y los rigores de un largo y arduo aprendizaje, Rodger aborda la pintura de interiores, paisajes, retratos, desnudos y naturalezas muertas, lo que le ha valido ser uno de los artistas más populares, respetados y admirados de su generación. Aquí, una pequeña selección de sus obras para que cada uno pueda emitir su propio juicio. (F)

Ver también:

La luminosidad de John Neil Rodger





Die: El equipo


DIE es una fantasía de tono negro donde un grupo de cuarenta y tantos adultos tiene que lidiar con el horror sobrenatural que apenas sobrevivieron como actores adolescentes. Si Kieron tiene prisa, lo describe como "Goth Jumanji". Eso solo captura una pequeña parte de lo que encontrarás en el gran número de debut, donde la fantasía se vuelve demasiado real.

 Mega

Corentín - El puñal mágico





                                                                                        

Paul Cuvelier (1923-1978) fue el genial dibujante belga que creó a Corentin Feldoë, un adolescente huérfano, de origen bretón, que en el siglo XVIII escapa del maltrato de su tutor y llega en un navío hasta India. Es en uno de los reinos de ese mítico país donde se desenvuelven las aventuras del rubio bretón y su amigo indio Kim. No obstante, en esta aventura de "El puñal mágico", Corentin y Kim vuelven a Europa.

                                             

Además de la calidad del guion, esta serie es una joya por la calidad de Cuvelier como dibujante. Basta con mirar detenidamente cualquiera de las viñetas de los álbumes de Corentin. Paul Cuvelier es tan buen dibujante que no sólo domina a la perfección la figura humana sino que además es capaz de dibujar muy bien los distintos fenotipos de los pueblos de esa región del mundo. Y eso no es algo que cualquier dibujante pueda hacer. (Fuente



Descargar Corentín T1: Megaupload Mediafire
Descargar Corentín T2: Megaupload Mediafire
Descargar Corentín T3: Megaupload Mediafire




Hor, el temerario - Ciencia ficción en Rapanui



Nos gusta los misterios y si no existen los inventamos. Las esculturas monumentales de Rapanui (Isla de Pascua) han servido para generar un montón de historias fantasiosas que ayudan ha mantener vivo el misterio sobre su origen. Casi siempre asociado a las estrellas y al mundo extraterrestre.

Estos fueron tres capítulos seguidos de Hor, hijo de Henga, con guión de Roderico Schnell y dibujo de Juan Zanotto, aparecido en la revista Skorpio, de la Argentina, en los años ´80.



ADEMÁS

Los misterios de la Isla de Pascua y dos ilustraciones de Chris Foos



Yo maté - Filipo II de Macedonia


 
"Para presentar esta colección sobre los asesinatos que revolucionaron su época, les proponemos un libro diferente, un libro que se apoya en un marco diferente a los otros álbumes.
"Yo, Pausanias de Orestida, he matado a Filipo II de Macedonia, el padre de Alejandro Magno, para saciar mi sed de venganza. Pero, por los dioses, os juro que solo fui un juguete en las manos despiadadas de los reyes de este mundo..."



Cinco historias de crímenes que hicieron historia, cinco criminales que cambiaron el curso de la historia...
Cinco asesinos: Caín, Gavrilo Princip, Pausanias de Orestis, Carlota Corday y Mark David Chapman.

Cinco víctimas: Abel, Francisco Fernando de Austria, Filipo II de Macedonia, Marat y John Lennon.
  1. Abel: "Yo, Caín, maté a mi hermano Abel y Dios me maldijo condenándome a la vida eterna. Desde entonces, inexorablemente, persigo una sola cosa: liberarme."
  2. Francisco Fernando, Archiduque de Austria: "Yo, Gavrilo Princip, maté al Archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio Austro-Húngaro. Soñando con liberar a los eslavos del sur, me convertí en el juguete de un funesto destino..."
  3. Filipo II de Macedonia: "Yo, Pausanias de Orestida, he matado a Filipo II de Macedonia, el padre de Alejandro Magno, para saciar mi sed de venganza. Pero, por los dioses, os juro que solo fui un juguete en las manos despiadadas de los reyes de este mundo..."
  4. Marat: "Yo, Marie d'Armont, más conocida como Charlotte (Carlota) Corday, maté al ciudadano Marat para que la Revolución francesa no se transformase en una matanza. ¿Pero, cómo podía yo suponer que, incluso después de muerta, mi víctima no me dejaría en paz?"
  5. John Lennon: "Yo, Marc Chapman, maté a John Lennon para reequilibrar las cosas. Para él el talento, la fortuna, la gloria... ¡Para mí, nada! ¿Os parece justo?