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miércoles, 16 de julio de 2025

Los primeros robots y androides

Aunque Terminator y Blade Runner no han sido la mejor publicidad para autómatas y androides, por miles de años los diseños robóticos tienen como objetivo asistir y entretener al ser humano, incluyendo uno que otro engaño. Acá, una historia de los hitos más importantes.



FUENTE


Por Marcelo Contreras

Durante 84 años derrotó a jugadores de ajedrez entre Europa y Estados Unidos, algunos de ellos personalidades como Napoleón Bonaparte y Benjamín Franklin. El Turco (1770), obra del inventor húngaro Wolfgang von Kempelen, encarnaba al autómata perfecto.

Antes de cada partida, su maquinaria semejante a la relojería, era expuesta al público como señal de probidad. Difería de otros autómatas, cuyos movimientos repetitivos obedecían a una naturaleza mecánica, sin interacción con terceros. En cambio, El Turco desconcertaba. Parecía pensar y analizar a sus rivales.

El secreto de su funcionamiento, que despertó sospechas en el escritor Edgar Allan Poe, se guardó celosamente hasta después de resultar dañado en un incendio en el Museo Chino de Filadelfia, en 1854. La máquina era operada desde el interior por un ajedrecista de élite, con media docena de maestros europeos participando de la farsa.

Uno de ellos, Johann Baptist Allgaier, el elegido en el juego contra Napoleón, se dio el gusto de saludar antes al emperador francés.


The Chess Turk explained

Agú, el cazador


                                                                                        

Agú es el pequeño hijo de Ogú (el entrañable amigo de Mampato). El niño admira a su padre y lo único que anhela es ser un buen cazador y aportar a la economía del hogar. Una obra breve con todo el candor que sólo Themo Lobos podía otorgar.

                                                                                        

Luciano Ventrone: El arte del siglo XXI



Este es un gran pintor italiano que descubrí especialmente por sus naturalezas muertas. Pero hace un tiempo me encontré con sus desnudos, igualmente bellos.

Luciano Ventrone nació en Roma en 1942 y se trasladó a Dinamarca a la edad de seis años. Volvió a Italia después de su educación obligatoria y en 1960 se las arregló para asistir a la escuela Artes de Roma. Después de graduarse en 1964, estudió Arquitectura hasta 1968 y luego se unió a las protestas de los estudiantes y decide abandonar sus estudios y dedicar su vida a la pintura - que nunca abandonó y fue su única fuente de ingresos desde ese momento.
Sus dibujos del natural fueron publicados en el libro Académico ( "La anatomía humana - el sistema nervioso central"), escrito por el profesor de la Universidad Católica de Roma Gastone Lambertini.
Ventrone se enfrenta a sí mismo con todos los principales movimientos del arte contemporáneo, hasta anclar en el realismo. Con un artículo publicado en 1983, siguiendo la sugerencia del crítico Federico Zeri, toma un nuevo camino con la naturaleza muerta. A partir de ahora, Ventrone inicia un viaje que tiene por objeto todos los aspectos de la naturaleza, siempre captura más y más detalles que son casi invisibles a nuestros ojos, lo que hoy en día están expuestos en miles de imágenes.
Como le gustaba decir a sus alumnos seleccionados: “La pintura no se trata de la mera representación de un objeto, se trata de color y la luz. Las proporciones correctas entre estos dos elementos logran una forma en el interior del espacio. El sujeto no puede ser visto como es, sino como un elemento abstracto”.





Cabo de Hornos (1) La bahía de la Costa Este


Tierra del Fuego, la tierra del fin del mundo; finales del siglo XIX, Navidad, tiempo de paz pero no para todos...
Misioneros qué quieren llevar la "luz" a las almas perdidas de los indígenas, indígenas que luchan por mantener sus costumbres pero que tampoco puede dar la espalda a los "extranjeros" que llegan a sus tierras, fugitivos acusados del robo de oro perseguidos por un pequeño ejercito de milicianos, franceses en una misión de investigación científica y cartográfica... Sentimientos encontrados y desconocidos luchan en una tormenta perfecta de pasiones y ambiciones, donde el único consuelo será no perder la última pizca de humanidad interior en una tierra llena de vida y maravillas de la naturaleza.

Mega
Cabo de Hornos #01
Cabo de Hornos #02
Cabo de Hornos #03
Cabo de Hornos #04




Jackaroe: La corteza rota

 

Atardecía en el Longhorn y todo se iba aquietando ante el descenso del sol. A lo lejos se oyó el ladrido de los perros y un relincho. Era el adiós del día.